Pol¨¦mica en torno a la pol¨ªtica econ¨®mica
Con motivo de la huelga general se ha generado una pol¨¦mica sobre el cambio de rumbo de la pol¨ªtica econ¨®mica aplicada por el Gobierno, incluyendo la reforma laboral y los recortes de salarios y de algunas prestaciones sociales. La discusi¨®n se centra en si la pol¨ªtica de austeridad y estabilidad, dise?ada por la Comisi¨®n Europea y liderada por Alemania, es la adecuada para reiniciar el camino de la recuperaci¨®n econ¨®mica y la creaci¨®n de empleo o por el contrario en vez de recortes del gasto se deber¨ªa aplicar una pol¨ªtica expansiva en el gasto con ayudas p¨²blicas, al m¨¢s puro estilo keynesiano, que permitiese crecer m¨¢s r¨¢pidamente a la econom¨ªa para crear empleo.
Dejando a un lado si se trata de pol¨ªticas m¨¢s conservadoras o m¨¢s progresistas, deber¨ªamos fijarnos en los problemas espec¨ªficos de Espa?a que nos han llevado a la situaci¨®n actual. Adem¨¢s de la crisis financiera internacional, de la que no es posible librarse en esta econom¨ªa global, en Espa?a se han dado dos condiciones espec¨ªficas en las que voy a centrar el an¨¢lisis: el elevado endeudamiento del pa¨ªs y los excesos especulativos del sector inmobiliario.
Espa?a solo alcanzar¨¢ a medio plazo un crecimiento sostenido y crear¨¢ empleo si prosiguen las reformas
La primera y en mi opini¨®n m¨¢s grave, es el elevado grado de endeudamiento p¨²blico y privado. Todo el pa¨ªs ha vivido durante la fase expansiva por encima de sus posibilidades reales de renta y riqueza. Desde el sector p¨²blico, el desarrollo de la Espa?a de las comunidades aut¨®nomas ha llevado a un nivel de gasto de la Administraci¨®n que en muchos casos se convierte en despilfarro y que resulta insostenible en el medio y largo plazo. Aunque la deuda del Estado se haya mantenido en niveles aceptables en la fase expansiva gracias a la elevada recaudaci¨®n de impuestos, en la etapa de crisis no para de elevarse. En cuanto a las comunidades aut¨®nomas, no dejan de aumentar continuamente su nivel de endeudamiento, y algunas corporaciones locales adem¨¢s de endeudarse no pagan a sus proveedores.
Pero el sector privado viene a a?adir m¨¢s problemas. Las empresas, grandes y medianas, han llevado pol¨ªticas expansivas sin medir bien su capacidad de endeudamiento y el verdadero valor de sus activos y cuando estos han ca¨ªdo se han encontrado con deudas que no pod¨ªan cubrir. Por su parte, las familias, contagiadas del clima de bonanza y de gasto generalizado, tambi¨¦n se endeudaron por encima de sus posibilidades. Las entidades financieras (bancos y cajas) ten¨ªan barra libre de cr¨¦dito sin atenerse a los requisitos de prudencia tradicionales, y las familias se endeudaban no solo para la compra de una vivienda sino del coche, las vacaciones, celebraciones, etc¨¦tera.
El resultado ha sido un nivel de endeudamiento exterior que, medido en t¨¦rminos de d¨¦ficit por cuenta corriente en balanza de pagos, ascend¨ªa al comenzar la crisis internacional (2007) al 10% del PIB. Los mercados financieros dudan y, aunque todav¨ªa conceden alguna credibilidad a nuestro pa¨ªs, cada vez rebajan m¨¢s la calificaci¨®n del Reino de Espa?a (reciente p¨¦rdida del AAA) elevando el coste de la financiaci¨®n.
En segundo lugar, tenemos la gran burbuja inmobiliaria. El alto grado de especulaci¨®n que han sufrido los precios de los inmuebles durante la fase expansiva se debe a que no se cre¨ªa que los precios pudieran bajar, y aunque se hablaba de la burbuja y se alertaba del peligro, fueron pocos los que acertaron con sus decisiones (como algunos bancos) vendiendo sus inmuebles a precios elevados y pas¨¢ndose a pol¨ªticas de alquiler. Empresas y particulares se endeudaron comprando edificios, viviendas o solares pensando que el continuo aumento de los precios les permitir¨ªa seguir obteniendo ganancias f¨¢ciles. Las familias que se hipotecaron con valores superiores incluso al valor de la vivienda que compraban se han visto atrapadas, situaci¨®n que se agrava cuando alguno de los miembros familiares queda sin trabajo. En este momento crucial de la crisis sigue habiendo un stock de viviendas nuevas sin vender que se estima en torno a 600.000 y que retrasar¨¢ necesariamente la recuperaci¨®n del sector de la construcci¨®n, que como se sabe es el sector en el que se ha destruido m¨¢s empleo (552.000 en seis trimestres).
Considerando estos dos problemas es dif¨ªcil mantener que lo m¨¢s adecuado ser¨ªan pol¨ªticas fiscales y de gasto expansivas, con el consiguiente aumento de la deuda y las crecientes dificultades y coste de financiaci¨®n de la misma. En Estados Unidos lo est¨¢n haciendo en cierta medida porque su moneda, el d¨®lar, es aceptada mundialmente, porque no tiene cobertura social y por el contrario tiene una flexibilidad en sus mercados de la que no gozamos en la Uni¨®n Europea.
Desde las diferentes instituciones internacionales y espa?olas, algunas sin ser dudosas de conservadurismo, as¨ª como grupos de profesores y analistas, se recomend¨® adem¨¢s de otras reformas, acometer una reforma laboral que flexibilizase el mercado espa?ol. Espa?a ha sido el pa¨ªs que, proporcionalmente a su tama?o, m¨¢s empleo ha destruido durante la crisis. Tiene un mercado dual con m¨¢s del 35% de contratos temporales que apenas est¨¢n cubiertos por el desempleo y sin embargo se lucha y defiende al colectivo que s¨ª tiene un trabajo indefinido. Es una pena que la reforma aprobada no haya incidido m¨¢s en las condiciones de contrataci¨®n y de negociaci¨®n colectiva. Sin embargo se le da m¨¢s importancia al llamado abaratamiento del despido, que al parecer est¨¢ todav¨ªa en mano de las decisiones de los jueces. Solo si se contin¨²a por la v¨ªa de las reformas, podr¨¢ Espa?a alcanzar, en el medio plazo, un crecimiento sostenido con creaci¨®n de empleo.
Carmen Alcaide es analista y ex presidenta del INE.
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