Hoy salvo al toro, hoy lo torturo
Catalu?a avala los 'correbous' dos meses despu¨¦s de abolir las corridas - Cuando se trata de intereses electorales e identitarios, la defensa animal pasa a segundo plano
28 de julio de 2010. La tribuna del Parlamento de Catalu?a prorrumpe en un aplauso despu¨¦s de que la c¨¢mara apruebe por una amplia mayor¨ªa (68 votos a favor, 55 en contra y 9 abstenciones) la abolici¨®n de las corridas de toros. 21 de septiembre de 2010. ?ltimo pleno de la legislatura. El mismo palco, lleno de representantes de la zona del Ebro, en el sur de Tarragona, celebra con otra ovaci¨®n la ley que regular¨¢ los correbous, encierros en los que a los toros se les coloca palos encendidos en los cuernos (bou embolat) o se les pasea atados (bou caplla?at). La votaci¨®n es inapelable: 114 a favor, 14 en contra y 5 abstenciones.
Todo el mundo parece contento menos dos colectivos: los 12 parlamentarios de Iniciativa per Catalunya (ICV-EUiA) y una decena de antitaurinos concentrados con pancartas ante el Parlament. Y alguien m¨¢s: Luis Corrales, el portavoz de la plataforma antitaurina, inmerso en una cruzada para recuperar la fiesta. Corrales sali¨® encendido del hemiciclo. El debate fue poco concurrido -no estaban la mitad de diputados- y desat¨® pocas pasiones salvo cuando el diputado del PP meti¨® con calzador el tema del aborto. La ¨²nica voz de queja fue la de Corrales, que levant¨® un folio reprochando a Francesc Sancho, el diputado de Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU), promotor de la ley, la ambivalente postura de su coalici¨®n.
Los animalistas destacan que las malas pr¨¢cticas ser¨¢n sancionadas
Los pueblos del Ebro est¨¢n euf¨®ricos. Salvan una fiesta 'sagrada'
?Qu¨¦ ha pasado entre las dos fotos de julio y septiembre? Que los dos partidos nacionalistas catalanes, CiU y Esquerra Republicana (ERC), apelando a la tradici¨®n, han cambiado el sentido de su voto. Las dos formaciones se opusieron a las corridas ampar¨¢ndose en el derecho de los animales a no sufrir y no torturarlos (Joan Puigcerc¨®s, de ERC, record¨® la caza del zorro en Inglaterra) y despojaron su discurso de cualquier elemento identitario para que nadie les reprochara que atacaban una fiesta espa?ola. ERC vot¨® como un bloque contra los toros y CiU dio libertad a sus diputados, pero la mayor¨ªa apoy¨® la abolici¨®n. Ahora, han blindado los correbous. M¨¢s coherentes, ICV ha votado en contra de las dos fiestas y PSC (salvo alg¨²n diputado) y PP, a favor.
"Est¨¢ claro: algunos han necesitado hacerse perdonar su voto de abolici¨®n de las corridas", sostuvo Daniel Pi, diputado de Iniciativa. "Dec¨ªan que el debate de los toros no era identitario y en cambio en el pre¨¢mbulo de la ley figura tres veces la palabra Catalu?a ?Por qu¨¦ CiU dio entonces libertad de voto y ahora no?". Albert Rivera, de Ciutadans, en las ant¨ªpodas ideol¨®gicas de los ecosocialistas, fue categ¨®rico: "Si no hubiera elecciones, no estar¨ªamos aqu¨ª. Es una tomadura de pelo".
CiU y ERC -que como PSC y PP se han valido de diputados del territorio para defender sus posturas- han tenido que realizar equilibrios para no perder un m¨ªnimo de coherencia. Pero han encontrado un punto en com¨²n: que con la ley se evitar¨¢n abusos y que en los correbous, a diferencia de las corridas, no hay muerte del animal. "?Hace falta recordar algo tan esencial? Le he dicho a un periodista americano que esto es como los rodeos", dijo Sancho. Nadie se plante¨®, en el debate, salvo IC, si el toro sufrir¨¢ cuando se le ponga fuego en los cuernos 15 minutos o cuando se le estire con una cuerda 30 o cuando se hace la sospechosa menci¨®n de que est¨¢ prohibido someterlo a descargas el¨¦ctricas. "Los toros no van all¨ª a tomar ca?as", ironiz¨® Rivera.
La nueva ley coron¨® la estrategia de CiU que present¨® la proposici¨®n para regular los correbous cuando entraba en el Parlament la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) contra las corridas, que recogi¨® 180.000 firmas y que caus¨® p¨¢nico en la zona. La medida de CiU aspiraba a mimar una tradici¨®n tan sagrada para los pueblos del Ebro como el agua del r¨ªo. Absolutamente innegociable, independientemente (salvo excepciones) del color pol¨ªtico.
