Malos tiempos para la vanguardia
Los j¨®venes inauguran la 52? edici¨®n de Cibeles en una jornada irregular
Un calendario ampliado a seis d¨ªas. 60.000 asistentes previstos, entre compradores, prensa e invitados. Medio centenar de dise?adores con desfile y una treintena en el showroom de El Ego, con venta directa al p¨²blico. Un centenar de periodistas extranjeros entre los 1.300 acreditados. Y un presupuesto aproximado de tres millones de euros para esta 52? edici¨®n. Son las cantidades que cifran las arcas p¨²blicas para tratar de convencernos cada seis meses de que Madrid es la quinta capital de la moda del mundo.
Para ello, la Instituci¨®n Ferial de Madrid (Ifema) aporta un 55% de la inversi¨®n; los patrocinadores, un 25%; la Comunidad de Madrid, un 15%, y los propios dise?adores -gran novedad desde hace dos ediciones-, un 5%. Porque lo de que Cibeles es pan y circo subvencionado para que amigos y vecinos echen la tarde del fin de semana hace tiempo que pas¨® de chiste interno a triste realidad.
Escot¨¦ se entreg¨® al hedonismo de las nuevas ricas de Ocean Drive
Iconos de EE UU se fusionan con el 'reggae' de la mano de Carlos D¨ªez D¨ªez
Lo que aqu¨ª verdaderamente triunfa pocas veces tiene que ver con los desfiles. En el recinto ferial de Ifema siguen arrasando los stands patrocinados que ofrecen masajes, peluquer¨ªa, maquillaje y manicura gratis para toda la familia. Am¨¦n de las habituales hordas de modern¨ªsimos estudiantes de dise?o que asisten como espectadores y que con sus atrevidos looks dejan demasiadas veces en evidencia a los propios creadores, que no destacan generalmente por su audacia. Aunque esta vez la an¨¦cdota del d¨ªa ocurri¨® a escasos palmos de la pasarela. Shaunie, mujer del jugador de baloncesto Shaquille O'Neal, y otras tres esposas de estrellas de la NBA aportaron la cuota bling-bling a la primera fila de invitados. Son las estrellas de un reality de la VH1 llamado Basketball Wives, que est¨¢ de bolo por Madrid, y asistieron al desfile de Ion Fiz. El dise?ador vasco, otrora ni?o malo de la pasarela, se inspir¨® en la reposter¨ªa de moda, los macarons, para empachar con una colecci¨®n en tonos pastel que conten¨ªa m¨¢s glucosa que verdadera sustancia. Entre el p¨²blico, Carmen Lomana se mostraba arrebatada con el bolso que Fiz ha dise?ado en su honor para la marca Fosco, "a precios democr¨¢ticos". El nombre del capricho, en la mejor tradici¨®n Herm¨¨s, no es otro que Lomana. Sin el menor pudor.
Tras el abandono voluntario del d¨²o barcelon¨¦s El Delgado Buil, la mejor baza de la pasarela en sus ¨²ltimas ediciones, la organizaci¨®n ha fichado con aceptable criterio a Martin Lamothe, la firma de la tambi¨¦n catalana Elena Mart¨ªn, y a la revisionista Elisa Palomino, antigua colaboradora de Galliano. Gracias a las suaves estridencias del sport de vanguardia de Mart¨ªn, el p¨²blico m¨¢s juvenil de la jornada juvenil del calendario recibi¨® su peque?a dosis de riesgo contenido. Un debut prometedor. Mucho m¨¢s retro e inocua result¨® Palomino, que se estrena en Madrid despu¨¦s de probar suerte en Nueva York.
Pero la que volvi¨® a arquear las cejas del respetable por segundo a?o consecutivo fue Mar¨ªa Escot¨¦. La barcelonesa se entreg¨® al hedonismo de las nuevas ricas de Ocean Drive en su versi¨®n m¨¢s travesti. ?O eran m¨¢s bien las esposas de los baloncestistas? "No, me he inspirado en las solitarias mujeres de los marineros, abandonadas a sus amantes y diversiones", corrigi¨® en el backstage. "Estoy abducida por Versace, los a?os noventa... ?Es que yo tengo muy buen gusto!", solt¨® antes de estallar en una sonora carcajada. Retales de cuero sujetos con imperdibles dorados, faldas de tablas estilo gladiador, trajes de ba?o con estampados religiosos y mucha guasa en un delirio kitsch no apto para todas las sensibilidades. Escot¨¦, una joven empresaria capaz de regentar con ¨¦xito tres tiendas con la que est¨¢ cayendo, se consolida as¨ª como protagonista cada vez menos accidental de la cita madrile?a.
Tras las impecables e inofensivas propuestas de Teresa Helbig, la interpretaci¨®n absolutamente err¨¢tica de la serie Mad Men perpetrada por la siempre desorientada Juana Mart¨ªn y la revisi¨®n descafeinada de los t¨®picos gitanos masculinos de Nicol¨¢s Vaudelet, cerraron la jornada dos ilustres supervivientes.
Despu¨¦s de 31 a?os en el negocio, Antonio Alvarado mostr¨® su versi¨®n m¨¢s reposada explorando todas las tonalidades del color arena en una correcta colecci¨®n de b¨¢sicos sport modernizados. Carlos D¨ªez D¨ªez tambi¨¦n ense?¨® su cara m¨¢s amable en su decimocuarta colecci¨®n, que atin¨® a fusionar iconos estadounidenses como las barras y estrellas con la calidez del reggae y las playas dominicanas. El inevitable elemento club kid, m¨¢s sutil que en otras ocasiones, ven¨ªa impuesto por un estilismo impetuoso, que a veces evoc¨® a Pierrot. Y la habitual nota de humor la pusieron un estampado de perlas "bien rancias, como de la gran madre americana", unas prendas flapper a partir de cordones de zapatillas y unas pelucas hechas de papel. "Ha sido un a?o malo, ha sido muy duro completar esta colecci¨®n", reconoc¨ªa el vasco. "Podr¨ªa haber desaparecido del calendario, como Carmen March, Jos¨¦ Mir¨® o Jos¨¦ Castro, y he sacado fuerzas de donde Dios no sabe. En tiempos de crisis, hay que estar a la altura de las circunstancias. Y los tejidos a 200 euros el metro no son desde luego una opci¨®n".
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