"Tengo miedo de terminar matando a alguien"

Despu¨¦s de protagonizar pel¨ªculas de Jim Jarmusch, Martin Scorsese o Wim Wenders, despu¨¦s de actuar por medio mundo junto a su grupo de jazz experimental The Lounge Lizards, despu¨¦s de estar recluido en su apartamento de Nueva York durante dos a?os a causa de una extra?a enfermedad transmitida por garrapatas, John Lurie (Minneapolis, 1952), artista y persona compleja como pocos de su generaci¨®n e icono de la efervescencia del Nueva York de los a?os ochenta, est¨¢ protagonizando la pel¨ªcula de su vida: un thriller en el que un pintor de ¨¦xito

tiene que desaparecer durante a?o y medio por culpa del acoso de un amigo ¨ªntimo, el tambi¨¦n pintor John Perry. Es una historia en la que un extenso reportaje de la revista The New Yorker publicado hace mes y medio por el periodista Tad Friend se ha convertido en verdadero actor secundario. Bajo el t¨ªtulo Durmiendo con armas. ?Por qu¨¦ desapareci¨® John Lurie?, el texto disecciona la personalidad de Lurie en t¨¦rminos no demasiado halag¨¹e?os y da voz al supuesto acosador.

"El acoso de Perry era terror¨ªfico. Me sent¨ªa como en 'El cabo del miedo"

Ahora, Lurie no solo est¨¢ enfermo, paranoico y preocupado. Tambi¨¦n est¨¢ muy cabreado. En Albacete, donde ha realizado (en el marco del Festival Abycine) su primera aparici¨®n p¨²blica desde que empezara el acoso, habl¨® con este diario.

Pregunta. ?Qu¨¦ le molest¨® del art¨ªculo de The New Yorker?

Respuesta. Por un lado se han montado toda esa historia sobre mi hambre por la fama y yo he rechazado dinero y fama sistem¨¢ticamente a lo largo de toda mi carrera. Por otro lado, me dicen que van a hacer un art¨ªculo sobre mi vida y obra, pero se habla m¨¢s de los cuadros de mi acosador que de los m¨ªos. Creo que el periodista no estaba emocionalmente preparado para hacer el art¨ªculo: no habr¨ªa aguantado 24 horas en mis zapatos. Adem¨¢s, no es verdad eso de que Tom Waits y yo no nos hablemos. Y no odio a Jim Jarmusch. Jim me hizo algunas cosas malas pero tiene algo muy puro que merece todo mi respeto. Y, claro, no es verdad que John Perry estuviera junto a m¨ª cuando estaba enfermo. Entre 2002 y 2007, los peores a?os de mi enfermedad, ni le vi. Por no hablar de que ¨¦l no me ense?¨® a pintar.

P. ?Por qu¨¦ decidi¨® marcharse de Nueva York?

R. Porque el acoso era realmente terror¨ªfico. Me sent¨ªa como en la pel¨ªcula El cabo del miedo. John Perry me recordaba a Max Cady. Me hac¨ªa parecer un hist¨¦rico.

P. ?Durante cu¨¢nto tiempo dur¨® esta situaci¨®n?

R. El v¨ªdeo sobre pintura que realizamos juntos, y que fue el detonante de esta situaci¨®n al rechazar visionarlo, fue en noviembre de 2008. En diciembre decid¨ª irme a la isla de Granada, despu¨¦s de una serie de llamadas y correos electr¨®nicos agresivos, para poner tierra de por medio. Y me llam¨® all¨ª. ?Me llamaba cada cinco segundos!

P. ?John Perry est¨¢ enamorado de usted?

R. No s¨¦ qu¨¦ pensar. El tipo de The New Yorker se tir¨® tres d¨ªas conmigo y le coment¨¦ todas las teor¨ªas que ten¨ªa al respecto. Y sale con el rollo gay... y creo que no es gay. Pero creo que hay algo con la figura de su padre que luego volvi¨® contra m¨ª...

P. ?Por qu¨¦ se siente tan inseguro?

R. Es un t¨ªo experto en artes marciales y tiene un historial de hacer este tipo de cosas.

P. ?Cree que John Perry llegar¨¢ a la violencia f¨ªsica?

R. S¨ª. No tengo ninguna duda. Pero, llegado a este punto, estoy tan cansado que espero que lo haga. Porque as¨ª podr¨¦ matarlo legalmente o porque as¨ª ¨¦l podr¨¢ matarme a m¨ª. No puedo aguantar ni un segundo m¨¢s esta situaci¨®n. Ahora tengo miedo de terminar matando a alguien.

P. ?Qu¨¦ har¨¢ despu¨¦s de Albacete?

R. No lo s¨¦. Por eso no duermo. Se me est¨¢n acabando las fuerzas y no s¨¦ c¨®mo manejar esta situaci¨®n.