Aldecoa
Mientras hablaba Ignacio Aldecoa, uno de los mejores escritores espa?oles del siglo XX, Mario Camus, que fue su amigo y tambi¨¦n el afortunado director de la versi¨®n cinematogr¨¢fica de su novela Los p¨¢jaros de Baden Baden, record¨® ayer un refr¨¢n franc¨¦s: "Hay que hablar mucho sobre todas las cosas, poco sobre uno mismo y nada de los dem¨¢s". Luego a?adi¨® el cineasta: "Si se cumpliera ese dicho no habr¨ªa televisi¨®n en este pa¨ªs".
Es decir, si fu¨¦ramos lac¨®nicos, sobrios, certeros, meta-f¨®ricos, si us¨¢ramos ese cincel que utilizaban para escribir sus cuentos Aldecoa o Hemingway, no habr¨ªa esa televisi¨®n-r¨ªo que ahora es una tertulia constante de la ma?ana a la noche. A Aldecoa le bastaba un golpe de vista -es decir, de o¨ªdo- para contar una historia, o parte de una historia. Azor¨ªn, que fue casi su contempor¨¢neo, dec¨ªa que para contar algo hab¨ªa que ir "derechamente" a las cosas, y Ortega dec¨ªa lo mismo. "A las cosas, a las cosas". A Hemingway su redactor jefe le ped¨ªa "m¨¢ndeme verbos", verbos, que se alejasen de los adjetivos. Aldecoa hubiera dejado El viejo y el mar en un p¨¢rrafo y hubiera dicho m¨¢s que Hemingway.
Ha habido espa?oles as¨ª, como Miguel Delibes, que para contar el campo le bast¨® el graznido de la milana de Los santos inocentes, que, por cierto, Camus tambi¨¦n llev¨® al cine. Pero a este pa¨ªs le han nacido muchos verbos para decir cada vez menos. Montserrat Dom¨ªnguez les dec¨ªa ayer en la SER a diputados contrarios "?Otro pasapalabra?" cuando los ve¨ªa titubear sin saber qu¨¦ decir sobre el asunto de Fabra y los residuos nucleares. Hasta seis periodistas le preguntaron a Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega por el mismo asunto (lo vi en el Canal 24 Horas de TVE) y la vicepresidenta hizo seis pasapalabra.
Los pol¨ªticos que hablan para la tele (que ahora son todos) tendr¨ªan que leer los cuentos de Aldecoa para saber callar cuando no se saben las respuestas, y para saber hablar cuando el silencio no basta. Y nosotros los periodistas tambi¨¦n deber¨ªamos leer a Aldecoa, para aprender a poner el punto y final cuando toca.
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