A mayor gloria de Urkullu
El presidente del PNV refuerza su liderazgo interno en la interlocuci¨®n privilegiada que ha enlazado con Zapatero
El a?o que mediar¨¢ para el PNV entre este Alderdi Eguna y el del 2011 es, entre otras cosas, el ¨²ltimo del mandato de su presidente, I?igo Urkullu, antes de someterse al juicio de la asamblea general, que decidir¨¢ su continuidad o relevo al frente del partido. El a?o pr¨®ximo, por estas fechas, tendr¨¢ el veredicto de las urnas en las elecciones municipales y forales y el PNV estar¨¢ adem¨¢s en puertas de su complicado procedimiento electoral para revalidar o sustituir a su presidente y a ocho miembros de su ejecutiva. Los tres diputados generales tendr¨¢n tambi¨¦n discurso hoy en el Alderdi Eguna que se celebra en Foronda (?lava).
En diciembre de 2011 Urkullu cumplir¨¢ cuatro a?os al frente de esa responsabilidad, a la que accedi¨® en un traum¨¢tico contexto, tras la dimisi¨®n de Josu Jon Imaz, y gracias a un pacto interno con el sector netamente soberanista de Joseba Egibar, por el que ¨¦ste ampli¨® su representaci¨®n dentro de la ejecutiva.
Urkullu ha intentado mantener centrado al partido y hacerlo ¨²til
Urkullu no ha logrado cuajar entre sus bases en estos a?os una imagen de l¨ªder carism¨¢tico como la que las bases peneuvistas estuvieron acostumbradas a tener en Xabier Arzalluz y que hered¨® de alg¨²n modo, no su sucesor en el partido, Josu Jon Imaz, y ahora Urkullu, ninguno del gusto del viejo l¨ªder, sino el ex lehendakari Juan Jos¨¦ Ibarretxe. Este, al que el viernes rescat¨® el portavoz peneuvista en la tribuna del Parlamento como "el espejo del fracaso" del Gobierno socialista de L¨®pez, no asistir¨¢ a la celebraci¨®n. Est¨¢ de nuevo en Puerto Rico, indicaron ayer fuentes del EBB.
El a?o pasado, reci¨¦n desplazado del Gobierno, no acudi¨®, en un gesto que puede interpretarse de dos claves distintas: la bienintencionada de no restar protagonismo a Urkullu, como encargado de conducir la nave en solitario de all¨ª en adelante, o la de la reserva a avalar su figura y darle el espaldarazo de un modo tan expreso como levantar su brazo ante la militancia y bendecirlo como referencia ¨²nica en adelante.
En principio, Urkullu deber¨ªa recibir hoy los parabienes de sus bases, desanimadas y enrabietadas a partes iguales el a?o pasado por la p¨¦rdida del Gobierno, pero tambi¨¦n a¨²n ancladas a la idea de que el relevo ser¨ªa un mal sue?o que, seg¨²n algunas previsiones de entonces, no pasar¨ªa de unos pocos meses. Descartada esa previsi¨®n por la realidad, la gesti¨®n que ha hecho Urkullu de los 16 meses que median desde el desalojo de su partido deber¨ªa satisfacerlas:ha ido en su mayor parte dirigida a mantener centrado al partido y a hacerlo percibir como ¨²til. Las negociaciones presupuestarias del a?o pasado con el PSOE en el Congreso, y con el PSE en las diputaciones y el Gobierno -el PNV no se opuso a las cuentas del Ejecutivo L¨®pez- y las que este a?o se repetir¨¢n previsiblemente de modo similar son su mejor exponente. Entre la opci¨®n de la utilidad en la pol¨ªtica espa?ola sosteniendo a Zapatero y la acumulaci¨®n de fuerzas soberanistas Urkullu ha elegido lo primero. Se ha hecho imprescindible al PSOE y eso deber¨ªa reforzar su liderazgo interno. Est¨¢ en condiciones de reivindicar muchas cosas sobre la tarima hoy, adem¨¢s de desgranar esa iniciativa sobre el fin de ETA que tiene anunciada. Pero ni forzar o frenar elecciones generales ni sostener o dejar caer a Zapatero le devuelve el Gobierno de Vitoria, que es el que quieren los suyos. Eso obra en su debe; es el presidente con el que se perdi¨® el poder pese a que el candidato, Juan Jos¨¦ Ibarretxe, s¨ª gan¨® holgadamente las elecciones. Y no est¨¢ claro que sus oponentes internos respalden esa pol¨ªtica de pactos, tambi¨¦n de cara al fin de ETA, que Urkullu va madurando. Aunque no ser¨¢ hoy el d¨ªa de expresar los descontentos. Uno de los diputados generales que le acompa?a en Foronda, Markel Olano, quiere la derogaci¨®n de la Ley de Partidos como contrapartida del apoyo a Zapatero, tanto como Egibar exige que la autodeterminaci¨®n llegue asociada a la paz.
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