El oro se envalentona
El precio del metal toca la cima de los 1.300 d¨®lares - El temor y la debilidad del d¨®lar favorecen el repunte
El juego de la Bolsa y la inversi¨®n fue descrito por John Maynard Keynes de una forma sencilla: es lo mismo que apostar en un concurso de belleza en el que se tiene que seleccionar a las seis caras m¨¢s bellas de entre 100 fotograf¨ªas y se lleva el premio aquella persona cuya selecci¨®n m¨¢s se ajuste a la del grupo en conjunto. El gran jugador no se basar¨¢ en los criterios de belleza de los protagonistas de las im¨¢genes, sino que tratar¨¢ de averiguar cu¨¢les son los rostros de los que se va a encaprichar el resto de participantes. Con la persistente incertidumbre y la debilidad del d¨®lar de los ¨²ltimos d¨ªas, la comunidad inversora ha escogido el oro como una de esas caras bonitas en las que fijarse. Apenas se utiliza m¨¢s que para atesorarlo o invertir, pero su tradicional componente de inversi¨®n refugio reluce en las crisis.
George Soros advierte de una burbuja, pero a¨²n puede aumentar
El precio del metal ha subido un 17% desde que comenz¨® el a?o
La onza del metal precioso, unos 31 gramos, qued¨® el pasado viernes en 1.296 d¨®lares, despu¨¦s de haber llegado a tocar la psicol¨®gica frontera de los 1.300 d¨®lares por primera vez. Se trata de r¨¦cords nominales, pero no reales, porque si uno cuenta el efecto de la inversi¨®n, el m¨¢ximo hist¨®rico al que lleg¨® el precio del oro fue en 1980. Despu¨¦s pasaron casi 20 a?os a la baja. Aquel 1980 el metal alcanz¨® los 873 d¨®lares por onza y para superarlo hoy d¨ªa, en t¨¦rminos reales, deber¨ªa superar los 2.400 d¨®lares.
Las cotas de esta semana, con todo, significan un incremento del precio del 17% desde que comenz¨® el a?o y del 30% respecto a la misma fecha de 2009. El metal, aun as¨ª, no ha estado exento de volatilidad en el ¨²ltimo a?o, con un importante descenso entre febrero y abril.
El empuj¨®n del precio de los ¨²ltimos d¨ªas se ha visto alimentado por el discurso de la Reserva Federal de esta semana, que abri¨® la puerta a una nueva relajaci¨®n en la pol¨ªtica monetaria. Cuando el d¨®lar baja, el oro tiende naturalmente a subir porque cotiza en la moneda americana. Adem¨¢s, el miedo a la inflaci¨®n futura tambi¨¦n suele atraer inversi¨®n a los metales preciosos. Y la confianza en la buena marcha de recuperaci¨®n econ¨®mica estadounidense flaquea.
Juan Ignacio Crespo, director europeo de Thompson Reuters, recalca que no hay una sola explicaci¨®n para la carrera que lleva el metal precioso, que ha multiplicado su precio pr¨¢cticamente por cinco desde 2002. "Desde el m¨¢ximo que alcanz¨® el pasado diciembre, estuvo bajando y ahora ha recuperado ese camino, y ha subido algo m¨¢s. Lo que hay en el mercado es dinero corriendo que se coloca en diferentes inversiones y una parte va al oro", apunta.
La trayectoria del ¨²ltimo a?o, como todo rally, desprende aroma de burbuja, pero dista mucho de lo que ocurri¨® a finales de los setenta. El tibur¨®n financiero George Soros dio una de cal y otra de arena el pasado mi¨¦rcoles al hablar de esta materia prima: "Lo llam¨¦ burbuja, y eso significa que puede subir m¨¢s. Pero desde luego no es un valor seguro, y no va a seguir as¨ª siempre". Soros ya habl¨® de esta "burbuja" en enero, pero, mientras dura, quiere sacar provecho. Su fondo, Soros Fund Management, ha estado invirtiendo en fondos de este sector y en compa?¨ªas mineras en el ¨²ltimo a?o.
Ha habido un cambio de actitud hacia este metal tambi¨¦n desde los bancos centrales. Despu¨¦s de 20 a?os de una pol¨ªtica de ventas alta, el a?o pasado las compras declaradas de India, China y Rusia se combinaron con el freno a las ventas de los bancos europeos. La cuesti¨®n es cu¨¢nto durar¨¢ la fiesta. Philip Klapwijk, presidente de la consultora especializada en metales preciosos GFMS, cree que el oro puede incluso superar esa barrera simb¨®lica de los 1.300 euros, pero "el mercado cree que el metal ya ha subido mucho y ver¨¢ pronto un tope".
De momento, hay calentura. Una empresa alemana planeando el a?o pasado instalar 500 m¨¢quinas de venta de lingotes y monedas de oro en Alemania, Austria y Suiza como si fueran chocolatinas. Y otra ya ha instalado una en un hotel de Madrid.
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