Zapatero ofrece a los sindicatos negociar las pensiones tras la huelga general
El presidente impone un perfil bajo ante la protesta, para retomar despu¨¦s el di¨¢logo social - Defiende la reforma laboral pero tiende la mano a las centrales
Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero tratar¨¢ de recuperar el di¨¢logo con los sindicatos inmediatamente despu¨¦s de la huelga general del 29-S para intentar taponar la divisi¨®n abierta en su base social. Aunque Zapatero ha asegurado que mantendr¨¢ la reforma laboral, causa principal de la huelga, tratar¨¢ de abrir el di¨¢logo sobre otros asuntos candentes para los sindicatos, como las pensiones, el empleo juvenil, la negociaci¨®n colectiva y los Presupuestos.
"Mantendremos el objetivo y el compromiso de di¨¢logo social, m¨¢s all¨¢ de la huelga del pr¨®ximo mi¨¦rcoles. Hay muchos cambios que precisan de la m¨¢xima capacidad de concertaci¨®n y el m¨¢ximo di¨¢logo posible y como presidente os aseguro que har¨¦ los m¨¢ximos esfuerzos para mantener ese di¨¢logo con los sindicatos y la patronal", dijo ayer en un mitin en Zaragoza.
Zapatero gestionar¨¢ la huelga de forma opuesta a Felipe Gonz¨¢lez en 1988
El jefe del Gobierno conserva la relaci¨®n con M¨¦ndez pese a la tensi¨®n
El presidente pide a las centrales propuestas para reducir el paro
"Nadie escuchar¨¢ una cr¨ªtica a los sindicatos desde las filas socialistas"
Su pretensi¨®n de reanudar el di¨¢logo no pasa por revisar la reforma laboral, aprobada el 9 de septiembre. Ayer la defendi¨® en Zaragoza con el argumento de que el principal problema econ¨®mico es la tasa de desempleo juvenil y la precariedad. Y pidi¨® alternativas a los sindicatos. "Est¨¢ bien la cr¨ªtica y la descalificaci¨®n, pero parece razonable que se presenten propuestas para solucionar el que es nuestro m¨¢s grave problema".
Zapatero, resignado a afrontar una huelga que cree poco menos que inevitable tras las duras medidas de ajuste que adopt¨® en mayo y la reforma laboral ha tratado en toda su gestaci¨®n de paliar los da?os que acarrear¨¢ en su base pol¨ªtica de apoyo. Para ello ha seguido un modelo de gesti¨®n contrario al de la huelga general de diciembre de 1988, que se sald¨® con una victoria por goleada de los sindicatos y dej¨® tocado al Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez, y de la que fue protagonista, como ministro de Trabajo, el vicepresidente tercero, Manuel Chaves, cuya experiencia ha sido ¨²til para Zapatero.
Frente a la pol¨ªtica de confrontaci¨®n de Gonz¨¢lez con las centrales, a las que quiso hacer pagar su reto, Zapatero ha tratado de rebajar la tensi¨®n al m¨¢ximo. El presidente no ha tratado de provocar divisi¨®n en UGT, como hizo Gonz¨¢lez. Al contrario, ha evitado descalificar a los sindicatos, sus aliados hasta hace medio a?o. Ayer dijo que "nadie escuchar¨¢ una cr¨ªtica a los sindicatos desde las filas socialistas".
Se ha esforzado por pactar los servicios m¨ªnimos en los transportes -aspecto clave de la huelga- en el ¨¢mbito de su competencia y tiene previsto evitar una guerra de cifras con los sindicatos sobre los resultados del paro. Para ello, ha montado un dispositivo institucional de seguimiento en La Moncloa, sin intenci¨®n de condicionar la marcha, al contrario de lo que hizo el Gobierno del PP en la huelga de junio de 2002.
No obstante, ayer en Zaragoza, Zapatero defendi¨® sus planes para "sacar a Espa?a de la crisis", entre ellos, la reforma laboral. "La reforma es necesaria, como es evidente que hay que reformar el sistema de pensiones porque hoy hay muchas m¨¢s personas que van a ingresar en el sistema y lo hacen con una pensi¨®n mucho mejor".
Puso el ejemplo de la reforma de las pensiones del Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez, de 1985, que le cost¨® una huelga general, como un reajuste incomprendido en su momento por los sindicatos y que hoy es asumida. Esa reforma, dijo, "fue muy criticada, pero logr¨® ampliar y extender el sistema hasta hoy, un sistema s¨®lido y una Seguridad Social con buena salud que tambi¨¦n cont¨® con muchas protestas". Despu¨¦s a?adi¨®: "Luego la gente te lo valora y agradece".
Zapatero, con la gesti¨®n de perfil bajo de la huelga, trata de evitar que las heridas en su base social sean profundas. Pero no garantiza, con ello, el fracaso de la protesta. Sabe que cunde un malestar general por sus duras medidas de ajuste. Y que este fen¨®meno trasciende a Espa?a por la victoria de los mercados financieros sobre el intento de la pol¨ªtica de controlarlos. Por ello, la jornada de paro se diluye en una movilizaci¨®n europea de protesta convocada en la misma jornada del 29-S.
El c¨¢lculo del Ejecutivo es que la huelga tendr¨¢ cierta dimensi¨®n, pero sin llegar a la goleada que los sindicatos metieron a Felipe Gonz¨¢lez en 1988. Cuenta con que los l¨ªderes sindicales saben que la convocan en periodo depresivo -frente al expansivo de 1988- y tras tomar unas medidas impopulares que, si no se hubieran adoptado en mayo, los mercados financieros hubieran hundido la econom¨ªa espa?ola. Zapatero no calcula conflictividad, salvo en alguna comunidad, como Madrid, donde Esperanza Aguirre ha provocado a los sindicatos con una exigencia de servicios m¨ªnimos desmesurados.
El presidente sabe, a su vez, que los sindicatos est¨¢n obligados a hacer la huelga. De tal modo que la tensi¨®n no le ha impedido mantener la relaci¨®n con el secretario general de UGT, C¨¢ndido M¨¦ndez, pese al mal trago que le supuso que vetara su presencia en el mitin de Rodiezmo (Le¨®n) de la miner¨ªa ugetista, el pasado 5 de septiembre.
El Gobierno cuenta con que las heridas no le impidan retomar el di¨¢logo social tras el 29-S. Calcula que a los sindicatos les interesar¨¢ rentabilizar el resultado de la protesta con una negociaci¨®n y un acuerdo. Y dispone para ello del margen de maniobra que le da el haber ganado un a?o y medio de tiempo con el preacuerdo pactado con el PNV sobre Presupuestos.
El Ejecutivo cuenta, adem¨¢s, con la oposici¨®n del PP a sus reformas. "Rajoy ha hablado muchas veces de la reforma de las pensiones como elemento fundamental. Pero veremos qu¨¦ hace cuando la presente el Gobierno; se pondr¨¢ de lado y no aportar¨¢ nada, porque quiere presentarse a las elecciones sin asumir responsabilidades".
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