El padre Marc lo sabe
Vallbona de les Monges, Santes Creus y Poblet. La ruta del C¨ªster en la frontera entre Tarragona y Lleida
D¨®nde vives?, me pregunta el padre Marc. En Barcelona , respondo. No, no. Te pregunto que d¨®nde vives. ?En Catalu?a?, pruebo. No. Bueno, s¨ª, en una peque?a parte, me dice, pero esa no es la respuesta.
Conoc¨ª la ruta del C¨ªster por casualidad. Hab¨ªamos ido a pasar el fin de semana al hotel Regina Spa Art Dec¨®, en la provincia de Lleida, un antiguo edificio de piedra restaurado con mimo por sus actuales due?os en el m¨¢s puro estilo art d¨¦co de los a?os veinte, el cual adem¨¢s de descanso y relax en un entorno muy bello ofrece toda una variedad de terapias de ba?os y masajes. Fue all¨ª en donde nos hablaron de los monasterios cistercienses y, una vez repuestos en cuerpo y alma de todos nuestros males, decidimos salir a recorrerlos.
La orden del C¨ªster se extendi¨® por Europa a partir del siglo XI con la intenci¨®n de recuperar la figura del monje como persona dedicada a la oraci¨®n, al trabajo y a la acogida de peregrinos, y en rechazo a la relativa riqueza y comodidad en la que algunos monasterios hab¨ªan incurrido. As¨ª, en Catalu?a, y en estrecha vinculaci¨®n con la corona catalano-aragonesa, se levantaron los conjuntos monumentales de Vallbona de les Monges, Santes Creus y Poblet, con el fin de colonizar las despobladas tierras de lo que hoy representa la frontera entre las provincias de Tarragona y de Lleida.
?Qu¨¦ es lo m¨¢s importante en esta vida?, me pregunta el padre Marc. ?El amor?, pruebo, ?el perd¨®n? Que no, que no, me responde y, acerc¨¢ndose hasta donde estoy, me tapa la nariz y la boca. ?Qu¨¦ es lo m¨¢s importante ahora? Respirar, respondo cuando su mano me lo permite. ?l asiente satisfecho y retomamos la marcha.
El monasterio de Santes Creus es el ¨²nico de los tres que no alberga comunidad mon¨¢stica desde que en 1835 la misma abandonara el edificio a causa de la desamortizaci¨®n de Mendiz¨¢bal. En 1921 fue declarado monumento nacional, y hoy sirve de grandioso decorado para conciertos y otras actividades culturales organizadas all¨ª por la Generalitat. El de Vallbona de les Monges es el monasterio femenino de la ruta. Su origen se remonta a una comunidad de anacoretas cuya parte femenina se incorpor¨® en 1175 a la orden del C¨ªster. En 1573, y a causa de la prohibici¨®n por parte del Concilio de Trento de que existieran monasterios femeninos en el descampado, la abadesa de aquel entonces decidi¨® ceder parte de las tierras aleda?as a la abad¨ªa a familias campesinas con el fin de rodearse de una zona urbanizada. As¨ª naci¨® la aldea que circunda el monasterio, el ¨²nico de la ruta que no cumple con el precepto de aislamiento con el que originalmente fueron ideados.
Una honda impresi¨®n
El monasterio de Poblet es el m¨¢s impresionante de los tres, el que mayor poder¨ªo econ¨®mico y pol¨ªtico detent¨® en su momento y el que m¨¢s honda impresi¨®n me produjo cuando tuve la oportunidad de adentrarme en sus muros de piedra, en sus arcadas rom¨¢nicas y g¨®ticas. El padre Paco, encargado de la hospeder¨ªa, me invit¨® gentilmente a pasar unos d¨ªas con ellos. Acept¨¦.
?Qu¨¦ es lo m¨¢s importante en la vida?, me pregunta el padre Marc ?Respirar?, arriesgo. Eso tambi¨¦n, pero luego de respirar hay que dar gracias por poder hacerlo. ?Y a qui¨¦n tienes que agradec¨¦rselo? A Dios, respondo casi seguro de acertar. No, hombre, a ti, a ti.
