Casete, disquete, CD, DVD, Blu-ray...

Nacimos con el disquete y nos mudamos con el Blu-ray. En 1998, las entrevistas se hac¨ªan con casetes y los datos se mov¨ªan con disquetes, hasta que un osado Steve Jobs -s¨ª, ¨¦l otra vez- anunciaba que en sus ordenadores no habr¨ªa ranuras para ¨¦l.

Empezaba el reino del CD, que convivir¨ªa en el tiempo con las cintas de v¨ªdeo. Pronto lleg¨® el DVD, con mucha m¨¢s capacidad de almacenamiento. En un solo disco cab¨ªa una pel¨ªcula y cientos de canciones. Y la industria tuvo otra oportunidad para vender la misma pel¨ªcula, el mismo disco, en otro formato, y el consumidor se cambiaba el reproductor de v¨ªdeo por el de DVD porque todo era mejor, aunque m¨¢s caro. Las cintas de v¨ªdeo ten¨ªan los d¨ªas contados.

Pero los cambios de productos de almacenamiento de datos no acabaron aqu¨ª. Desde 2005 Sony empez¨® a implantar comercialmente su Blu-ray, discos de mucho mayor capacidad y calidad de imagen, mientras que Toshiba lanzaba su propio sistema el HD-DVD.

Dos a?os despu¨¦s, la victoria se la llev¨® Sony, pero el consumidor ya se hab¨ªa cansado de cambiar de electrodom¨¦sticos, pues por otro lado tambi¨¦n se le ped¨ªa que cambiara su televisor de tubo por uno plano, y luego, si era plano, por uno LED y de alta definici¨®n, y ahora que est¨¦ preparado para las tres dimensiones, con o sin gafas.

Sin embargo, los bolsillos del consumidor se han llenado de memorias USB, simples y baratas, donde guardan y comparten sus m¨²sicas, v¨ªdeos y fotograf¨ªas preferidas del ¨²ltimo verano.