No es la tele que promet¨ªan (pero nos engancha)
La 'caja tonta' se consume en niveles r¨¦cord pese al despegue de Internet - La TDT no ha tra¨ªdo diversidad ni servicios interactivos
La televisi¨®n ha muerto, viva la televisi¨®n. Para los gur¨²s que pronosticaban el fin de la caja tonta a manos de Internet, sus predicciones no han podido ser m¨¢s err¨®neas. Culminado en Espa?a el tr¨¢nsito a la televisi¨®n digital terrestre (TDT), se han ahogado los apocal¨ªpticos presagios sobre el medio de comunicaci¨®n de masas por excelencia. El nuevo sistema no ha tra¨ªdo la pluralidad y diversidad de contenidos ni el alud de servicios interactivos que promet¨ªa. Y no por ello ha descendido el consumo.
Al contrario, en plena expansi¨®n de Internet, de los tel¨¦fonos m¨®viles con acceso a televisi¨®n, de las tabletas electr¨®nicas y otros dispositivos inteligentes, los espa?oles siguen enganchados a la pantalla del televisor alrededor de cuatro horas diarias. En los ocho primeros meses del a?o, la media es de 230 minutos (ocho m¨¢s que en el mismo periodo de 2009). El r¨¦cord se lo apunta enero, cuando se alcanz¨® un consumo de 261 minutos de media por habitante y d¨ªa (cuatro horas y 21 minutos).
En Espa?a, los discos duros para grabar a¨²n no est¨¢n muy extendidos
Con TDT hay m¨¢s canales; tambi¨¦n programas cl¨®nicos y tertulias 'low cost'
"Hay falta de innovaci¨®n y riesgo", apunta un experto
Los especialistas defienden la convergencia de la Red y la televisi¨®n
Los canales infantiles y deportivos elevan el consumo
Los expertos apuntan al paro y el clima como motivos a?adidos
Expertos en el comportamiento de los espectadores y espectadores a secas se encuentran ante una endiablada paradoja: los contenidos, pese a la avalancha de nuevos canales, se han empobrecido, pero la televisi¨®n se ve m¨¢s que nunca. Carlos M. Arnanz, director del ¨¢rea de investigaci¨®n de Corporaci¨®n Multimedia, abre el abanico de explicaciones. En primer lugar, se ha producido un aumento del consumo infantil como consecuencia del nacimiento de canales destinados a ni?os y j¨®venes. Y, paralelamente, ha subido el consumo entre los hombres por el alud de eventos deportivos y el reparto de partidos de f¨²tbol entre los canales.
Existen otros motivos a?adidos. "Hay una explicaci¨®n que puede parecer est¨²pida, pero que tiene influencia en el consumo: el clima. El invierno pasado ha sido largo y fr¨ªo y eso se ha notado en las audiencias", comenta Arnanz. Y hay "una hipotesis indemostrable": el desempleo. "Se puede pensar que afecta, pero no hay manera de verificarlo cient¨ªficamente".
"M¨¢s all¨¢ de los cantos de sirena, la televisi¨®n no ha muerto. La realidad social y los datos son tozudos. El visionado sigue aumentando de forma directa y tambi¨¦n a trav¨¦s de otros dispositivos", asegura el catedr¨¢tico de Comunicaci¨®n Audiovisual Enrique Bustamante, que ha coordinado un estudio sobre los contenidos digitales en la nueva televisi¨®n para la revista Telos, editada por la Fundaci¨®n Telef¨®nica. Que la tele se ve mucho pueden pregunt¨¢rselo a los aragoneses, que el mismo mes de enero estuvieron pegados a la pantalla 291 minutos al d¨ªa, y a los andaluces, que llegaron a 276 minutos.
Muchos espectadores han asistido a una eclosi¨®n de canales en los ¨²ltimos meses. Este aumento de la competencia se ha visto acompa?ada de transformaciones sociales. El presidente de la consultora Corporaci¨®n Multimedia, Eduardo Garc¨ªa Matilla, observa que se han generado tambi¨¦n cambios en los h¨¢bitos de consumo. "No es lo mismo ver la televisi¨®n solo que en familia, en Internet o en el m¨®vil".
Otra de las causas que explican en parte las altas cotas de consumo es el envejecimiento de la poblaci¨®n. Los espectadores de m¨¢s edad son los m¨¢s pegados a la televisi¨®n y tambi¨¦n los m¨¢s fieles. Son menos propensos a zapear. Esta circunstancia "rompe el mito de target comercial y esa teor¨ªa de que hay que hacer programas para j¨®venes", dice Garc¨ªa Matilla.
