La dise?adora estrella de los arquitectos
Con un suave gesto de su mano arruga una tela y del rebujo surge una de sus caracter¨ªsticas cortinas, la choucrute. Petra Blaisse (Londres, 1955), dise?adora de interiores y paisajista, la mano derecha del Premio Pritzker de arquitectura del a?o 2000, Rem Koolhaas, derrocha en cualquier detalle talento, sobriedad y firmeza, como un guante de seda en pu?o de hierro.
Grande, alta, apenas maquillada, vestida con falda, blus¨®n en tonos grises y unas babuchas de piel bastante desgastadas, Blaisse llega tarde a la cita en su oficina de ?msterdam, en un cascado edificio en el que hoy conviven dise?adores gr¨¢ficos, una escuela de teatro y algunas oficinas. Cuando la dise?adora holandesa hace acto de presencia, Louisa, una de las nueve mujeres que trabajan a sus ¨®rdenes, llega rauda con un vaso de agua y otro de caf¨¦. Todos se han puesto firmes en un instante y un manto de tensi¨®n se ha extendido como una de sus telas.
"Los edificios est¨¢n desnudos, y mi labor est¨¢ en encontrar lo que los arquitectos necesitan"
"Los habitantes de las grandes ciudades no saben mirar por encima de los tejados. Yo quiero que alcen la vista al cielo y a los ¨¢rboles" "Con Koolhaas hay que anticiparse a las necesidades del edificio, conocer su uso, ver el interior y el exterior"
Una infancia viajera -vivi¨® en Lisboa, Par¨ªs, Viena y Estocolmo- y una educaci¨®n exquisita. Todos los caminos llevaban a Petra Blaisse hacia la creaci¨®n. Estudi¨® Bellas Artes en Londres y Groningen, aunque no lleg¨® a terminar la carrera. "Pens¨¦ que me interesaba m¨¢s el contacto con los artistas. Trabaj¨¦ con fot¨®grafos, dise?adores de moda, publicistas y como ilustradora de libros para ni?os, y termin¨¦ como conservadora en el Stedelijk Museum de ?msterdam". Hizo algunas exposiciones como dise?adora y su vida dio un giro cuando conoci¨® al arquitecto holand¨¦s Rem Koolhaas. "Fue en 1987. Comenc¨¦ proyectando interiores para sus edificios y m¨¢s tarde empec¨¦ a hacer dise?os como paisajista".
El hombre preciso en el momento exacto. El arquitecto y la dise?adora de bellos ojos azules, p¨®mulos marcados y mand¨ªbula poderosa, se encontraron en una exposici¨®n del Stedelijk Museum de ?msterdam e iniciaron una colaboraci¨®n profesional nunca interrumpida. Muchos comparan esta relaci¨®n con la de otra pareja c¨¦lebre, la de la dise?adora alemana Lilly Reich y el arquitecto Mies van der Rohe. En el caso de Blaisse, quienes la conocen aseguran que su presencia es decisiva en las reuniones de OMA (Office for Metropolitan Architecture), la sede Koolhaas en Rotterdam, para poner las cosas en su sitio.
"Cuando comenzamos un proyecto, estudiamos primero todos los aspectos, el pa¨ªs, la ciudad, el lugar, la luz, el clima, la cultura y, por supuesto, el edificio. Todas las condiciones tienen importancia porque crean anillos no perceptibles" -ella lo define como "presencia invisible" en su libro Inside Outside (publicado por Monacelli Press, Nueva York)-. Ese patr¨®n es el que ha seguido en una nueva instalaci¨®n para La Casa Encendida, de Caja Madrid. Un proyecto hecho realidad gracias a la tozudez de la arquitecta Ariadna Cantis, comisaria de la exposici¨®n. Cantis a¨²n recuerda la primera vez que acudi¨® al estudio de?la dise?adora holandesa. Tuvo un recibimiento g¨¦lido. Cuando entr¨® en el despacho de la dise?adora permaneci¨® sentada un largo rato sin que Blaisse le dirigiera la palabra:?"Fue espantoso. Estuve a punto de irme", dice.
