Mosc¨², ?qu¨¦ noche!
Una ruta por bares que no cierran, anarqu¨ªa horaria para cenar un filete Stroganoff y vibrantes sesiones de 'dj'
Las escasas tascas que subsist¨ªan en Mosc¨² cuando la Uni¨®n Sovi¨¦tica deb¨ªan de ser tediosas, s¨ª; pero la URSS se derrumb¨® en 1991 y, como en lo pol¨ªtico, la ausencia de transici¨®n fue la norma para todo. La tolerancia con la propiedad privada deriv¨® en que cientos de locales emergieran los dos siguientes decenios. Quiz¨¢ ni siquiera esta conjetura explique bien por qu¨¦ en la capital rusa hay bares que abren m¨¢s de 20 horas diarias. O por qu¨¦ se sirven comidas a deshora. O por qu¨¦ hay que temer al portero de un garito que de d¨ªa es restaurante y de noche muta en discoteca. El ocio moscovita puede ser ca¨®tico y divertido.
Recrearse en la urbe m¨¢s poblada de Europa (10 millones de habitantes) tiene su embrollo. Dominar el cir¨ªlico ayuda, aunque las nuevas generaciones se defiendan en ingl¨¦s mejor que sus padres. Tener contactos tambi¨¦n es ¨²til. La neog¨®tica Mosc¨², a diferencia de la rectangular y palaciega San Petersburgo, es circular; para el turista biso?o, puede parecer que los sitios se encuentran m¨¢s lejos de lo que realmente est¨¢n. Y viceversa.
Los cinco anillos que estructuran Mosc¨² son conc¨¦ntricos: el Kremlin, la muralla erigida en 1340 para defender a los pobladores de las hordas orientales, es el aut¨¦ntico eje central. Este art¨ªculo recorre ocho caf¨¦s, restaurantes y clubes cuya disposici¨®n en el mapa es m¨¢s f¨¢cil si se toma la genial fortaleza como referencia. No se f¨ªe: ocho locales en Mosc¨² apenas son un fr¨ªvolo asomo de la oferta hostelera en su conjunto.
El paseo arranca donde la m¨ªtica calle de Arbat, en el oeste, y sigue en el sentido de las agujas del reloj. El visitante no encontrar¨¢ por ning¨²n lado una aut¨¦ntica zona de marcha, con pubs m¨¢s o menos yuxtapuestos, sino que los bares est¨¢n desparramados casi siempre al norte del r¨ªo Moscova, un afluente del Ok¨¢. El Jean Jacques (Nikitsky Boulevard, 12) fue el primer bistr¨® franc¨¦s de Mosc¨². Fundado en 2004, el interior es coqueto, con tonos granate oscuro. El Jean Jacques es ideal para un aperitivo con vino y caracoles. Eso s¨ª, la a?ada de las botellas que penden de los nichos laterales no son exclusivas de Alsacia o Burdeos. As¨ª lo explica Gilberto, el camarero cubano que lleg¨® a Mosc¨² "de paso" hace m¨¢s de 20 a?os. "Muchos proceden de Chile y Uruguay". Natacha Loukina cuenta en buen franc¨¦s que la nombraron encargada del bistr¨® por ser georgiana. "En Tbilisi sabemos c¨®mo tratar a la gente".
El Jean Jacques es en el fondo un caf¨¦ del que nadie se explica que abra 23 horas diarias. De 8 a 9 de la ma?ana cierra para limpiar. Los viernes y s¨¢bados por la noche hay un concierto de acorde¨®n. "Los borrachos nos molestan, pero lo peor son los enamorados", protesta Loukina, dando a entender que las caranto?as a veces derivan en escenas m¨¢s o menos pornogr¨¢ficas.
