La gimnasta que habla con las manos
Carolina Rodr¨ªguez, campeona de r¨ªtmica e hija de sordomudos, lidera a Espa?a en el Mundial
Ruth Fern¨¢ndez, entrenadora de gimnasia r¨ªtmica del club Ritmo de Le¨®n, llora al lado del tapiz donde se est¨¢ disputando el campeonato de Espa?a de gimnasia r¨ªtmica de 1996. La deportista a la que entrena, Carolina Rodr¨ªguez (Le¨®n, 1986), se siente entonces mal. Es el primer gran torneo al que acude, tiene diez a?os y hay algo que se le escapa. "?Tan mal lo he hecho?", pregunta. "No, acabas de ganar el campeonato de Espa?a", le dice su entrenadora desbordada por la emoci¨®n.
"Para que veas lo que yo ten¨ªa en la cabeza en esos momentos", recuerda divertida ahora la misma gimnasta, 14 a?os m¨¢s tarde. Esta temporada, Carolina Rodr¨ªguez ha vuelto a ser campeona de Espa?a, es su tercer t¨ªtulo en categor¨ªa senior, y desde el lunes y hasta el pr¨®ximo d¨ªa 26 participa en el Mundial de Mosc¨² encabezando el equipo espa?ol de individual. Pero el camino no ha sido recto para esta gimnasta "diferente", como ella misma se define.
Carolina trabaja con su cuerpo, vive de moverlo de forma est¨¦tica y coordinada, de saber expresar cosas con ¨¦l. Ese es su fuerte. Sin o¨ªrla, solo por sus gestos, sus padres, ambos sordomudos, saben qu¨¦ tipo de m¨²sica acompa?a su ejercicio. "Dicen que destaco en expresividad porque mis padres no pueden o¨ªr. Es cierto que yo desde peque?a he gesticulado mucho para entenderme con ellos", reconoce. "De alguna manera, mis padres han condicionado mi forma de hacer gimnasia r¨ªtmica". A ellos les emocionan m¨¢s sus ejercicios de manos libres, cuando no hay aparatos que distraigan; conectan mejor con el cuerpo de su hija. "La gimnasia hace unos a?os era mucho m¨¢s art¨ªstica, se expresaba m¨¢s, pero durante una ¨¦poca quisieron convertirla en contorsionismo, casi en circo", se queja. Pero a ella le sigue apasionando, tanto que durante a?os se pas¨® muchas horas metida en una iglesia. Cuatro al d¨ªa y hasta diez en los festivos.
Semana tras semana durante m¨¢s de cinco a?os ella y sus compa?eras del club Ritmo de Le¨®n practicaban su fe por la gimnasia en la iglesia de San Pedro de Puente Castro. No ten¨ªan otro sitio donde entrenarse y la cruz latina del santuario actuaba como tapiz para que esta futura diploma ol¨ªmpico en Atenas 2004 lanzara sus primeras mazas al aire. Despu¨¦s vendr¨ªan la f¨¢brica de baldosas y los pabellones escolares prestados.
Tragedia antes de Atenas
A los dos a?os de que la entrenadora de su hermana en el grupo de cheerleaders del Le¨®n, Ruth Fern¨¢ndez, se fijara en aquella ni?a menuda y muy expresiva que merodeaba por el pabell¨®n, Carolina ya era campeona de Espa?a alev¨ªn. M¨¢s tarde repetir¨ªa en infantil y con 12 a?os ya estaba en su primera concentraci¨®n internacional con la selecci¨®n. Con 15 a?os lleg¨® la llamada esperada, y la v¨ªa r¨¢pida para cumplir su sue?o de acudir a unos JJ OO: la convocatoria para entrenarse en Madrid, en la residencia Joaqu¨ªn Blume. "Aprend¨ª muchas cosas estando all¨ª, pero tambi¨¦n viv¨ª momentos muy duros". Como cuando diez d¨ªas antes del Mundial de 2004 falleci¨® su hermano en un accidente de tr¨¢fico y decidi¨® ir a competir. O cuando, a los 21 a?os, la federaci¨®n le hizo comprender que se hab¨ªa acabado su tiempo en la selecci¨®n, que necesitaban savia nueva. Vieja a los 21 a?os. "Cuando me retiraron del equipo lo pas¨¦ muy mal porque no ten¨ªa ni amigos en Le¨®n. Mi mundo desde los ocho a?os hab¨ªa sido la r¨ªtmica". Entonces se puso a dar clases a las ni?as de su antiguo club y all¨ª le convencieron para volver a la competici¨®n. Tras su regreso ha ganado dos campeonatos de Espa?a. Eso s¨ª, de Le¨®n no se mueve. All¨ª ha recuperado la felicidad. Como todo, se le nota en la cara.
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