Con el "tel¨®n de oro l¨ªquido" del teatro de la Danza de La Haya, unas largas cortinas con c¨ªrculos dorados que crean la ilusi¨®n ¨®ptica de estar ba?adas en lingotes, Blaisse logr¨® que el hormig¨®n?y los materiales fr¨ªos del edificio de Koolhaas se transformaran en piel satinada en el interior. "Busco siempre un resultado est¨¦tico y t¨¦cnico. La arquitectura de Koolhaas es muy sensible, muy t¨¢ctil, y mi labor es encontrar lo que los arquitectos necesitan. He de ser flexible. Los edificios est¨¢n desnudos, y tengo que respetar su efecto dram¨¢tico. Algunas veces es importante el color, en otras no. Y en ocasiones de lo que se trata es de buscar un efecto ac¨²stico que absorba los sonidos". Sus cortinas son paredes mullidas, de ca¨ªda elegante, como las?que aparecen en los cuadros de Van der Weyden o Rubens. Obras de arte.
Para la Casa de M¨²sica en Oporto (Portugal), el reto estaba en las ventanas. "Hab¨ªa que filtrar la claridad, tener en cuenta la ac¨²stica, reflejar la luz. Tuve que buscar soluciones t¨¦cnicas. Pero fue fascinante", asegura.
En una de las muchas salas de conciertos que ha vestido, Blaisse ide¨® unas originales cortinas con sonido. "Me inspir¨¦ en una obra de Marcel Duchamp. Integr¨¦ los altavoces en el techo. Me educaron en la religi¨®n cat¨®lica y cuando mis padres me llevaban el domingo a la iglesia recuerdo c¨®mo me impresionaban el eco en las paredes de la iglesia, la misa en lat¨ªn, la m¨²sica que te envolv¨ªa".
Las telas crecen como setas en su estudio. El sof¨¢ de su despacho est¨¢ cubierto por tejidos africanos. Ense?a con orgullo una especie de jarapas compradas en Per¨² y en Vietnam, y asegura que la cortina m¨¢s larga que ha hecho fue para la Haus der Kunst, de M¨²nich, aunque "en Dubai cubr¨ª un teatro al aire libre con un tel¨®n de 120 metros de largo por cinco de alto".
Disciplinada, Petra Blaisse se somete a la sesi¨®n fotogr¨¢fica sin chistar. Hace calor en ?msterdam y las cortinas de los ventanales de su estudio se mueven con el viento, la idea que intenta transmitir con sus dise?os. Muestra la maqueta del edificio de La Casa Encendida de Madrid con los toldos con p¨¢jaros troquelados, en positivo y negativo. Dentro, una moqueta de 102 metros recorrer¨¢ las escaleras del centro.
Su alma de jardinera le ha inspirado el dise?o de esta exhibici¨®n. Hace unos a?os visit¨® Madrid para impartir una conferencia a estudiantes de arquitectura y pase¨® por el Bot¨¢nico, el Retiro y Recoletos. Cont¨® a sus asombrados alumnos lo verde que hab¨ªa encontrado la ciudad: "Intent¨¦ que vieran su entorno con otros ojos, que comprendieran que un poco de c¨¦sped y ¨¢rboles son tambi¨¦n un jard¨ªn, que no se necesita un gran oasis. Los p¨¢jaros son los protagonistas, como una met¨¢fora, porque los habitantes de las grandes urbes no saben mirar por encima de los tejados. Y eso es lo que quiero resaltar, que hay que alzar la vista al cielo, a los ¨¢rboles". Vencejos, aviones, golondrinas, b¨²hos; jaras, retamas, tomillos. El h¨¢bitat de la sierra madrile?a en una moqueta estampada que conducir¨¢ a lo m¨¢s alto, a la terraza del edificio de ladrillo.
Nacionalizada holandesa, Petra Blaisse sabe navegar entre la sobriedad calvinista de los edificios minimalistas de Koolhaas y la influencia barroca de su educaci¨®n cat¨®lica que traslada a la riqueza crom¨¢tica de sus interiores. Su despacho, presidido por una gran estanter¨ªa repleta de libros de arquitectura y dise?o, desprende calidez. Dos mesas dise?adas por ella, y como toque personal, la ¨²nica concesi¨®n que deja intuir su intimidad, fotograf¨ªas de un precioso beb¨¦. "Es mi nieto. Tiene 18 meses y lo adoro".
