Sarpong rompe en un rato al Espanyol

Estaban el efecto Tamudo, emotivo e inquietante, y el efecto Osvaldo, inquietante a secas. Estaba el nuevo c¨¦sped, implantado en 48 horas tras el concierto de U2 en Anoeta. Pero sobre todas las cosas estaba la igualdad entre dos equipos m¨¢s aparentes que incisivos, m¨¢s organizados que agresivos. Y estaba Sarpong, un joven negro procedente del Ajax que revolucion¨® a la Real y propici¨® el gol en propia puerta de Forl¨ªn. Mucho para un cuarto de hora de ejercicio.

La Real vive de los momentos de inspiraci¨®n de Xabi Prieto, al que su equipo tard¨® media hora en encontrar, suponiendo que le buscase. En su ausencia, el tim¨®n lo cogi¨® De la Bella, el lateral, en el otro costado. Est¨¢ claro que la Real es un equipo que adora los costados. Crea por las esquinas y destruye por el centro, salvo las apariciones de Zurutuza, que progresa adecuadamente.

El Espanyol es m¨¢s atractivo por el centro, donde ejerce de mariscal Javi M¨¢rquez. Todo muy estructurado, hasta acad¨¦mico, aunque el Espanyol elabore m¨¢s cada examen y la Real sea m¨¢s fiel a la intuici¨®n. Pero lo cierto es que las principales ocasiones llegaron por obra y gracia de dos suspensos. Primero, el de Claudio Bravo en una salida en falso a la que luego correspondi¨® Kameni con otra corregida y aumentada. No fue lo ¨²nico porque dos futbolistas h¨¢biles, Xabi Prieto y Luis Garc¨ªa, se empe?aron en abastecer a sus compa?eros y Zurutuza y Osvaldo, respectivamente, malgastaron dos regalos de sus mejores amigos. Armas distintas, id¨¦nticos disparos.

Era un duelo trepidante, a veces ingenuo, siempre equilibrado por m¨¢s que lo dominara estad¨ªsticamente la Real, pero con el sem¨¢foro permanentemente en ¨¢mbar de Xabi Prieto, el que dice cu¨¢ndo hay que cruzar la carretera. Y as¨ª el segundo tiempo se trab¨®, se enred¨® hasta que Sarpong se larg¨® un zapatazo al larguero que Forl¨ªn, de espuela, introdujo en su porter¨ªa. Lo primero fue un m¨¦rito; lo segundo, un accidente insospechado. Pero lo primero premi¨® la insistencia de la Real y lo segundo castig¨® en exceso a un Espanyol que encontr¨® m¨¢s ocasiones que acierto.