La calle es nuestra
Una exposici¨®n propone al ciudadano la recuperaci¨®n del espacio urbano
El sugerente asunto que trata la exposici¨®n Rehabitar en nueve episodios (que m¨¢s que una exposici¨®n es una instalaci¨®n en plena acera) es la calle, de qu¨¦ manera puede ser ocupado ese espacio p¨²blico y de sus m¨²ltiples usos que han sido en gran medida arrasados con el tiempo, como comer, jugar o ver una pel¨ªcula.
Con coherencia, la muestra ha salido de las salas expositivas de Nuevos Ministerios y se ha plantado en la calzada ocupando parte del espacio de las arquer¨ªas. La ventaja a?adida es que cualquiera que pase por ah¨ª (la muestra trata de ser did¨¢ctica y accesible) no le queda m¨¢s remedio que detenerse ante una mesa de 25 metros de largo con ilustraciones y textos que contienen toda una serie de propuestas audaces y a la vez de gran simpleza sobre c¨®mo el ciudadano puede apropiarse (de nuevo) del espacio urbano.
Un ejemplo: en 2009 la plaza Times Square de Nueva York se convirti¨® en un banco de pruebas para ensayar la peatonalizaci¨®n de una parte. As¨ª, unos cuantos vecinos ocuparon con hamacas ese espacio durante meses para evaluar su impacto. De esto tambi¨¦n trata el primero de los cap¨ªtulos de la exposici¨®n, Rehabitar la calle: que antes de emprender costosas intervenciones ciudadanas, y sobre todo en estos tiempos, es m¨¢s viable hacer pruebas y medir el impacto con sistemas elementales. En este caso, con simples objetos dom¨¦sticos.
Un gran mural en la fachada de Nuevos Ministerios que reproduce La cena de Lev¨ª (1573), de Paolo Veronese act¨²a como un potente im¨¢n visual. Por qu¨¦ esta escena y no otra m¨¢s contempor¨¢nea lo explica el comisario Xavier Monteys: "Ilustra muy bien el punto de partida de la exposici¨®n, que es el uso polivalente del espacio urbano y en esa escena no se sabe muy bien si est¨¢n en un palacio, en la calle o en una casa". Monteys forma parte del grupo de investigaci¨®n Habitar, del departamento de Proyectos de la Universidad Polit¨¦cnica de Catalu?a, responsable de esta muestra, junto con el Ministerio de Vivienda. Esa idea de partida es que en las calles de las ciudades abundan elementos ajenos al ¨¢mbito personal: asfalto, farolas, coches...Ante esta invasi¨®n ajena propone "domesticar la calle" para que uno se sienta como en casa. "Esto no requiere ni demasiadas obras ni demasiados gastos, solo se necesita sentido cr¨ªtico, voluntad y un par de conos en las v¨ªas durante los fines de semana para cortar el tr¨¢fico y ganar ese espacio", explica el comisario. Al artista Henk Hofstra solo le hicieron falta 4.000 litros de pintura azul para transformar una calle invadida por los coches en una v¨ªa habitable de Drachen (Pa¨ªses Bajos) por donde tambi¨¦n es posible pasear.
La exposici¨®n, abierta hasta el 26 de diciembre, culmina con el cap¨ªtulo Rehabitar las plantas bajas, una serie de propuestas para revitalizar esos espacios a menudo despreciados para usos habitables. Al contrario, la idea es romper ese l¨ªmite y reconsiderar de nuevo las relaciones entre el trabajo y el hogar para animar la vida social. Y de paso dando nuevo uso a tantos locales desocupados.
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