Con todas las de la ley

BALONCESTO

Mundial femenino

La paradoja del deporte y del baloncesto en especial es que en una fracci¨®n de segundo puede decidirse todo: el paso de la gloria a la miseria, de la cima al abismo, de la aclamaci¨®n al abucheo. Esta vez, en Karlovy Vary, a diferencia de lo que sucedi¨® en Estambul hace apenas un mes en el Mundial masculino, no hubo Teodosic que valiera, no se dio opci¨®n a que ning¨²n verdugo echara al traste el estupendo recorrido del equipo femenino espa?ol. Las chicas ganaron con todas las de la ley la medalla de bronce porque apabullaron a Bielorrusia.

No se trata de un logro m¨¢s. Vale su peso en oro, sobre todo si se tienen en cuenta los a?os de retraso acumulados por la sociedad y el deporte espa?ol durante las ¨¦pocas de plomo y la discriminaci¨®n y las dificultades con las que apechugaron sus mujeres. En consonancia con ello, la selecci¨®n femenina de baloncesto jam¨¢s hab¨ªa asomado la cabeza en competiciones internacionales de primer rango hasta 1992. Los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona, una bendici¨®n para el deporte espa?ol, sirvieron para borrar parte del retraso acumulado. Blanca Ares, Elisabeth Cebri¨¢n, Carlota Castrejana, Ana Bel¨¦n ?lvaro y tantas otras fueron las pioneras que se tutearon con la flor y nata mundial y lograron un aldabonazo al ganar de manera inesperada la medalla de oro en el Europeo un a?o despu¨¦s en Italia. No se vaticinaba; entre otras razones, porque escaseaban tanto las jugadoras espa?olas altas y con buen nivel para ser seleccionadas que los entrenadores de voleibol, baloncesto y atletismo se las quitaban de las manos, como lo demuestra el caso de Castrejana, que se pas¨® al salto de longitud y al triple salto.

Ni la federaci¨®n ni los clubes, pese a disputar una Liga con escasa o nula resonancia medi¨¢tica, cejaron en el empe?o. La aparici¨®n de una jugadora excepcional como Amaya Valdemoro result¨® vital y con ella, ganadora de tres anillos de la WNBA con Houston, una serie de excelentes baloncestistas como Laia Palau, Elisa Aguilar, Nuria Mart¨ªnez, Marta Fern¨¢ndez, Anna Monta?ana, Cindy Lima o Lucila Pascua. Junto a ellas se han incorporado j¨®venes valores como Alba Torrens, Laura Nicholls o Anna Cruz, un ejemplo del primoroso trabajo de base que cristaliz¨® el a?o pasado con las medallas de oro en los Europeos sub 18 y sub 16 y la primera medalla en un Mundial j¨²nior, la de plata, la misma que obtuvo en el Europeo sub 20. En los ¨²ltimos cinco Europeos absolutos disputados desde 2001 se acumularon cinco medallas y las l¨¢grimas de Amaya tras perder la final ante Rusia (68-74) en 2007 delataban que la selecci¨®n ya no se conforma con las migajas.

No es una menudencia el bronce en el Mundial porque, si Estados Unidos acu?¨® el nombre de Dream Team en 1992 y volvi¨® a recuperar el estrellato en 2008, qu¨¦ decir de sus chicas, que ayer ganaron el quinto de los siete ¨²ltimos Mundiales y han sido oro en las ¨²ltimas cuatro ediciones de los Juegos Ol¨ªmpicos. Espa?a demostr¨® que, Estados Unidos al margen, es capaz de ganar a cualquiera y, adem¨¢s, con solvencia, sin dar posibilidad a que ninguna Teodosic se cruce en su camino.