Ciudadano Labordeta
Conoc¨ªa a Jos¨¦ Antonio Labordeta de habernos cruzado por las calles de nuestra Zaragoza por las que ¨¦l gustaba pasear o por coincidir en alg¨²n acto institucional, pero nunca se me pas¨® la idea de que pudi¨¦ramos encontrarnos como compa?eros de esca?o en el Congreso de los Diputados.
Fue en esos a?os cuando tuve la oportunidad de descubrir a un Labordeta in¨¦dito para muchos hasta entonces, que con determinaci¨®n y con ese punto de vehemencia que solo unos pocos pueden exhibir sin faltar a su coherencia, reivindicaba desde la tribuna de oradores al Gobierno de turno un mejor trato para Arag¨®n al tiempo que proclamaba sus creencias de hombre de izquierdas siempre que se le brindaba alguna oportunidad.
Su paso por el Congreso se correspondi¨® con su necesidad de elevar la voz y el tono de su compromiso
Es cierto que Jos¨¦ Antonio ya actuaba en clave pol¨ªtica desde hac¨ªa tres d¨¦cadas, cuando escribi¨® Cantar y callar o tambi¨¦n con su Canto a la libertad, y seguramente su paso por la Carrera de San Jer¨®nimo se correspondi¨® sobre todo con su necesidad vital de elevar la voz y el tono de su compromiso y la defensa de sus ideales. Y lo hizo con constancia -en los Diarios de Sesiones quedan registradas sus numerosas intervenciones-, con naturalidad, con sentido com¨²n, con pasi¨®n, y hasta con visibles y encendidos enfados pero, sin lugar a dudas, con la intenci¨®n ¨²ltima de quien busca lo mejor para aquellos a los que representa.
Muchas veces, desde el sill¨®n de la Presidencia de la C¨¢mara, tuve la sensaci¨®n de escuchar a un ciudadano com¨²n que, sin m¨¢s ataduras e intereses que su amor por Arag¨®n y por Espa?a, trasladaba a sus se?or¨ªas los argumentos sencillos y cotidianos que con ¨¦l pod¨ªan compartir millones de espa?oles. Un ciudadano como cualquier otro, ni m¨¢s ni menos, hablando en la tribuna del Congreso de los Diputados. Por eso Labordeta ca¨ªa tan bien.
Ayer por la tarde fui a ofrecer un ¨²ltimo adi¨®s a Jos¨¦ Antonio en la capilla ardiente instalada en las Cortes de Arag¨®n -la que fue su primera casa pol¨ªtica durante unos a?os- y viendo a los cientos de personas que en silencio aguardaban en las inmediaciones para despedirse comprob¨¦, una vez m¨¢s, que mereci¨® la pena conocer a Labordeta.
Luisa Fernanda Rudi es eurodiputada del PP y ex alcaldesa de Zaragoza.
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