Mandela sube al Corcovado
Brasil, el ejemplo m¨¢s ajustado de pa¨ªs emergente, el m¨¢s occidental de los BRIC, una tercera parte de la poblaci¨®n latinoamericana y un 40% de su PIB, y m¨¢ximo representante junto con China, e India, del nuevo orden internacional, celebra ma?ana elecciones presidenciales. Acaba la era Lula, tras dos mandatos de ¨¦xito econ¨®mico y social, con una fuerte disminuci¨®n de la pobreza, que abandonaron 19 millones de brasile?os desde 2003, y la ampliaci¨®n de la clase media que ya cobija a 90 millones de habitantes, la mitad de la poblaci¨®n. Los mismos logros que, a menor escala, se replican en el conjunto de Latinoam¨¦rica, que se adentra en un c¨ªrculo virtuoso de crecimiento, estabilidad econ¨®mica y progreso social. Ha sorteado con da?os menores la Gran Recesi¨®n. Cuando cruza la frontera del bicentenario de su independencia de la Corona espa?ola, comienza a hablarse del inicio de la d¨¦cada latinoamericana. Consolidaci¨®n asimismo en lo pol¨ªtico, superado el susto al regreso de los golpes de Estado vivido el jueves en Ecuador. Mientras tanto, al norte del r¨ªo Grande, EE UU, agobiado por las guerras de Obama, Afganist¨¢n y el c¨¢ncer de Pakist¨¢n, ya no es la naci¨®n indispensable. Aparece "distra¨ªda estrat¨¦gicamente", en palabras de Richard Haas, presidente del Consejo de Relaciones Exteriores. Ha gastado un bill¨®n de d¨®lares en la guerra contra el terrorismo desde el 11-S. "Necesitamos estar en la carrera con China, no con Al Qaeda", escribe Thomas Friedman en The New York Times. La secretaria de Estado, Hillary Clinton, admite que la monta?a de deuda acumulada amenaza la posici¨®n mundial de EE UU y transmite un mensaje de debilidad.
Lula ha disminuido la pobreza y aumentado la clase media que ya cobija a 90 millones de personas
Luiz In¨¢cio Lula da Silva, el ex sindicalista radical, ni?o pobre de chabola que hizo de limpiabotas y ejerci¨® de tornero, va a ver c¨®mo Dilma Roussef, guerrillera en su juventud, es elegida como primera presidenta de Brasil. La design¨® sucesora, la ha modelado ejerciendo de Pigmali¨®n y previsiblemente continuar¨¢ sus pol¨ªticas ortodoxas. El presidente, que abraz¨® la globalizaci¨®n y el mercado, deja el primer plano saludado por el presidente Obama como "el pol¨ªtico m¨¢s popular del mundo". Lula, al que algunos comparan con Mandela en el pabell¨®n de los santos laicos, asciende al Corcovado, el picacho desde donde el Cristo Redentor abre los brazos sobre la bah¨ªa de R¨ªo de Janeiro.
Es cierto que Lula ha construido el despegue econ¨®mico sobre las bases reformistas heredadas de su antecesor Fernando Henrique Cardoso. El ex presidente se queja de la mitificaci¨®n de Lula: "Yo hice las reformas y ¨¦l surfe¨® en la ola". Pero admite que "es un Lech Walesa que funcion¨®". Abandon¨® sus recetas izquierdistas y tuvo la sensatez de no considerar que con ¨¦l comenzaba la historia. Lula ha recordado en el Financial Times, la biblia salm¨®n del capitalismo, que "no es peque?a iron¨ªa que el sindicalista que gritaba en las calles 'abajo el FMI', se convirtiera en el presidente que pag¨® las deudas de Brasil al Fondo y acab¨® prest¨¢ndole 14.000 millones de d¨®lares". El llamado "milagro Lula", la s¨¦ptima econom¨ªa del mundo, 8% de crecimiento previsto este a?o, se ha cimentado, adem¨¢s, en un doble golpe de suerte: el descubrimiento en aguas profundas del Atl¨¢ntico de enormes campos petrol¨ªferos, con reservas superiores a las de Rusia o Kuwait, y el desmedido apetito de materias primas por parte de China y otros emergentes. Brasil est¨¢ construyendo una potente industria de servicios petrol¨ªferos, siguiendo el ejemplo de Noruega. El mito Lula debe recortarse con las sombras de su presidencia: la corrupci¨®n, la desigualdad en el reparto de la riqueza, el gran peso de la econom¨ªa sumergida y el alto nivel de violencia. Con una pol¨ªtica exterior desinhibida, con amigos en Teher¨¢n, La Habana y Venezuela, sin pedir permiso a Washington, ha compensado a sus bases m¨¢s a la izquierda por las pol¨ªticas liberales en lo econ¨®mico. Pero, sobre todo, es un aviso de que no es posible minusvalorar a Brasil como protagonista de un nuevo orden internacional.
El economista Jim O'Neill, el hijo de un cartero de Manchester, acu?¨® en 2001, desde Goldman Sachs, el concepto BRIC: antes de 2041, Brasil, Rusia, India y China superar¨¢n a las seis econom¨ªas occidentales m¨¢s importantes. La idea se le ocurri¨® al ver los atentados del 11-S. "Comprend¨ª que era imposible que la globalizaci¨®n fuera americanizaci¨®n en el futuro. Para su avance deber¨ªa ser aceptada por m¨¢s gente, pero no imponiendo las dominantes estructuras y creencias sociales y filos¨®ficas norteamericanas". O'Neill acaba de ser ascendido a presidente de la Gestora de Activos del Banco Goldman Sachs, que maneja fondos por valor de 802.000 millones de d¨®lares. Una historia de ¨¦xito, como la de Lula.
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