Un chivito en pan tortuga
Superbocadillo muy especial en la ciudad sin prisas. Desayuno entre libros, edificios 'art d¨¦co' y un atardecer, mate en mano, en el Parque Rod¨®. Un d¨ªa muy original en Montevideo y su casco viejo
No hagamos caso a los que califican a Montevideo como una ciudad "griste", que combina lo trist¨®n con lo gris¨¢ceo. Ser¨¢ que no han sabido disfrutar de su bah¨ªa que se abre al gigantesco R¨ªo de la Plata, de sus playas de agua dulce, sus librer¨ªas, sus parrillas y su arsenal de lugares retro que le otorgan identidad a esta ciudad que, voluntariamente, ha decidido no tener prisa.
09.00 Una librer¨ªa con vidriera
Es en d¨ªas laborables cuando la Ciudad Vieja de Montevideo nos muestra su lado m¨¢s movido. Su calle caminable por excelencia es la peatonal Sarand¨ª, que cuenta con sorpresas arquitect¨®nicas como el edificio de 1917 que hoy alberga la librer¨ªa M¨¢s Puro Verso (1) (en el n¨²mero 675) y que en su d¨ªa fue una ¨®ptica. La espectacular vidriera multicolor con reloj incluido, visible desde su cafeter¨ªa de la segunda planta, es por s¨ª sola una buena raz¨®n para elegir desayunar aqu¨ª. Al bajar nos esperan las obras de los mejores autores uruguayos -Onetti, Levrero, Marosa di Giorgio...-, entre otros miles de libros.
11.00 'Made in Uruguay'
Si no conoc¨ªamos la obra del artista Joaqu¨ªn Torres Garc¨ªa, esta es una buena oportunidad para descubrirla. A dos pasos de la librer¨ªa, en el 683 (2) de la misma peatonal, el museo dedicado a ¨¦l (www.torresgarcia.org.uy; de lunes a viernes, de 9.30 a 19.30; s¨¢bados, de 10.00 a 18.00) nos convierte en fans ac¨¦rrimos de su sistema est¨¦tico, el universalismo constructivo, plasmado en lienzos, juguetes y otros objetos en madera. Pero el arte sigue fuera del museo: muy cerca, en las inmediaciones de la plaza Matriz (3), es f¨¢cil toparse con decenas de puestos de grabados contempor¨¢neos uruguayos, a cual m¨¢s colorista.
13.00 El mercado por excelencia
Si pedimos consejo a un lugare?o sobre d¨®nde comer, nos remitir¨¢ sin duda al Mercado del Puerto (4). Llegaremos a ¨¦l recorriendo hasta el final la calle de P¨¦rez Castellano, donde entraremos con gran regocijo en una ¨¦poca preglobalizada y alejada de cualquier franquicia. En ella, las tiendas y los bares llevan nombres afables de tebeo: confiter¨ªa El Louvre, Carnes Gonzalito, bar Los Beatles. Las fruter¨ªas y negocios de cachivaches de toda la vida conviven en las calles de esta zona (Yacar¨¦ (5), Piedras (6), 25 de Mayo - G) con locales donde se exponen las creaciones de los nuevos dise?adores de la ciudad. A la hora de elegir restaurante, El Palenque es, obviamente, la parrilla m¨¢s resultona de las situadas al exterior del mercado, pero una vez dentro de este, bajo su preciosa cubierta, bien se puede pedir un s¨¢ndwich de choclo y un medio y medio (vino espumoso) en la barra del Rold¨®s, o decantarse por un chivito, el plato nacional uruguayo. Que no nos despiste su diminutivo, pues se trata en realidad de un descomunal s¨¢ndwich de lomo vacuno tiern¨ªsimo servido en el llamado pan tortuga.
16.00 El puertito del buceo
Los edificios, palmeras y atm¨®sfera de la Rambla (8) que bordea la bah¨ªa nos har¨¢n sentirnos en una especie de Miami rioplatense, pues por algo ambas ciudades se llevan la palma en cuanto a presencia de edificios art d¨¦co en Am¨¦rica. Uno de los m¨¢s representativos es El M¨¢stil - I (avenida de Brasil y Juan Benito Blanco), que remeda el castillo de popa de un transatl¨¢ntico (con salvavidas de mamposter¨ªa y un m¨¢stil en la cima). Recorrer la rambla nos acerca a barrios como Punta Carretas (10) y Pocitos - K, llenos de parrillas y caf¨¦s, y tambi¨¦n a lugares simp¨¢ticos como el puertito del buceo, con su Yatch Club estilo art d¨¦co. O a la playa apellidada Ram¨ªrez, situada frente al imponente edificio que alberga un casino y la sede de Mercosur. Dise?ado en 1909 por Guillermo West, conserva a¨²n los aires glamourosos del hotel de lujo que en su d¨ªa fue.
