Vidas ilustres
Lo monstruosamente grande es espectacular, como el juicio Malaya, 200.000 folios de sumario, 95 acusados y 77 abogados. Hay tambi¨¦n un gran bot¨ªn. Las conclusiones provisionales del fiscal, de una extensi¨®n de best-seller, 600 p¨¢ginas, empiezan enumerando las propiedades acumuladas por el se?or Roca, principal acusado, mientras trabajaba como empleado del Ayuntamiento: fincas, palacios, hoteles, promociones inmobiliarias, caballos, obras de arte, antig¨¹edades, joyas, relojes, coches antiguos y modernos, un yate, un avi¨®n, un helic¨®ptero. La conclusi¨®n del fiscal, despu¨¦s de contabilizar minuciosamente las propiedades del acusado, es clara: "La adquisici¨®n de este extraordinario patrimonio no puede justificarse sobre la base de las rentas l¨ªcitas conocidas del se?or Roca".
Estos juicios tienen tensi¨®n, d¨ªa a d¨ªa, como las historias por entregas. ?C¨®mo saldr¨¢n del trance los acusados, esa corte de hombres de negocios, abogados, polic¨ªas, joyeros, marchantes y pol¨ªticos? La teor¨ªa del fiscal contra la corrupci¨®n y el crimen organizado es que los empresarios pagaban sobornos por resoluciones e informes municipales que les eran favorables, y que el acusado principal, para tapar sus actividades delictivas, "constituy¨® una verdadera organizaci¨®n". En la trama eran importantes los especialistas en leyes destinados a burlar la ley. Los hechos parecen comprobados, los hechos y sus autores, seg¨²n la acusaci¨®n. Ahora, cap¨ªtulo a cap¨ªtulo, se ir¨¢ conociendo la estrategia defensiva de los acusados.
Los abogados defensores, que tienen ante s¨ª una tarea heroica, no niegan por el momento los delitos. Niegan la competencia y probidad de la polic¨ªa y de los jueces. De defensores se han transformado en acusadores. Alegan irregularidades, ilegalidades en las detenciones, en la instrucci¨®n del caso. Piden la nulidad de las escuchas telef¨®nicas, de los registros policiales, seg¨²n informaba el otro d¨ªa Juana Vi¨²dez en estas p¨¢ginas. Un abogado acus¨® al juez instructor de ser "parcial e inquisitivo". Al juez instructor le reprochan algo que, bien pensado, deber¨ªa ser una virtud en su oficio: "entusiasmo investigador". La cr¨®nica de Fernando J. P¨¦rez sobre el primer d¨ªa de la vista oral recogi¨® en titulares el primer paso de la abogada del acusado principal: pedir la anulaci¨®n de todo el procedimiento.
La fortaleza de las acusaciones contrasta con la fragilidad de la vista oral. ?Llegar¨¢ el juicio a buen fin? ?Cu¨¢nto durar¨¢? ?Resistir¨¢n los 77 abogados? ?Renunciar¨¢ alguno de ellos y obligar¨¢ a suspender la vista hasta el nombramiento de un nuevo abogado, que probablemente pedir¨¢ tiempo para leerse los 200.000 folios del sumario? Un proceso tiene su marcha, su velocidad, sus titubeos e interrupciones. ?Se ganar¨¢n los acusados la simpat¨ªa del p¨²blico? Pienso en la frase telef¨®nica que la polic¨ªa le grab¨® a una concejal implicada en el caso, expulsada de un partido obrero: "Yo genero una plusval¨ªa muy importante". Exig¨ªa, supuestamente, dinero para empezar a estudiar un permiso de obra. La concejal ped¨ªa por adelantado su parte en los beneficios futuros de los constructores.
Esta l¨®gica econ¨®mica es la dominante, por eso me preguntaba si no captar¨¢n los acusados cierta benevolencia general. La acumulaci¨®n, circulaci¨®n y exhibici¨®n de la riqueza tiene, como espect¨¢culo, un p¨²blico fijo, fervoroso y masivo. El empleado municipal Roca visitaba sus propiedades lejanas en helic¨®ptero. Asuntos que requer¨ªan extraordinaria discreci¨®n, incluidas una bater¨ªa de tel¨¦fonos m¨®viles con dispositivos de ultraseguridad y una sutil¨ªsima red de testaferros, no les impidieron a los hoy acusados el exhibicionismo multimillonario. Es como si hubieran delinquido con verdadera convicci¨®n: eficaces repartidores de negocio y dinero, hasta puede que consideraran sus actos provechosos para la sociedad, es decir, para sus v¨ªctimas.
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