Tanto es as¨ª, que cuando la ILP se estaba tramitando con la calculadora en la mano, siempre se ten¨ªa en cuenta a los diputados del Ebro -se daba por sentado que apoyar¨ªan las corridas-. No todo el mundo lo vio as¨ª. Corrales acus¨® al diputado de CiU de haberse vendido: "?No eras abolicionista? ?Qu¨¦ votaste en la ILP?", dec¨ªa en el folio de protesta que alz¨® en el Parlament. Los protaurinos se han sentido traicionados y no ocultan su estupor. Joselito, ganadero y ex torero, asisti¨® en el Parlament en el debate previo a la ILP para hablar de las corridas. Ahora se siente agraviado: "Me parece todo una farsa. Me da mucha pena la falsedad de estas situaciones. Es de un cinismo tremendo. M¨¢s rid¨ªculo hacen los pol¨ªticos". Salvador Boix, apoderado de Jos¨¦ Tom¨¢s, abunda: "Es inadmisible. Fuimos v¨ªctimas de una circunstancia".
El bando animalista no se ha rasgado las vestiduras. La plataforma Prou!, que impuls¨® la recogida de firmas y ya est¨¢ disuelta, siempre defendi¨® que la sociedad catalana estaba preparada para firmar contra los toros pero no contra los correbous. Ana Mul¨¤, de la comisi¨®n de defensa de los derechos de los animales del Colegio de Abogados de Barcelona, y ex miembro de Prou!, sostiene que la ley es un instrumento positivo: "Nos oponemos al bou embolat o caplla?at porque es maltrato. Las denuncias se archivaban y con la nueva ley, las malas praxis podr¨¢n ser sancionadas".
En esa l¨ªnea, el et¨®logo Jordi Casamitjana cree que la ley es un paso hacia la abolici¨®n. Residente en Londres y comprometido en la lucha contra la caza del zorro, Casamitjana recuerda que all¨ª fue as¨ª. "Tambi¨¦n estaba legislada la caza del zorro, ciervos y liebres. ?Claro que sufren los toros! Seguramente m¨¢s ps¨ªquica que f¨ªsicamente. Lo ideal es la supresi¨®n en una sociedad moderna y civilizada, pero nos falta un poco".
Pero este debate es casi inexistente en el territorio. La misma tarde que se blindaron los correbous, el presidente de la Agrupaci¨®n de Pe?as y Comisiones Taurinas Terres de l'Ebre, Miquel Ferr¨¦, evitaba entrar en ¨¦l: "Es una tradici¨®n. ?Maltrato? ?Tortura? Que vengan y lo vean. ?Contradictorio abolir corridas y blindar bous? A nosotros nos gusta". A su lado, el ganadero Pedro Fumad¨®, El Charnego, afirmaba: "No nos los pod¨ªan quitar. Es un sentimiento del sur, estamos hartos que desde Barcelona decidan qu¨¦ est¨¢ bien y qu¨¦ no". El Charnego record¨® la sensaci¨®n de abandono presente en el Ebro: "Tendr¨ªa que haber elecciones cada a?o para que se acordaran de nosotros".
El territorio est¨¢ euf¨®rico. Ahora tocar¨¢ cumplir el texto. No ser¨¢ f¨¢cil, vista la realidad de los bous. Por ejemplo: la ley vela para que reciban un trato digno. ?Lo es tirar al astado a un canal "para que se refresque", como suelen hacer en Sant Jaume d'Enveja? Otro ejemplo, el texto dice que durante un bou caplla?at habr¨¢ que retirar obst¨¢culos del recorrido. Cualquiera que haya estado sabe que se suele cortar el tr¨¢fico, s¨ª: pero ni se retiran coches aparcados ni siquiera las mesas de las terrazas. Tambi¨¦n fija la edad m¨ªnima para participar, 14 a?os, cuando ah¨ª est¨¢ el pueblo entero; no todos corren, pero mirando, hay desde abuelas hasta beb¨¦s.
En otros aspectos, el texto es condescendiente con la tradici¨®n. Sobre las condiciones de seguridad de plazas y barreras, especifica que los "elementos constructivos deber¨¢n disponerse y estructurarse de manera que no exista peligro de lesi¨®n o da?o para las personas y los animales". La norma avala las actuales plazas construidas con andamios, escaleras, carretas de tractor o remolques. Contempla, eso s¨ª, un r¨¦gimen sancionador, con multas entre los 50 y 150.000 euros. El organismo con competencias sancionadoras es la Generalitat o sus servicios territoriales. Los mismos que autorizan los correbous. El delegado del Gobierno en las Tierras del Ebro es Llu¨ªs Salvad¨®, de ERC. Por boca de los republicanos defendi¨® la tradici¨®n Marta Cid, que celebr¨® la seguridad de animales y personas por la que vela el texto. Al contrario que con las corridas, no vio tortura y s¨ª relacion¨® correbous con identidad. La de la gente del Ebro: "Son cohesi¨®n social. No son una profesi¨®n, no son un negocio, no matamos, no cobramos entrada", exclam¨®.
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