Clegg promete no vender a los 'tories' "el alma" de los liberales brit¨¢nicos
El viceprimer ministro defiende en el congreso del partido su pacto con Cameron
Nick Clegg, l¨ªder del Partido de los Liberales Dem¨®cratas brit¨¢nico, se vio forzado ayer a dedicar casi la integridad de su intervenci¨®n en el tradicional congreso de oto?o del partido a defender su participaci¨®n en la coalici¨®n con los conservadores al frente del Gobierno del Reino Unido. No hay euforia entre los liberales-dem¨®cratas, reunidos en Liverpool, pese a estar viviendo la desde hace un siglo rara experiencia de estar en el Gobierno en lugar de actuar de forma testimonial como el segundo partido de la oposici¨®n.
El hecho de que los compa?eros del viaje gubernamental sean los conservadores, y no los laboristas, considerados el aliado natural por la mayor¨ªa de las bases liberales, caus¨® ya de entrada inquietud en el partido. El duro programa de recortes presupuestarios puesto en marcha por la coalici¨®n ha multiplicado esa inquietud.
"Si no perdemos los nervios, vamos a cambiar Reino Unido para bien"
"No vamos a repetir los mismos errores de los a?os ochenta
No hay todav¨ªa movimientos serios contra la coalici¨®n en el seno del partido, pero empiezan a o¨ªrse voces cr¨ªticas. Un diputado de a pie ha escrito una carta abierta a Clegg cuestionando algunas de las pol¨ªticas del Gobierno. El ex l¨ªder liberal Charles Kennedy ha defendido en una entrevista en la BBC la legitimidad de poder criticar el alcance y el ritmo del ajuste fiscal. Y el congreso aprob¨® ayer por aclamaci¨®n una moci¨®n cr¨ªtica con la pol¨ªtica educativa de la coalici¨®n, una cartera pol¨ªticamente destacada en el Reino Unido de la que es responsable Michael Gove, uno de los hombres clave del primer ministro David Cameron.
"Si no perdemos los nervios, cambiaremos la pol¨ªtica brit¨¢nica para bien. Si no perdemos los nervios, cambiaremos Reino Unido para bien", dijo Clegg a las bases. "Siempre hemos sido el rostro del cambio. Ahora somos los agentes del cambio", les dijo a las preocupadas bases liberal-dem¨®cratas.
El hecho de que el l¨ªder liberal tuviera que defender la coalici¨®n en lugar de festejar el hecho de que les estaba hablando como viceprimer ministro del Gobierno, es pol¨ªticamente significativo. Pero nadie esperaba una seria contestaci¨®n a su liderazgo o a la coalici¨®n en este congreso. Los problemas de verdad podr¨ªan empezar a venir en el congreso de primavera, que atrae mucha menos atenci¨®n medi¨¢tica pero suele dar paso a debates m¨¢s apasionados porque solo acuden a ¨¦l los militantes m¨¢s comprometidos con el partido.
O dentro de un a?o, cuando los efectos del ajuste se perciban mucho m¨¢s directamente y la econom¨ªa a¨²n no haya alcanzado una velocidad de crucero o, peor a¨²n, el pa¨ªs haya vuelto a la recesi¨®n y los recortes de gasto se vean como una de las principales razones de ese retroceso.
Clegg defendi¨® la coalici¨®n sin ambages. Marc¨®, sin embargo, algunas distancias con los conservadores. Por ejemplo, al proclamar que no vender¨¢n "el alma" del partido a los tories por muy arriesgadas que sean las decisiones del Gobierno. O al precisar que la coalici¨®n solo es para esta legislatura y no para siempre. O al criticar veladamente a los conservadores al garantizar que el ajuste no tendr¨¢ los devastadores efectos que el thatcherismo tuvo en las zonas m¨¢s pobres. "No vamos a repetir los mismos errores de los a?os ochenta, cuando comunidades enteras fueron vaciadas". Los recortes que se anunciar¨¢n el mes que viene no son "para reducir el Gobierno", asegur¨®, sino para "hacer un Gobierno liberador". Hermosas palabras que habr¨¢ que ver c¨®mo se compadecen con los hechos.
En l¨ªnea con los anuncios de la v¨ªspera del hombre de los liberales en el Tesoro, Danny Alexander, Clegg se desmarc¨® del mensaje de l¨ªnea dura de quienes abusan de los subsidios lanzado repetidamente por el canciller del Exchequer, y situ¨® a los ricos en la mirilla de la escopeta fiscal liberal: "Todos hemos le¨ªdo titulares en la prensa sobre el fraude en los subsidios sociales. Todos estamos de acuerdo en que est¨¢ mal que la gente consiga ayudas que no le corresponden. Pero tan malo como eso es que los ricos hagan trampa para no pagar los impuestos que les corresponde pagar. En los dos casos es como robar a los vecinos. Seremos duros con los que abusan del Estado de bienestar. Pero, a diferencia de lo que hicieron los laboristas, tambi¨¦n seremos duros con los defraudadores fiscales".
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