Vigo sentado en el div¨¢n
La ciudad conmemora su Bicentenario con un programa "austero" de actos
La ciudad acude en bloque a las t¨¦cnicas del psicoan¨¢lisis para resta?ar sus heridas o incluso encontrar una identidad que parece haber perdido. Vigo no div¨¢n es el t¨ªtulo que Outro Vigo ¨¦ Posible (OVEP) ha elegido para unas jornadas de reflexi¨®n que ayuden a responder a las consabidas preguntas de "de d¨®nde venimos, qui¨¦nes somos, qu¨¦ tipo de ciudad queremos". El Bicentenario de la ciudad, que ayer present¨® el alcalde, Abel Caballero, escoltado por el presidente de Caixanova, Julio Fern¨¢ndez Gayoso, el director general de Faro de Vigo, Isidoro Nicieza, y un pu?ado de artistas y gestores del evento, pone la ocasi¨®n.
Vigo accedi¨® a su condici¨®n oficial de ciudad por deferencia del rey Fernando VII y como consecuencia de aquella gesta que expuls¨® a los franceses en 1808. La conmemoraci¨®n ya pone un primer dedo en la llaga porque, siendo aquella guerra y aquel rey las palancas que elevaron su categor¨ªa a la condici¨®n de ciudad, esta ser¨ªa inconcebible en su dimensi¨®n contempor¨¢nea sin la aportaci¨®n de Citro?n, alcampos o carrefoures, por citar los referentes m¨¢s expl¨ªcitos de la contribuci¨®n francesa a su desarrollo.
Habr¨¢ una muestra colectiva de pintura y un certamen de poetas locales
Dos paneles de expertos analizar¨¢n el presente, pasado y futuro ciudadano
A ese primer motivo de reflexi¨®n se sumar¨¢n otros a costa de episodios previos y no menos determinantes, que tambi¨¦n estar¨¢n en el div¨¢n de OVEP, aunque Caballero los obviara ayer para enfatizar y limitar la historia a los dos ¨²ltimos siglos, cuando la presencia romana, por ejemplo, fue tan relevante que, aun con desdenes y olvidos, todav¨ªa se proyecta en la actualidad obstruyendo importantes desarrollos urban¨ªsticos.
El programa conmemorativo, durante la segunda quincena de este mes, ser¨¢ "austero", dijo Caballero, porque no est¨¢n los tiempos para tirar cohetes. Faro de Vigo glosar¨¢ por entregas la historia y los personajes de estos 200 a?os. Habr¨¢ una muestra colectiva de pintura, Vigo ¨¦ cor, con obra de 35 artistas vinculados a la ciudad, de Antonio Quesada a Ant¨®n Lamazares; un certamen po¨¦tico, Vigo ¨¦ palabra, con 34 autores, de M¨¦ndez Ferr¨ªn a Franco Grande; un D¨ªa da mui?eira, dos conciertos sinf¨®nicos, representaciones teatrales para escolares, Correos emitir¨¢ un sello conmemorativo y la ONCE y la Loter¨ªa Nacional programar¨¢n sorteos de reconocimiento an¨¢logo.
El d¨ªa 27, que es la fecha exacta de la conmemoraci¨®n, ser¨¢ inaugurada la Praza do Bicentenario, en el comienzo de la calle Venezuela, con una escultura de Silveira que recrea el emblem¨¢tico Olivo en una composici¨®n de planchas met¨¢licas. Pero a priori ser¨¢ en el div¨¢n de OVEP donde afloren las circunstancias m¨¢s ¨ªntimas de la celebraci¨®n.
El debate multidisciplinar sobre el pasado, presente y futuro de la ciudad reunir¨¢ los s¨¢bados 16 y 23 a sendos paneles de expertos, dispuestos en el escenario del Centro Social Caixanova, seg¨²n prev¨¦ OVEP, en semic¨ªrculo, con el div¨¢n en medio y, sobre ¨¦l, una reproducci¨®n del Sireno, la escultura de Leiro erigida en la Porta do Sol y que en pocos a?os se ha ganado un car¨¢cter emblem¨¢tico de la ciudad, aunque pocos acierten a interpretar su sentido. Muy apropiado, por tanto, para la ocasi¨®n.
Entre los arque¨®logos, historiadores, urbanistas, economistas y periodistas que centrar¨¢n los debates con el p¨²blico ya destaca la ponencia del psiquiatra y m¨²sico (Milladoiro) Ant¨®n Seoane desde su exhaustivo enunciado: ?Existe una identidad viguesa? Ciudadan¨ªa, identidad, pertenencia, desarraigo, violencia y salud mental. Casi nada.
La cuesti¨®n identitaria y sus derivadas asoman como reto de altura y con solemnidad -?ciudad industrial o tur¨ªstica?, o la marca Vigo por la que claman los empresarios locales- y en lo cotidiano a poco que se rasque, incluso sin rascar ni plantear comparaciones con A Coru?a, la otra, sin encontrar nunca acomodo. La marcha del Celta o de Caixanova dan sus motivos. Pero tambi¨¦n la confrontaci¨®n de Puerto y Ayuntamiento, la vocaci¨®n de rellenar la r¨ªa para crear suelo industrial, en lugar de arreglar los enormes buratos del puerto seco de Salvaterra, o la pr¨®diga secuencia de grandes hitos arquitect¨®nicos que, desde antes de la guerra (Plan Palacios) y hasta ahora mismo, acaban traducidos a quimeras.
La m¨¢s clara monumentalidad de Vigo fue creada por indianos benefactores. Ya no los hay y Caballero, que ha convocado y recibido las propuestas de afamados premios Pritzker para construir complejos llamados a marcar la identidad urbana, tampoco avanza en su ejecuci¨®n m¨¢s all¨¢ de las prometedoras maquetas, mientras ¨¦l mismo no encuentra sitio para levantar la adjudicada Biblioteca del Estado -cuya negaci¨®n por no ser Vigo capital de provincia tantas protestas levant¨®- o ha de contentarse con inaugurar pasos de cebra (peraltados, eso s¨ª). Asuntos todos, ciertamente, dignos de pasar por el div¨¢n del Bicentenario.
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