Si Arag¨®n y Andaluc¨ªa son las comunidades donde m¨¢s televisi¨®n se ve (241 y 240 minutos, respectivamente, de media el a?o pasado), los ciudadanos de Galicia y Madrid son los que menos tiempo pasan ante el televisor (198 y 207 minutos). Las amas de casa son un grupo social especialmente adepto a la pantalla: le dedic¨® nada menos que 270 minutos cada d¨ªa (cuatro horas y media), seg¨²n los datos de Kantar Media, la empresa que mide las audiencias en Espa?a.
Una de las claves de este crecimiento es la gigantesca cascada de contenidos que ha tra¨ªdo consigo la televisi¨®n digital terrestre (TDT). Los espectadores tienen a su alcance una oferta como nunca se hab¨ªa visto hasta ahora. Pero la cantidad no se traduce obligatoriamente en diversidad. De hecho, el nuevo sistema tecnol¨®gico ha aportado programas cl¨®nicos -especialmente tertulias de bajo coste y alto contenido ideol¨®gico- o triviales. En muchos casos, los canales sat¨¦lites de los grandes operadores nacionales sirven para dar una salida al stock que se acumula en sus despensas y a redifundir series eternamente.
Bustamante observa c¨®mo los nuevos canales repiten los macrog¨¦neros de la televisi¨®n. "Hay matices por pa¨ªses, pero la TDT reitera los modelos de la televisi¨®n convencional con muy poca innovaci¨®n. Hay falta de innovaci¨®n y riesgo", remarca. De hecho, Reino Unido es uno de los pocos pa¨ªses europeos que ha apostado por segmentar a la audiencia y ofrecer contenidos a targets distintos: preescolares, ni?os, j¨®venes, adultos, hombres, mujeres.
La TDT, que promet¨ªa en Espa?a una televisi¨®n "de la abundancia" ha terminado siendo una televisi¨®n "de la redundancia". La diversidad y la pluralidad "es una promesa fallida", apunt¨® en el foro de Telos la profesora de ?tica y Deontolog¨ªa de la Informaci¨®n, Carmen Fuente Cobo. "La segmentaci¨®n no se ha concretado de la manera prevista y la segmentaci¨®n ha funcionado solo para el p¨²blico infantil y juvenil", a?adi¨®.
Con el apag¨®n anal¨®gico han nacido muchos canales de amplio espectro -los llamados generalistas- y un pu?ado de ofertas tem¨¢ticas para los m¨¢s peque?os: Disney Channel, Clan TVE, Antena 3. Neox, Boing. Estos canales son precisamente los que m¨¢s seguimiento registran. Son los l¨ªderes de la TDT, muy por delante de otros con vocaci¨®n generalista como Veo TV o Intereconom¨ªa, pero todav¨ªa lejos de las cadenas de primera generaci¨®n, cono Telecinco, Antena 3 o la p¨²blica TVE.
La televisi¨®n ocupa la mayor parte del tiempo de ocio de los espa?oles, aunque poco a poco va ganando terreno Internet. Este fen¨®meno se da sobre todo en adolescentes y j¨®venes pero globalmente, el impacto de la Red "no se ha notado en el consumo de televisi¨®n", recalca Arnanz. De hecho, recuerda que la mayor parte del consumo en Internet son productos de televisi¨®n o inducidos por ella: series que se conocen por la tele o derivaciones de programas, como los realitys que se cuelgan en la Red. Internet sirve tambi¨¦n para descargar (de manera legal o no) las series estadounidenses de gran tir¨®n. Con todo, Bustamante apunta que "no hay contradicci¨®n entre ambos polos -Internet y televisi¨®n- sino convergencia y sinergia". Un ejemplo: el 85% de los contenidos de YouTube procede de las teles.
"Deber¨ªamos haber aprendido de la burbuja de Internet", precisa en la misma l¨ªnea Eduardo Garc¨ªa Matilla. "Es el momento de la convergencia, la integraci¨®n, las sinergias y las alianzas. Tenemos que explorar nuevos territorios y ver qu¨¦ contenidos, para qu¨¦ tipo de p¨²blico y con qu¨¦ soporte publicitario. Est¨¢ todo por hacer y no hay modelos de referencia".
Para ello hay que saber c¨®mo consume y qu¨¦ quiere la gente. El p¨²blico cada vez se apunta m¨¢s a los nuevos dispositivos, como los discos duros que permiten grabar los programas y verlos de un tir¨®n sin los inc¨®modos anuncios. En Espa?a son todav¨ªa un accesorio minoritario, pero en Estados Unidos el 32% de los hogares disfrutan de ellos. Hasta el punto de que el 30% de las series se ven en diferido salt¨¢ndose la publicidad.
Con el iPlus, el terminal de Digital +, "ya no se ven programas en directo, salvo los deportes", dice Garc¨ªa Matilla. El disco duro permite ver lo que se quiera cuando se quiera y eso implica "un cambio estructural". Los expertos han bautizado este fen¨®meno como "la desmasificaci¨®n de los medios masivos".