Telas, flores, un universo femenino que Petra Blaisse asegura que no es casual. "Est¨¢ por todas partes, ?no? En mi vida, en la pasi¨®n por mi trabajo". A su alrededor, un equipo compuesto casi exclusivamente por mujeres. "Es coincidencia. Ellas son ante todo excelentes profesionales. Cuando alguien quiere trabajar aqu¨ª, no le pido experiencia, solo tiempo, ganas y una base". En este gineceo tan solo hay un hombre, Peter Niessen, en el departamento textil.
En el largo pasillo que une las dos zonas de Inside Outside, una repisa con tarros de vidrio llenos de piedras y arena con etiquetas que indican la procedencia, Dubai, Madrid, M¨¦xico, delatan una de las obsesiones de Blaisse. "Es una especie de hobby, una manera de hacer paisajismo en cualquier circunstancia. Me gusta observar la tierra y la?naturaleza. En M¨¦xico contempl¨¦ una extraordinariamente azul y pregunt¨¦ si estaba pintada, me dijeron que no, que era su color natural. Ese tipo de descubrimientos me ayudan a la hora de imaginar dise?os".
La dama de las cortinas ha trabajado tambi¨¦n con los arquitectos japoneses Kazuyo Sejima y Ryue Nishizawa -SANAA-, premio Pritzker 2010, en el Pabell¨®n de Cristal del Museo de Toledo (EE UU), y con el brit¨¢nico Tim Ronalds en la reconstrucci¨®n del Hackney Empire Theatre de Londres y en el?Centro Mick Jagger, en Dartford (Reino Unido).
"El m¨¦todo de trabajo es diferente en cada proyecto. Por ejemplo, en el teatro de Londres tuve en cuenta la moda de la ¨¦poca del edificio.?La Biblioteca Central de Seattle, en Estados Unidos, es un buen ejemplo de c¨®mo es la colaboraci¨®n con Koolhaas. Hay que anticiparse a las necesidades del edificio, conocer cu¨¢l va a ser su uso, ver el interior y el exterior".
El resultado de la gran biblioteca de Seattle, una de las joyas de Koolhaas, fue espectacular. Un edificio de hormig¨®n tallado como un enrejado en la fachada, con un interior que se asoma al exterior gracias a una moqueta estampada con plantas, ¨¢rboles y flores, un gran jard¨ªn con libros en las salas de lectura.
Los jardines que dise?a Blaisse son poco convencionales. Rompe las l¨ªneas con piedras?o refleja el cielo con espejos en la hierba. Remata los edificios como los dobladillos de los trajes de alta costura. Asegura que lleg¨® al paisajismo por el af¨¢n de crear magia. "Yo contin¨²o el trabajo del arquitecto y trasladarlo al?exterior es una conexi¨®n l¨®gica. Comenc¨¦ haciendo paisajismo en un restaurante de ?msterdam que ten¨ªa el t¨ªpico patio sin luz. El local desprend¨ªa un ambiente triste. Llen¨¦ el patio de color, de flores rosas, de tonos melocot¨®n. Fue como pintar un cuadro. Y me dije: ?por qu¨¦ no? Me estren¨¦ con Koolhaas en el Museum Park de Rotterdam, y ya todo fue rodado. Me gustan los jardines. Lo que s¨¦ me lo ense?¨® durante a?os una mujer fant¨¢stica. Ella me proporcion¨® el conocimiento de las plantas, de las reglas para dise?ar un jard¨ªn. Para m¨ª es muy importante el color y la estructura". Aunque no da pie a preguntas personales, confiesa a rega?adientes que el jard¨ªn de su casa tiene poco sol y por eso no hay muchas flores, ¨²nicamente algunos lirios y orqu¨ªdeas.
Vive un periodo creativo que la ha encumbrado a lo m¨¢s alto. Ahora est¨¢ volcada en el dise?o de los jardines de Porta Nuova, en la Biblioteca de los Alberi, en Mil¨¢n, un nuevo parque que cambiar¨¢ el perfil de la ciudad italiana. Participa tambi¨¦n en varios proyectos de Koolhaas en Shenzhen y en Pek¨ªn. "En Hong Kong trabajo con OMA en la planificaci¨®n de nuevas zonas urbanas. Es un gran equipo y en cada proyecto aprendo algo nuevo".?
La instalaci¨®n de Petra Blaisse puede verse en La Casa Encendida de Caja Madrid a partir del 1 de octubre.
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