"En 15 d¨ªas nos cortan la electricidad"

Despu¨¦s de tres meses sin pagar facturas de sus comunidades de vecinos y capeando sus quejas, al d¨ªa siguiente de que los clientes tomaran su oficina principal para pedirle una explicaci¨®n por los impagos y su dinero de vuelta, Gespro, una administradora de fincas encargada de gestionar las cuentas de m¨¢s de 300 edificios madrile?os, asom¨® ayer para dar raz¨®n del caos. "Ha habido un problema de contabilidad muy grave, producido por dos contables que hemos despedido, pero cada comunidad recuperar¨¢ su dinero, c¨¦ntimo a c¨¦ntimo", explic¨® su abogado, que no precis¨® nada sobre lo que hab¨ªan hecho estos empleados, a los que tampoco han denunciado.

La empresa no esclarece la ra¨ªz del caso ni informa sobre la cantidad de clientes a los que ha metido en este embrollo supuestamente administrativo; desde el jueves este peri¨®dico ha conocido 48 casos, tres con una denuncia de por medio en comisar¨ªa. Por su sede central, en la calle de Alberto Aguilera (Chamber¨ª), no deja de pasar gente que va con la intenci¨®n de resolver su situaci¨®n y sale sin respuestas, con un documento que dice cu¨¢nto dinero suyo guarda Gespro (junta los fondos de todas sus comunidades en una caja ¨²nica a la que no tienen acceso los clientes), pero sin garant¨ªas de que lo recuperar¨¢n. Y con problemas dom¨¦sticos de calado: "En 15 d¨ªas nos cortan la luz", lamenta Pilar P¨¦rez, vecina de San Blas.

El letrado asegura que las comunidades adeudan 1,2 millones

Los primeros problemas de impagos surgieron en julio y agosto

Los afectados tienen dos inconvenientes. En primer lugar, nadie les ha dicho que se le devolver¨¢n sus fondos, que van desde 1.000 euros en el caso de peque?as comunidades (ocho propietarios) a 165.000 (unos 80); el representante de la empresa asegur¨® ayer en conversaci¨®n telef¨®nica que Gespro tiene recursos para ello. En segundo lugar, est¨¢n experimentando los perjuicios de que una administradora congele el pago de sus facturas.

A Pilar P¨¦rez se le acumulan los agujeros comunitarios. La presidenta del n¨²mero 18 de la calle de Ajofr¨ªn (San Blas) no puede utilizar los 40.000 euros que su gestora tiene anclados en su caja ¨²nica y tiene varios frentes abiertos: una fachada a medio reformar, "porque los obreros dejaron de trabajar al no recibir un pago de Gespro", una azotea que pide mejoras, sin dinero para pagarlas, y un aviso de Uni¨®n Fenosa que explica que en un plazo de 15 d¨ªas les cortar¨¢n la luz.

"El dinero es un problema, pero no el principal", dice Juanjo, vecino de la calle de San Bernardo, 84. "El problema real es no estar al corriente de pagos, que te quiten la luz, el agua...". Al cabo de un par de d¨ªas al pie del ca?¨®n en la oficina central de Gespro, este hombre tiene dos ejemplos di¨¢fanos que lo que quiere decir: "En el n¨²mero 82 de mi calle les cortaron ayer la luz del garaje. Y ayer me dijeron aqu¨ª que una se?ora se qued¨® atrapada en el ascensor porque coincidi¨® que bajaba cuando quitaron la electricidad".

En general, los vecinos sufren ambas cosas a la vez, no tener su dinero a mano y que los proveedores los dejen sin servicios (o amenacen con ello). La faena de la comunidad de vecinos de la avenida del Presidente Carmona, n¨²meros 3 y 5, es considerable. La empresa dispone de 165.000 euros de los vecinos, que conviven con un ascensor sin acabar, paralizada su construcci¨®n a medio camino. Supieron que estaban en un remolino contable como muchos otros, cuando el Canal de Isabel II les dijo que se iban a quedar sin agua. De todos modos, ven algo de luz al final del camino: "Les pedimos que nos devolvieran el dinero y se han comprometido a hacerlo siguiendo unos plazos que est¨¢n cumpliendo", explica un vecino del inmueble.

Otros propietarios envueltos en el l¨ªo de Gespro han conseguido que la empresa pagase los recibos del agua al llegar el aviso de corte inmediato. Son atisbos de futuro en un presente marcado por las ansias de los afectados y la difusa explicaci¨®n de Gespro (propiedad de la gestora catalana Riva y Garc¨ªa Fincas).

Su abogado afirma que dos contables descalabraron las cuentas de la empresa sin que nadie se enterase. Los despidieron, dice, junto a cinco de los 12 administradores que estaban a su cargo. "Su inoperancia cre¨® una desorganizaci¨®n impresionante, y la reconstrucci¨®n [de la contabilidad] est¨¢ siendo ardua", argumenta el letrado, que tambi¨¦n culpa del desastre a las deudas en internas de las comunidades de vecinos: "Suman una morosidad de 1.200.000 euros".

Esta versi¨®n nunca ha llegado a sus clientes, por m¨¢s que lleven semanas detr¨¢s de una explicaci¨®n. Lo m¨¢s cercano fue una circular que Gespro envi¨® el 15 de julio, cuando las comunidades ya iban oli¨¦ndose algo, en la que reconoc¨ªan que la calidad de su servicio se hab¨ªa visto "mermada" debido a la "modernizaci¨®n y reestructuraci¨®n" de sus sistemas de administraci¨®n.

Por entonces aparec¨ªan los primeros problemas. Facturas de agua cobradas dos veces en un mismo mes, cambios repentinos de administradores, espantadas de otros.

El verano es la ¨¦poca que se?alan todos los afectados como inicio de sus males con Gespro. En la oficina de la calle de Alberto Aguilera, donde ayer hab¨ªa un vigilante de seguridad por si empleados y clientes pasaban del papeleo a las manos, Eutiquio Mart¨ªn, de 66 a?os, cuenta la secuencia de su caso. "En agosto dejaron de pagar nuestros recibos. Hace una semana nos dijo que nos iban a devolver nuestros 4.000 euros [son cinco en la comunidad], pero este mi¨¦rcoles cambiaron de opini¨®n: 'Lo ¨²nico que pueden hacer es denunciarnos', me dijo la misma chica".

A medida que pasan los d¨ªas los clientes llegan mejor pertrechados. La vecina de un edificio de la calle de Palafox apareci¨® con un escrito por delante en el que solicitaba que se le extendiese en el acto un cheque con el saldo de su comunidad. Un empleado de Gespro, apoy¨¢ndose en el plazo de 45 d¨ªas que tienen las gestoras para cumplir con esta exigencia, deneg¨® su petici¨®n. "Vuelva usted el lunes".