A tiro de piedra est¨¢ el Mayak (Bolshaya Nikitskaya, 19), acr¨®nimo del inmueble anexo al bar, el teatro Mayakovski (mayak en ruso tambi¨¦n significa faro). Se accede por unas escaleras a un espacioso sal¨®n que alguna vez tuvo que ser una dependencia m¨¢s del teatro. El color negruzco de la madera de la que est¨¢n hechos armarios, mesas y sillas reviste el lugar de un aire bohemio. El ba?o es unisex (otra particularidad moscovita). Por 500 rublos (algo m¨¢s de 10 euros) se puede pedir una cerveza nol piat (0,5 litros) y un filete Stroganoff guarnecido de arroz o de patatas. El entrecot se sirve delicioso.
Para bajar la comida sin abandonar los ambientes relajados, conviene tomarse un caf¨¦ en el Bilingua (Krivokolenny, 10), un antiguo granero de aspecto exterior destartalado que sirve comida y pincha underground sin descanso; o el Gogol (Stoleshnikov, 11), un local enorme con forma de U, jocosamente decorado y dividido en varias piezas. Ahora bien, el paseo tiene su miga: hay que atravesar otra de las arterias m¨¢s populares, Tverskaya (antigua avenida de Gorki), dejando al sur la Plaza Roja, en direcci¨®n a Lubianka, el temible edificio de la KGB. Por el camino, un tr¨¢fico imposible (el ruso gusta de ostentar y, hoy por hoy, abundan los Lexus de alta gama), aceras dudosamente asfaltadas, bellos edificios prerrevolucionarios, bloques de pisos de los a?os cincuenta (las jrushovkas), placas que siguen evocando a los pr¨®ceres del socialismo, pobres muy pobres y una boyante clase media-alta que llena los locales y comercios.
La cocina del Gogol se define como retro-URSS. Es decir: platos de las 15 rep¨²blicas que formaban la superpotencia. Es decir: cualquier clase de comida. A diario cierra a las cinco de la madrugada, pero el fin de semana oferta conciertos y abre las 24 horas. Es entonces cuando de dos porteros se pasa a siete. "Necesitamos seguridad, aqu¨ª la gente bebe mucho", sentencia Oxana, la gerente del local.
"Hoy no pasas"
Una percepci¨®n no siempre compartida. "En Espa?a te deniegan la entrada si vas ebrio, si llevas zapatillas, si incumples las normas de etiqueta del local... Aqu¨ª te dicen: "Hoy no es el d¨ªa. Y no pasas", avisa Luis Yanguas, del Instituto Cervantes. C¨¦lebres son en ese sentido los guardianes del Che (Cherkasskiy, 2-10), local latino donde no falta una de las canciones m¨¢s bailadas en el ocaso de la URSS: La lambada. "Es mi favorito los jueves", se?ala Ram¨®n, becario del Instituto Espa?ol de Comercio Exterior (ICEX).
Los tres locales anteriores, como los tres que quedan, est¨¢n en Kitai Gorad, el distrito m¨¢s antiguo y c¨¦ntrico de Mosc¨². Se supone que a estas horas ha corrido el vodka (ojo al mezclarlo con la cerveza pivo rusa: los rusos lo beben solo, opci¨®n desaconsejable, o con manzana o naranja, opci¨®n recomendada), as¨ª que, si de bailar se trata, se puede concluir en el Project O.G.I. (Patapovsky, 8-12); el m¨¢s rockero, se accede por una corrala y cuenta, atenci¨®n, con una librer¨ªa impoluta, o en cualquiera de los dos que son propiedad del cantante del grupo Blast: Krisis Zhanra (Pokrovka, 16-16), ambientado pop-rock, o Propaganda (Zlatoustinsky Boulevard, 7), irreverentemente tecno. Si se atreve, reclame en este ¨²ltimo el plato t¨ªpico, salm¨®n con patata hervida, mientras el disc jockey pincha su sesi¨®n.
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Gu¨ªa
C¨®mo ir
? Iberia (www.iberia.com) vuela directo a Mosc¨² desde Madrid, a partir de 238 euros ida y vuelta, precio final.
? Aeroflot (914 31 37 06; www.aeroflot.ru) vuela a Mosc¨² desde Madrid, ida y vuelta, a partir de unos 320 euros.
Informaci¨®n
? Portal de informaci¨®n de la ciudad de Mosc¨² (http://guide.moscow.ru/es).
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