Para zambullirse en tan abrumadora oferta sin salir aturdido son m¨¢s necesarias que nunca las gu¨ªas electr¨®nicas de programaci¨®n, un instrumento que todos los operadores tienen (por ley) que desarrollar. Son fundamentales para seleccionar qu¨¦ programas ver entre los 9.000 que se pueden elegir en una semana. Estas gu¨ªas permiten desbrozar los contenidos y de paso planificar con ciertas pautas el ocio de los ciudadanos.
Y es especialmente ¨²til en un contexto tan confuso como el actual. "El escenario audiovisual ha cambiado radicalmente. Solo estamos en el principio de la evoluci¨®n", asegura Garc¨ªa Matilla. "No sabemos cual va a ser el techo ni el papel de la televisi¨®n p¨²blica". Tampoco sabemos la oferta de la TDT en los pr¨®ximos meses: la mitad del espectro podr¨ªa ser de pago. Las televisiones se pueden arrendar, pueden emitirse canales de alta definici¨®n (HD en sus siglas en ingl¨¦s) prescindiendo de ancho de banda. Para reducir costes, los operadores de TDT que gestionan un m¨²ltiple (con capacidad para cuatro canales) han optado por arrendar sus frecuencias a multinacionales (Sony, Viacom) y as¨ª han saltado a la TDT canales como AXN o MTV. A¨²n m¨¢s rentable es enfocar estas frecuencias a la teletienda, a los call TV (concursos telef¨®nicos automatizados), al tarot o la quiromancia.
Si se quiere ir a una televisi¨®n de calidad no hay otro camino que apostar por la alta definici¨®n. Es lo que han hecho pa¨ªses como Francia, Italia o Reino Unido. Espa?a es, una vez m¨¢s, la excepci¨®n. Ning¨²n operador privado de TDT ha entrado de lleno en la alta definici¨®n. Solo TVE y las auton¨®micas est¨¢n explorando esta tecnolog¨ªa, pese a que hoy en d¨ªa si no se producen en alta definici¨®n, los contenidos tienen dif¨ªcil salida en los mercados internacionales.
El salto del mundo anal¨®gico al digital anunciaba tambi¨¦n el acceso a la sociedad de la informaci¨®n a trav¨¦s de la TDT. Otra promesa fallida. Los descodificadores que se comercializaron masivamente durante la campa?a hacia el apag¨®n (los famosos zapper) no permit¨ªan la interactividad. Los sintonizadores de 29 euros traducen la se?al (y gracias), pero no permiten entrar en el mundo de la interactividad.
"La televisi¨®n no ha servido para eliminar la brecha digital", se lamenta Eladio Guti¨¦rrez, ex presidente de Impulsa TDT, la entidad constituida para dar el salto tecnol¨®gico: "La apuesta por servicios interactivos, como validar la declaraci¨®n de la renta a trav¨¦s de Internet, no ha funcionado. La tecnolog¨ªa est¨¢ superada por la realidad".
Tal proliferaci¨®n de canales ha provocado una p¨¦rdida de la eficacia de la publicidad tradicional. "Los anunciantes est¨¢n cada vez m¨¢s inquietos", dice Eduardo Garc¨ªa Matilla mientras recuerda que en 2005, una cadena alcanzaba el liderato en Espa?a con el 22,4% de la cuota de pantalla y hoy consigue esa primac¨ªa con el 15%. Algunos operadores han experimentado ca¨ªdas del 30%. Han perdido uno de cada tres seguidores. "Y no hay suelo para esas ca¨ªdas", remacha el presidente de Corporaci¨®n Multimedia. Es entonces cuando m¨¢s necesaria se presenta la investigaci¨®n de audiencia. "Ya no se habla de audiencia sino de consumo directo". En este contexto, la clave ser¨¢n los contenidos.
La televisi¨®n tiene importantes desaf¨ªos que afrontar: Los agregadores y distribuidores de Internet, con Google a la cabeza, quieren entrar en el negocio. "La lucha sobre qui¨¦n controla al usuario final va a ser encarnizada", augura Garc¨ªa Matilla. Todo depender¨¢ de qui¨¦n posea los contenidos. Incluso la TDT de pago. La experiencia demuestra que lo que funciona es el f¨²tbol -y otros deportes- y el porno. Veremos.
![Los datos son tozudos y contradicen a los gur¨²s que pronosticaban la muerte de la televisi¨®n por la extensi¨®n de las nuevas tecnolog¨ªas. La tele se ve m¨¢s que nunca, unas cuatro horas diarias.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/Z5IR5TFVGG6EBUGE4ULH4GHZEQ.jpg?auth=5b1954a192f06d421b0f1ec412da60f542162f70f2e5edca6913d582c3dbff97&width=414)
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.