Empacho en el Camp Nou
La resaca del Mundial, la falta de delanteros concretos y el gusto por la perfecci¨®n condicionan a un Bar?a que ha mejorado su juego y empeorado sus resultados
El Barcelona se estren¨® en el Camp Nou con una derrota ante el H¨¦rcules, a la jornada siguiente gan¨® por la m¨ªnima al Sporting y el domingo empat¨® con el Mallorca. Los resultados obligan a un an¨¢lisis m¨¢s complejo del que se apunt¨® nada m¨¢s comenzar la Liga, cuando se hablaba de un accidente. El entrenador y los jugadores han emitido ya un primer diagn¨®stico. Pep Guardiola entiende que a su equipo "le cuesta cerrar los partidos". Abidal subraya: "Hace dos temporadas resolv¨ªamos encuentros como el del domingo con un 4-0. Lleg¨¢bamos las mismas veces y las enchuf¨¢bamos todas". Alves aporta una nueva causa: "Nos falta mala leche". Y Vald¨¦s pide "mayor concentraci¨®n". "Los rivales nos conocen m¨¢s y a nosotros nos falta suerte", matiza.
Guardiola descarta un ataque de narcisismo y los jugadores solo ven mala punter¨ªa
A los azulgrana les cuesta marcar goles y, en cambio, han encajado tres a bal¨®n parado, la mitad de los recibidos en jugadas de estrategia la pasada temporada, cosas de la defensa en zona, que exige mucha atenci¨®n e implicaci¨®n colectiva, la participaci¨®n de todos, como es la norma en el Bar?a. "Ganar cuesta mucho, cada a?o m¨¢s", concluye Guardiola; "as¨ª que no busqu¨¦is comparaciones con los cursos anteriores porque siempre saldremos perdiendo. En el pasado solo perdimos un partido en casa, cierto, pero no pudimos vencer en el Calder¨®n ni en San Mam¨¦s y ahora s¨ª lo hemos logrado".
La gesti¨®n de los a?os postmundialistas siempre ha sido compleja para los equipos plagados de internacionales, como el Bar?a. Estados Unidos 1994 y Alemania 2006 tuvieron un impacto negativo en las plantillas campeonas de Johan Cruyff y Frank Rijkaard. A Guardiola tampoco le est¨¢ resultando f¨¢cil manejar un grupo que ha conquistado todos los t¨ªtulos: apenas hubo pretemporada, las lesiones se presentan a diario y se hace dif¨ªcil rotar a un plantel muy corto de efectivos y con un once titular tan marcado como solvente. El t¨¦cnico prefiri¨® limitar los fichajes y apostar por la cantera en una decisi¨®n que abona el buen funcionamiento, la complicidad y tambi¨¦n el corporativismo en la cancha y el vestuario y, a cambio, limita seguramente la riqueza t¨¢ctica y la competitividad.
Los cambios contra al Mallorca fueron Thiago, Nolito y Jeffren, tres jugadores del filial que aspiran a ser cl¨®nicos de los profesionales. El entrenador no ha sustituido a Henry ni a Ibrahimovic, tampoco se ha reforzado el extremo izquierdo y el equipo echa en falta en determinados momentos a arietes concretos que salgan de la ret¨®rica colectiva y combatan la sensaci¨®n de que faltan recursos ofensivos y hay poca variedad de futbolistas. El ¨²nico diferente, rematador antes que pasador, es Villa, sustituido el domingo por un desacertado Bojan. El Guaje es capital para el Bar?a porque le da profundidad, tiro y agresividad. La falta de car¨¢cter general se vio agrandada adem¨¢s por el mal partido de Piqu¨¦, revulsivo en el ¨¢rea rival cuando las cosas se complican. Tampoco se contaron goles de la segunda l¨ªnea, como en Bilbao. Y Messi fue el ¨²nico artillero en su nueva funci¨®n de falso 9: La Pulga ha dejado de ser Maradona para intentar convertirse en Di St¨¦fano.
Alrededor de Messi, los azulgrana se recrean en su juego y a menudo les puede la est¨¦tica y la obsesi¨®n por la excelencia. Todos son buena gente y grandes futbolistas. Guardiola ha pulido la plantilla hasta cuadrar un grupo pol¨ªticamente correcto, leal con el juego, sin ri?as y con los papeles bien repartidos. Ha conseguido que jugara seguramente mejor que nunca, sobre todo ante retos como los de ganar al Atl¨¦tico y el Athletic. Sin embargo, los resultados han sido peores en casa frente a rivales m¨¢s peque?os.
A Guardiola se le reprocha en este sentido que el equipo haya perdido altura y, por otra parte, no tenga aristas ni picos en los partidos porque todos juegan a lo mismo y ha renunciado a futbolistas diferentes como Eto'o e Ibrahimovic y tampoco ha corregido deficiencias estructurales generadas por las salidas de jugadores tan particulares como Larsson o Deco. Los miembros del cuerpo t¨¦cnico disienten de tales apreciaciones y coinciden en que el problema no es de juego ni plantilla, sino que se necesita recobrar simplemente la punter¨ªa, diagn¨®stico en el que coinciden los jugadores.
La sensaci¨®n general en el vestuario del Camp Nou es que el Bar?a estar¨ªa empachado de f¨²tbol por tanta competici¨®n y trofeo conquistado, ser¨ªa v¨ªctima de una fatiga f¨ªsica y mental y necesitar¨ªa recuperar el apetito y el deseo de victoria. Y Guardiola est¨¢ tan convencido de la honradez de sus futbolistas que descarta que su equipo sea v¨ªctima de un ataque de narcisismo.
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