Perdemos capital humano

Quienes hoy nos encontramos en la cincuentena de la vida tenemos dos preocupaciones profundas: el paro y el futuro de los j¨®venes. En los dos casos se produce el mismo fen¨®meno negativo: la p¨¦rdida de capital humano. La reforma laboral -aprobada por el Parlamento ante la falta de acuerdo de los agentes sociales- tendr¨ªa que dirigirse a no incrementar las bolsas irrecuperables de parados de larga duraci¨®n, a hacer m¨¢s atractiva la formaci¨®n para el empleo y a que descienda la tasa de fracaso escolar.

Ahora m¨¢s que nunca es necesario reforzar los v¨ªnculos intergeneracionales, potenciar el movimiento cooperativista para los emprendedores adultos y j¨®venes, eliminar del mercado a los intermediarios que encarecen bienes y servicios, luchar contra la corrupci¨®n y la econom¨ªa sumergida, internacionalizar nuestra capacidad productiva y, por qu¨¦ no, sancionar a todos los agentes del mercado laboral, financiero, industrial, econ¨®mico y pol¨ªtico que no cumplen los requisitos de capacidad, aprovechamiento de los recursos y responsabilidad social. Si es necesario, que vuelvan a la escuela, tendr¨¢n una segunda oportunidad para resarcir a la sociedad y, en especial, a los j¨®venes.