Mucho m¨¢s que playa, ron y 'reggaeton'
Cada vez que se oye hablar de Puerto Rico (que son pocas) y que se logra ubicarlo en el mapa, la gente lo imagina como un lugar lleno de playas, ron, m¨²sica (bien sea de Ricky Martin, H¨¦ctor Lavoe, o Calle 13). Pero Puerto Rico es mucho m¨¢s. De hecho, Puerto Rico es un pa¨ªs bastante complejo. Nuestra historia nos ha obligado a inventarnos m¨²ltiples veces. Como todo pa¨ªs, hemos encontrado modos de expresar estas continuas re-invenciones mediante la literatura. Primero fuimos una antigua colonia espa?ola traspasada a Estados Unidos en 1898. En el 1952 nos convertimos (eufe/m¨ªsticamente) en Estado Libre Asociado de Puerto Rico. En 1917 recibimos el derecho a portar la ciudadan¨ªa norteamericana, a pelear en la Primera Guerra Mundial. Ese mismo a?o, se nos quiso imponer el ingl¨¦s como idioma oficial. No funcion¨®. En 1992, el pueblo entero de Puerto Rico recibi¨® el Premio Pr¨ªncipe de Asturias por insistir en vivir y escribir en espa?ol. Sin embargo, al presente, cuatro millones de boricuas viven en The Mainland. Estos hijos de la migraci¨®n escriben, sue?an y viven en un "puertorrique?o" que a veces se expresa en ingl¨¦s y otras en espa?ol. Se llaman a s¨ª mismos "Puerto Ricans", aunque algunos nunca han puesto pie en la isla, ni saben bailar salsa, ni nunca han bebido ron. La mitad de nuestra poblaci¨®n vive en ingl¨¦s. Sin embargo, seguimos formando parte de una comunidad iberoamericana. Nuestra manera de ser actual es como todo en el planeta, m¨²ltiple y global.
Este mes de septiembre, Puerto Rico es pa¨ªs de honor en Liber, en Barcelona. Comiqu¨ªsima la coincidencia de Liber. La literatura puertorrique?a nace precisamente en Barcelona. En 1844 aparece el ?lbum puertorrique?o; con edici¨®n aumentada en 1846. Todos sus autores eran estudiantes de la isla radicados en dicha cuidad. Los mismos responsables del ?lbum puertorrique?o dan a luz en Cancionero de Borinquen en 1846. En 1849 sale El G¨ªbaro de Manuel A. Alonso. Con estas obras se da por inaugurada la literatura puertorrique?a. Durante ese siglo XIX tuvimos nuestra buena porci¨®n de escritoras feministas. Las m¨¢s destacadas fueron Carmela Eulate Sanjurjo y Luisa Capetillo. La figura de la Capetillo es bastante singular. Anarquista, pionera del feminismo y del sindicalismo, trabaj¨® como lectora en f¨¢bricas de tabaco. Viaj¨® por toda la isla organizando sindicatos. Fue partidaria del amor libre, el espiritismo y el vegetarianismo. Fue, adem¨¢s, la primera mujer en usar pantalones en p¨²blico (1880), raz¨®n por la cual estuvo presa en varias ocasiones. En los a?os treinta a cincuenta, como en el resto de Am¨¦rica Latina, la literatura puertorrique?a rebasa fronteras nacionales. El nacionalismo anti-imperialista fue el discurso protag¨®nico de la ¨¦poca. Las obras del dramaturgo y narrador Ren¨¦ Marqu¨¦s, las del novelista Enrique Laguerre y las de los poetas Julia de Burgos Francisco Matos Paoli y Luis Pal¨¦s Matos as¨ª lo atestiguan. Julia de Burgos es nuestra poeta m¨¢s conocida. Escribi¨® poemas a la altura de los de Gabriela Mistral (Chile, premio Nobel, 1945), y Alfonsina Storni (Argentina). Laguerre y Matos Paoli fueron candidatos al Premio Nobel. Pal¨¦s fue el inaugurador del Negrismo en la poes¨ªa latinoamericana. Su libro Tunt¨²n de pasa y grifer¨ªa es lectura obligada para todos aquellos que se interesen por esa "otra" literatura transnacional y diasp¨®rica: la literatura negra escrita en espa?ol. Tambi¨¦n en esta ¨¦poca destaca un gran proyecto editorial en Puerto Rico. En 1953, la Editorial de la Universidad publica la primera traducci¨®n al espa?ol de las obras completas de Edgar Allan Poe. El traductor seleccionado, Julio Cort¨¢zar. D¨¦cadas m¨¢s tarde, otros escritores del boom pasar¨ªan por las aulas de dicha universidad. Mario Vargas Llosa fue profesor visitante. Lo mismo Bryce Echenique. Borges recibi¨® un doctorado honoris causa. Acaba de recibir otro Carlos Fuentes. Desde los a?os cincuenta y hasta el presente, la UPR actu¨® como el ¨®rgano internacionalizador m¨¢s potente de la cultura puertorrique?a. Ahora, dicha instituci¨®n pasa por una etapa de crisis. Toma el bast¨®n la Universidad del Turabo, que ha logrado montar la delegaci¨®n boricua que viajar¨¢ a Liber en Barcelona.
