Un hito cient¨ªfico en Sevilla
El Instituto de Biomedicina aspira a ser un referente internacional
Diez a?os ha tardado el cient¨ªfico Jos¨¦ L¨®pez Barneo en hacer realidad el Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBIS); un sue?o que ha perseguido tenazmente y que, cuando eche a andar "en un mes o dos", explica, "tendr¨¢ entre sus objetivos estar a la altura de los centros m¨¢s prestigiosos de Europa en investigaci¨®n biom¨¦dica, como el instituto Karolingia de Suecia".
Para lograrlo, el IBIS fue concebido, y nace hoy, con un planteamiento "genuino y pionero en Espa?a", en palabras de este destacado investigador de las enfermedades neurodegenerativas, que es tambi¨¦n su director. Su originalidad radica en que por primera vez ir¨¢n de la mano la pr¨¢ctica cl¨ªnica (el contacto directo con los enfermos), la investigaci¨®n y la docencia. Todo ello en un ¨¢mbito ¨²nico, como es el complejo hospitalario Virgen del Roc¨ªo de Sevilla, donde la pr¨¢ctica m¨¦dica diaria es dif¨ªcil, dura y compleja. "No va a ser un centro de investigaci¨®n aislado en un bosque, sino que desarrollar¨¢ toda su actividad con y para los pacientes del hospital", recalca el que es tambi¨¦n coordinador de toda la investigaci¨®n que se hace en este complejo sanitario p¨²blico.
En el IBIS se unir¨¢n la pr¨¢ctica cl¨ªnica, la investigaci¨®n y la docencia
300 cient¨ªficos colaboran con el proyecto, que ha costado 18 millones
Desde el punto de vista jur¨ªdico y organizativo, L¨®pez Barneo considera, asimismo, que "la f¨®rmula elegida es acertada pues blinda el proyecto". Sin identidad jur¨ªdica propia, el IBIS est¨¢ representado por Fisevi (Fundaci¨®n P¨²blica Andaluza para la Gesti¨®n de la Investigaci¨®n en Salud), aunque quien lo sustenta es el consorcio creado por las consejer¨ªas de Salud y de Innovaci¨®n, la Universidad de Sevilla y el Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC), cuatro socios que son por ahora "la mejor garant¨ªa para que el proyecto perviva". A¨²n as¨ª, ciencia y pol¨ªtica no siempre coinciden en prioridades y urgencias. "La investigaci¨®n en Espa?a est¨¢ demasiado politizada, creo yo", apostilla el prestigioso investigador.
El IBIS ocupa 8.200 metros cuadrados en un edificio de cuatro plantas y va a dar trabajo a 300 cient¨ªficos que son profesores tambi¨¦n en la facultad de Medicina y m¨¦dicos en el hospital. Los 18 millones de euros que ha costado el proyecto proceden de fondos europeos. La Administraci¨®n no ha puesto ni un euro. S¨ª lo pondr¨¢ (1,2 millones) para cubrir parte de los ocho anuales que, calcula L¨®pez Barneo, costar¨¢ mantenerlo a pleno rendimiento.
En el terreno estrictamente cient¨ªfico, el IBIS est¨¢ despertando gran expectaci¨®n en Espa?a y Europa; es una especie de "joya de la corona". Fue el primero, hace dos a?os, en lograr (junto al Idibaps, su equivalente en el hospital Cl¨ªnico de Barcelona) la certificaci¨®n de instituto biom¨¦dico que realiza una investigaci¨®n de excelencia en un gran hospital.
Ahora echa a andar y lo hace con un planteamiento multidisciplinar. Estudiar¨¢ aquellas patolog¨ªas m¨¢s prevalentes o comunes, divididas en cuatro grandes grupos: enfermedades infecciosas y del sistema inmunitario, las neurodegenerativas, como el alzh¨¦imer o el parkinson, las patolog¨ªas vasculares y respiratorias y las enfermedades relacionadas con el c¨¢ncer. Para abordar todas ellas se han creado 32 grupos de investigaci¨®n (entre ocho y diez investigadores por grupo), de los que 27 ya est¨¢n constituidos. "Un dato significativo", dice L¨®pez Barneo, "es que 17 de estos grupos est¨¢n dirigidos por cl¨ªnicos, es decir, por personas que tratan todos los d¨ªas con enfermos en el hospital".
?Pero c¨®mo afrontar¨¢n el futuro los cient¨ªficos del IBIS? Porque, para empezar, deber¨¢n conseguir cada a?o entre cinco y ocho millones de euros con sus proyectos, si no quieren ver c¨®mo el instituto sucumbe. A esto no parece temerle L¨®pez Barneo. Le preocupa m¨¢s que "los investigadores se adocenen" y no mantengan el nivel de exigencia que se requiere para competir en el campo internacional. Si esta premisa se cumple, no faltar¨¢n los recursos, asegura, porque "lo que tenemos claro es que la financiaci¨®n pol¨ªtica no va a resolver el problema pues s¨®lo va a llegarnos en momentos concretos". A los pol¨ªticos, pues, a las instituciones en general, L¨®pez Barneo les pide que mantengan el tutelaje, s¨ª, pero que s¨®lo "les ayuden en la distancia". Es decir, que les dejen trabajar.
Y es que el IBIS no es un fin en s¨ª mismo, sino una herramienta de pol¨ªtica cient¨ªfica en un hospital p¨²blico que propicia recursos -"en los 10 a?os que yo llevo aqu¨ª hemos conseguido para este hospital m¨¢s de 25 millones de euros", recuerda el neurocient¨ªfico-, genera patentes y, a la larga, va a ser una fuente segura de empleo.
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