Credibilidad
A veces, siendo ciclista, en d¨ªas como los de ayer te entraban ganas de tirar todo por la borda. Ya est¨¢ bien, lo dejo y me dedico a otra cosa. Hastiado, confundido, indignado e incluso ofendido a pesar de que la historia no te afectase de modo directo. Este no es el ciclismo que t¨² quer¨ªas y so?abas cuando eras ni?o. No es tampoco el ciclismo que conociste en tus primeras experiencias. Quiz¨¢ el brillo de la ilusi¨®n no te dejaba ver ciertas cosas o las ve¨ªas desde un prisma diferente, piensas ahora. Y ni mucho menos es el ciclismo tal y como deber¨ªa ser.
La credibilidad que a¨²n quedaba -y ya es ser optimista pensar que algo quedaba-, de nuevo por los suelos. Lo de Contador, lo de Mosquera y Garc¨ªa terminar¨¢ de una manera u otra; no quiero entrar en detalles porque los desconozco. Pero la l¨ªnea de flotaci¨®n de la credibilidad de este deporte est¨¢ sumergida en un lodo pastoso y denso. Un lodo que deja una mancha indeleble. Y ese lodo proviene de los polvos vertidos en los pensamientos que se despiertan en los aficionados cuando conocen un nuevo positivo.
Me niego a hablar del incidente de Contador. Es una promesa que me he hecho a pesar de que ahora, en parte, estoy escribiendo sobre ello. Conozco a Paco, el cocinero, y le considero un amigo. Tambi¨¦n a L¨®pez Cerr¨®n, otro amigo desde hace muchos a?os. Y tambi¨¦n a Contador. Creo en ellos y en sus palabras. Y me gustar¨ªa que se aclarasen los t¨¦rminos que les han llevado a una situaci¨®n tan surrealista. Pero me siento triste por la posici¨®n en la que est¨¢ de nuevo mi deporte.
Pienso entonces en ?scar, ?scar Freire, durmiendo en la noche australiana y so?ando con marcar un nuevo hito. Cuarta victoria, cuatro Mundiales, cuatro a?os vistiendo y disfrutando del maillot arco¨ªris. Este pensamiento me devuelve la ilusi¨®n. Y me entristece pensar que, si esto se cumple, habr¨¢ quien pondr¨¢ en duda sus resultados. ?Espa?ol, cuatro Mundiales?, se preguntar¨¢n con el ce?o fruncido.
Y a¨²n no salgo de mi asombro con las incongruencias, una vez m¨¢s, de la UCI. Mosquera y Garc¨ªa se enteran por la prensa. Contador se entera a finales de agosto. Nosotros, ayer, cuando lo hace p¨²blico anticip¨¢ndose a una filtraci¨®n. ?Es esto serio? No, por supuesto que no. Pero es grave.
Y me duele que una vez m¨¢s se vulnere la presunci¨®n de inocencia. Estos tres corredores ya han sido juzgados como culpables. No importa si dentro de unas semanas los organismos les dan la raz¨®n. El da?o ya est¨¢ hecho. De nuevo, la mancha indeleble. Para algunos, si hablan, mienten y, si no lo hacen, otorgan. Veremos en qu¨¦ queda todo. Mientras tanto, espero recuperar al menos parte de la ilusi¨®n la pr¨®xima madrugada. Recordando c¨®mo en Verona 1999 nadie cre¨ªa en Freire, casi nadie le conoc¨ªa. Y lo triste que es que ahora haya a¨²n quien no crea en ¨¦l. Simplemente, por una cosa: por el hecho de que es ciclista.
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