Las instituciones envejecen. Las definiciones tambi¨¦n. Durante los a?os sesenta y setenta, la identidad nacional combativa nos fue quedando estrecha. Los setenta fueron el imperio literario de las mujeres. Grandes escritoras tales como Ana Lydia Vega, Rosario Ferr¨¦, Magali Garc¨ªa Ramis lograron las primeras traducciones de literatura puertorrique?a al alem¨¢n y al franc¨¦s. Tambi¨¦n llegaron los primeros premios literarios importantes. Jos¨¦ Luis Gonz¨¢lez gan¨® el Premio Xavier Villaurrutia (1978) por Balada de otro tiempo. Comienzan a publicar Edgardo Rodr¨ªguez Juli¨¢ (finalista del R¨®mulo Gallegos) y el gran Manuel Ramos Otero, autor de Invitaci¨®n al Polvo, a mi juicio, el mejor poeta contempor¨¢neo en Puerto Rico. Aparece La guaracha del Macho Camacho, obra del m¨¢s grande de nuestros narradores contempor¨¢neos, Luis Rafael S¨¢nchez. Posteriormente, dicha obra es prologada por Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez en su edici¨®n de C¨¢tedra. Al otro lado del charco -es decir, en Nueva York- la primera generaci¨®n de inmigrantes boricuas comienza a publicar literatura. Tato Laviera, Petro Pietri, Piri Thomas y Nicholasa Mohr tuvieron que volverle a probar al mundo, esta vez en ingl¨¦s, que exist¨ªa un lugar que se llamaba Puerto Rico y que sus habitantes produc¨ªan literatura. Los ¨²ltimos treinta a?os de literatura en Puerto Rico han sido de una efervescencia editorial asombrosa. Nuestra literatura se volvi¨® urbana, biling¨¹e, migratoria, y transer¨®tica. Se han multiplicado las editoriales independientes. Se publica todo tipo de literatura: fantas¨ªa (Pedro Cabiya), realismo sucio (Francisco Font Acevedo, Yolanda Arroyo), poes¨ªa intimista (Rafah Acevedo, Janette Becerra, Noel Luna), poes¨ªa urbana / spoken word (Willie Perdomo, Mariposa, Yara Liceaga), detectivesca (Wilfredo Mattos Cintr¨®n, finalista del Premio Azor¨ªn). Hay puertorrique?os que escriben en ingl¨¦s pero se criaron en la isla (Javier ?vila), que escriben en espa?ol pero viven en Estados Unidos (Lourdes V¨¢zquez); escritores que publican en spanglish (Urayo¨¢n Noel, Rebollo-Gil) regardless donde vivan. Son globales y m¨²ltiples, como el resto del mundo y ya no interesa probar que existe esa isla rara llamada Puerto Rico, ni que en ella se producen buenos libros y buena literatura. No queremos probarle nada a nadie, pero s¨ª invitar al mundo a leernos y a gozarnos, m¨¢s all¨¢ de las playas, del ron y del reggaeton.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.