Alemania pact¨® con Kosovo repatriar a 13.000 refugiados, la mayor¨ªa de etnia gitana
Apenas un minuto necesitaron la canciller alemana Angela Merkel y el presidente franc¨¦s Nicolas Sarkozy para zanjar la pol¨¦mica sobre la desmentida expulsi¨®n de gitanos de Alemania. La semana pasada, a Merkel le hab¨ªa faltado tiempo para contradecir las declaraciones del jefe del Estado franc¨¦s. Sarkozy asegur¨® el pasado jueves que Merkel le hab¨ªa anunciado sus intenciones de "desalojar campamentos gitanos" en Alemania. Seg¨²n el Gobierno alem¨¢n, no solo es falso que pretendan disolver "campamentos gitanos", sino que estos "ni siquiera existen". La pol¨¦mica ha desatado un debate sobre su situaci¨®n. En particular, un acuerdo alcanzado el pasado abril entre el Gobierno alem¨¢n y el de Kosovo contempla la repatriaci¨®n de 13.000 refugiados kosovares a la reci¨¦n independizada rep¨²blica balc¨¢nica. Unos 8.500 de ellos son gitanos. El acuerdo con Kosovo, que no es miembro de la Uni¨®n Europea (UE), entr¨® en vigor el d¨ªa 1 de este mes. Su puesta en pr¨¢ctica es responsabilidad de las Oficinas de Extranjeros de los Estados federados.
Alemania se compromet¨ªa a no expulsar a Kosovo a m¨¢s de 2.500 personas al a?o. En 2009, devolvieron a 541 personas, de los cuales 76 eran gitanos. En lo que va de a?o han tenido que salir de Alemania 364 personas, 102 de ellas, de etnia gitana. Las principales olas de refugiados kosovares llegaron a Alemania despu¨¦s de la guerra de 1999.
Igual que los jud¨ªos, los gitanos alemanes sufrieron la persecuci¨®n y el intento de exterminio por los nazis. Como "minor¨ªa nacional" reconocida oficialmente, los alrededor de 70.000 ciudadanos alemanes de etnia gitana est¨¢n hoy razonablemente integrados. Mucho peor lo tienen los llegados tras la ampliaci¨®n al Este de la UE, que viven en condiciones muy precarias en las grandes ciudades. En Berl¨ªn y en Francfort es habitual ver j¨®venes gitanos limpiando parabrisas en los sem¨¢foros, una imagen ins¨®lita hace una d¨¦cada.
Los amenazados de expulsi¨®n a Kosovo han pasado a?os en un limbo legal, debido a las reticencias de Pristina para aceptar su regreso. Con el acuerdo de abril, su situaci¨®n pende de un hilo. Son expulsiones legales y refrendadas por un acuerdo de repatriaci¨®n, pero afectan a personas que en algunos casos llevan 10 a?os viviendo en Alemania, donde muchos de ellos han nacido y se han escolarizado. Organizaciones humanitarias como Pro Asyl critican que su expulsi¨®n los condena a unas condiciones de vida miserables en el pa¨ªs que abandonaron por culpa de la guerra.
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