'Buried' entierra los complejos

"En realidad, yo quer¨ªa hacer Indiana Jones dentro una caja". La frase publicitaria que acompa?a a Buried (enterrado) no es esa, pero podr¨ªa serlo. Por raro que parezca, su director, Rodrigo Cort¨¦s, el autor de esa expresi¨®n, es gallego. De la quinta de 1973. Por muy extra?o que resulte, el fen¨®meno mundial de la temporada cinematogr¨¢fica -que est¨¢ armando tanto ruido como La red social, de David Fincher- se rod¨® el a?o pasado en Barcelona, en solo 17 d¨ªas, con gui¨®n y actor estadounidenses; el resto, desde el dinero -dos millones de euros- hasta la arena de la pel¨ªcula, son espa?oles. Cort¨¦s, autor del Concursante, se cruz¨® con un gui¨®n en Hollywood, le gust¨®, all¨ª nadie quer¨ªa producirlo y junto con el productor Adri¨¢n Guerra, se lo trajo a este lado del Atl¨¢ntico. "El proceso ha sido inusualmente corto. Le¨ª el gui¨®n en marzo de 2009, conoc¨ª a Ryan Reynolds poco despu¨¦s y en julio ya est¨¢bamos rodando", recuerda Cort¨¦s.

Seg¨²n su director, "el desaf¨ªo absoluto es su atractivo: rodar un filme imposible"

Esto no explica Buried. Tampoco su creador lo logra: "Ha habido una alineaci¨®n planetaria y me he subido a ella de forma obediente. Es imposible dise?ar algo para tener una repercursi¨®n de este tama?o. Si planeas algo para tener ¨¦xito, desde luego te alejar¨¢s de una idea como esta: un ¨²nico actor encerrado en una caja". Su productor, Adri¨¢n Guerra, tira por esa l¨ªnea: "Como era imposible, la pudimos hacer nosotros; como ten¨ªamos el gui¨®n en ingl¨¦s, ?para qu¨¦ darles el gusto a otros de hacer el remake?".

Eso tampoco explica su ¨¦xito. Cort¨¦s medita: "El desaf¨ªo absoluto es su atractivo absoluto: rodar un filme imposible. Era un proyecto radicalmente insensato, del que era estad¨ªsticamente casi imposible salir con buen pie de ¨¦l". Bueno, a la gente le atraen las locuras. Guerra: "Arrancamos los festivales en Sundance, en enero. All¨ª nos encontramos con p¨²blico recomprando las entradas a nuestra pel¨ªcula por 150 d¨®lares. Apostamos por ense?arla mucho, porque paseara por los cert¨¢menes de verano y oto?o -Deauville, Toronto, San Sebasti¨¢n, Austin- y que hiciera ruido. Tambi¨¦n es cierto que Ryan estaba rodando Green lantern y hasta este agosto no ha podido sumarse a la promoci¨®n". As¨ª, a fuego lento, ha entrado en ebullici¨®n el caldero de Buried, los 95 aterradores minutos de un trabajador estadounidense enterrado dentro de un ata¨²d en el desierto iraqu¨ª con un m¨®vil, un mechero y una linterna.

"Me alej¨¦ del sentido com¨²n, porque si razonaba me daba cuenta de que no se pod¨ªa hacer la pel¨ªcula. Me bas¨¦ en tres premisas: primero, olv¨ªdate de la localizaci¨®n; despu¨¦s, busca las herramientas cinematogr¨¢ficas adecuadas para provocar las emociones en el espectador, porque esto es un thriller, pero no pienses que est¨¢s en una caja, no renuncies a travellings o gr¨²as; y tercero, ten todo el material adecuado para lograr todo lo anterior: construimos siete cajas con especificaciones distintas".

As¨ª llega Buried -"insisto, olvid¨¦monos de si es una aventura visual; recordemos que hay una historia detr¨¢s", apostilla Cort¨¦s- a las carteleras espa?olas en una apuesta grande para este territorio, con m¨¢s de 400 copias, aunque sea una gota de agua comparada en las m¨¢s de 8.000 pantallas en que se estrenar¨¢ por todo el mundo. "En Estados Unidos ha sido escalonado", explica el productor. "De las 11 ciudades del viernes pasado saltamos hoy a 25; y a las m¨¢s de 2.000 que pasaremos el pr¨®ximo viernes".

Cort¨¦s habla de forma puntillosa, reconoce que est¨¢ reventado, que va de festival en festival sin conocer y ya sin padecer. Explica las met¨¢foras de la luz en su trabajo y describe su desarrollo de gui¨®n con sentencias como "se derrumban o dinamitan las paredes del ata¨²d a golpe de historia y la c¨¢mara acaba volando literalmente mientras nos aferramos al asiento con el cuerpo volcado hacia la pantalla pensando en que no vamos a soportar m¨¢s".

Hoy la ola de Buried rompe en las salas. "Nosotros fuimos a Sundance sin expectativas. Yo solo puedo controlar lo que est¨¢ en mi mano. Y en mitad de esta cadena de promoci¨®n, solo puedo dominar los pr¨®ximos 60 segundos". Al menos tiene un pu?ado de segundos m¨¢s que su protagonista.