Salvajadas de pueblo
Peores, si cabe, que las corridas de toros son las salvajadas pueblerinas tradicionales en las que una chusma en estado de intoxicaci¨®n et¨ªlica maltrata cobardemente a un pobre toro bajo pretexto de fiestas patronales. Es la misma diferencia que hay entre las quemas de la Inquisici¨®n y los linchamientos incontrolados por turbas vengativas. Las corridas son uniformes y crueles. Las salvajadas pueblerinas son distintas y cada una bestial a su manera. Solo sirven para dar salida a la mezcla explosiva de mala leche, alcohol y testosterona de los mozos m¨¢s cerriles del pueblo.
Los toros de fuego, con la cornamenta ardiendo; toros ensogados, toros a la mar, bous al carrer, toros maltratados, estresados, heridos o muertos se suceden en Tordesillas, Extremadura, el bajo Arag¨®n o Valencia (3.000 festejos brutales al a?o). Su suplicio no es menor porque no se los mate. La tortura es peor que la muerte. Estas bestialidades tienen lugar en la regi¨®n m¨¢s atrasada de Catalu?a y que lo seguir¨¢ siendo, vista la ayuda al subdesarrollo que ha recibido del Parlament. Es lamentable que tras su grandeza al abolir las corridas, en un proceso ejemplarmente democr¨¢tico, haya ca¨ªdo en la contradicci¨®n en los correbous. Esta vez no ha habido comparecencias. La votaci¨®n ha sido un tr¨¢mite. La decisi¨®n de blindar los festejos bestiales por miedo a perder un par de votos estaba tomada, con desprecio de la l¨®gica y la ¨¦tica por los partidos (salvo ICV). Es penoso ver una ley fijando los tiempos asignados a las formas de tortura (15 minutos al fuego en los cuernos). Prefiriendo la marruller¨ªa a la pedagog¨ªa, los pol¨ªticos han prestado un flaco servicio a los habitantes del Ebro, conden¨¢ndolos a seguir enfangados en la cultura de la crueldad, que lastra sus opciones de desarrollo. Si hay un alcoh¨®lico en la familia, no hay que animarlo a seguir bebiendo. El progreso empieza en las cabezas, no en las infraestructuras. Los festejos basados en el maltrato son una patolog¨ªa de la mente y su ¨²nico destino es la abolici¨®n.
Si hay un alcoh¨®lico en la familia, no hay que animarle a beber
Jes¨²s Moster¨ªn es fil¨®sofo.
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