18.00 Melancol¨ªa vespertina
Para experimentar la melancol¨ªa que se le achaca a Montevideo hemos de acercarnos a la Escollera Sarand¨ª (12), una calle robada al r¨ªo y a lo largo de la cual los lugare?os, pertrechados de ca?as y sedales, esperan con paciencia que pique alg¨²n pez. Ver atardecer, otra actividad altamente melanc¨®lica, ha de llevarse a cabo en el Parque Rod¨® (13); por ¨¦l pasean los montevideanos acompa?ados indefectiblemente de su mate y su termo bajo el brazo. Y si queremos realizar actividades acu¨¢ticas de m¨ªnimo riesgo hemos de recorrer su lago a bordo de las lanchitas a pedales del parque -otra muestra m¨¢s del gusto uruguayo por los diminutivos-, tuneadas muchas de ellas por artistas visuales de la ciudad.
20.00 M¨²sica de hoy en un viejo cine
Volvamos, desde la avenida principal del centro, la 18 de Julio, hacia la Ciudad Vieja. En la plaza Cagancha - N, la fachada vintage del cine Plaza nos hace creer que all¨ª solo se proyectan pel¨ªculas de Fernandel o Cantinflas, cuando en realidad el espacio acoge una programaci¨®n internacional de m¨²sica actual que nos deja boquiabiertos. Otra posibilidad es asistir a un espect¨¢culo de corte algo m¨¢s cl¨¢sico en el reci¨¦n restaurado Teatro Sol¨ªs (15) (Ciudadela y Buenos Aires), cuya fachada est¨¢ decorada por un sol que expande sus rayos, inspirado en ¨¦l la propia bandera del Uruguay.
22.00 Tres cenas
Las opciones para picar algo son muchas, y eso nos pone en un aprieto. Quiz¨¢ lo coherente sea decantarse por el Rara Avis (Buenos Aires, 652), el fin¨ªsimo restaurante abierto en el interior del Sol¨ªs. ?Y si preferimos ver por un ventanal el propio teatro iluminado mientras cenamos? Esto es posible en el Caf¨¦ Bacacay (16), en la corta peatonal de igual nombre. En su d¨ªa fue la taberna El Vasquito, y hoy, gracias al buen hacer de su due?a alemana, sirve platos internacionales que nos alejan algo de los cortes de carne vacunos patrios. La tercera opci¨®n, la m¨¢s aut¨¦ntica, es el bar Tasende (17) (Ciudadela, 1300), famoso por su exclusiva receta de pizza de mozarella "al tacho", elaborada celosamente por su due?o, que no se la transmite, dicen, ni tan siquiera a sus propios cocineros. Rod Stewart, que cen¨® all¨ª en una ocasi¨®n, nos podr¨ªa dar su opini¨®n al respecto.
24.00 Noches en la Ciudad Vieja
La Ciudad Vieja de Montevideo est¨¢ plagada de boliches, que as¨ª se llaman los locales nocturnos. La Ronda (18) (Ciudadela, 1182) es parada obligatoria: a menudo, adem¨¢s, habr¨¢ poetas recitando en el diminuto local contiguo llamado Cheesecake Records. Y para acabar nuestra primera noche en Montevideo hay que ir sin falta al Baar Fun Fun (19) (Ciudadela, 1229). Fundado en 1895 y trasladado de su sede original, el Fun Fun de hoy sigue siendo un verdadero himno al horror vacui, plagado de banderines, fotos y objetos varios. Y adem¨¢s sigue sirviendo la uvita, ese dulce c¨®ctel de oporto y vino que prob¨® Gardel en su barra tras marcarse un tango a capella.
? Mercedes Cebri¨¢n es autora de La nueva taxidermia, novela que publicar¨¢ pr¨®ximamente la editorial Mondadori.
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