A las cinco de la ma?ana empieza el d¨ªa en Poblet. La Luna est¨¢ a¨²n alta en el cielo cuando los monjes atraviesan el claustro para celebrar maitines. A las 8.30 desayunamos en el refectorium, en donde se servir¨¢ tambi¨¦n la comida y la cena. Se toma el alimento en un silencio solo roto por la voz del monje que lee trozos de las escrituras o el testimonio de alg¨²n misionero que narra sus experiencias. Se habla poco en el monasterio, se come y se duerme lo justo.
El padre Mat¨ªas me encuentra leyendo a la sombra de un ¨¢rbol. Es la hora del sol pesado. Si quieres estar fresco hay un sitio detr¨¢s de la vi?a donde los antiguos monjes guardaban la nieve que tra¨ªan de las monta?as para conservar frescos los alimentos, agrega. Me indica c¨®mo encontrarlo y hacia all¨ª me dirijo. El pou del gel se asemeja al interior de un huevo de tres plantas de altura. Si afuera la temperatura supera los treinta grados, all¨ª no alcanza los diez. Arcaica tecnolog¨ªa perfecta en funci¨®n y forma.
Hacia las nueve de la noche tiene lugar la lectura en la sala capitular. Las campanas la interrumpen para llevarnos a completas. En el coraz¨®n de la iglesia, y con una t¨ªmida vela como ¨²nica fuente de luz, escucho los cantos de los monjes que resuenan entre las b¨®vedas, id¨¦nticos a los que se o¨ªan ah¨ª hace ocho siglos y con los que parece se mezclaran en el eco de la piedra. En silencio nos retiramos al descanso.
Al otro d¨ªa quedo con el padre Marc para recorrer el monasterio y enterarme as¨ª de la historia de las piedras. Con minucioso detalle me cuenta de los arcos y las columnas, de las formas redondas de lo celestial y de la cuadratura de la existencia humana. Cincuenta a?os llevan esos ojos recorriendo aquellas piedras.
Vemos las tumbas rom¨¢nicas y g¨®ticas, an¨®nimas las unas, decoradas las otras. Vemos los anaqueles del scriptorium y la trinidad representada en el techo de la sala capitular. Me entero del recorrido vital del padre Marc, de los caminos que lo alejaron y lo reencontraron con la Iglesia. Por la tarde dejo Poblet camino del tren que me llevar¨¢ a casa, y sus palabras resuenan como un salmo en mi cabeza. ?D¨®nde vives?, me dice al despedirnos, y con su dedo apunta a mis pies. Aqu¨ª, respondo, y ¨¦l sonr¨ªe. Uno vive donde tiene sus pies, no donde tiene su casa, me confirma. Solo hay tres cosas que deben importarte, me conf¨ªa el padre Marc como regalo de despedida: saber d¨®nde tienes los pies, respirar all¨ª donde est¨¦s y dar las gracias por poder hacerlo. Que as¨ª sea.
? Javier Arg¨¹ello es autor de El mar de todos los muertos (Lumen, 2008).
Gu¨ªa
Visitas e informaci¨®n
? Web de la ruta del C¨ªster
(www.larutadelcister.info ). Se puede comprar una entrada conjunta; cuesta 9 euros y sirve para visitar los tres monasterios.
? Real Monasterio de Santes Creus (977 63 85 92; www.mhcat.net). Abre de martes a domingo, de 10.00 de 17.00. Entrada, 4,50 euros.
? Real Monasterio de Vallbona de les Monges (973 33 02 66; www.vallbona.com ). De martes a domingo, de 10.30 (el domingo, de 12.00) a 13.30 y de 16.30 a 17.45.
Entrada, 3,50 euros. La hospeder¨ªa cuenta con 20 habitaciones.
? Real Monasterio de Santa Mar¨ªa de Poblet (977 87 07 39). Abre de 10.00 a 12.40 (los domingos, solo hasta las 12.25) y de 15.00 a 17.25. Entrada, 6 euros.
? Hotel Regina Spa Art Dec¨® (www.hotelreginaspa.com ; 977 88 00 28). Carretera del Balneario de Vallfogona de Riucorb, kil¨®metro. 3. La doble, desde 120 euros.
? Turismo de Catalu?a
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.