Marketing emocional
Cada nueva encuesta sobre la pol¨ªtica valenciana que publican los peri¨®dicos confirma, a grandes rasgos, los datos de la anterior. ?No cambia nada en la pol¨ªtica de la Comunidad Valenciana? Muy poco. Sin duda, las cosas var¨ªan, pero lo hacen de un modo tan espacioso que, en la pr¨¢ctica, resulta imperceptible. Si nos fijamos en los sondeos que este peri¨®dico acostumbra a publicar con motivo del 9 d'Octubre vemos que, a?o tras a?o, el Partido Popular supera a los socialistas en intenci¨®n de voto por una amplia diferencia. Tanto da que tomemos los datos de 2005 como los de 2006, que cojamos los de 2008 o los de 2009. Punto arriba, punto abajo, los resultados no variar¨¢n de un modo manifiesto en ning¨²n caso. La base social del Partido Popular es impresionante y permanece inamovible en el tiempo, aunque a algunos el asunto les parezca incomprensible. Pero, as¨ª es. Frente a la contundencia de estas cifras se estrellaba en su d¨ªa un impotente Joan Ignasi Pla, y ahora lo hace Jorge Alarte.
Los ¨²nicos que no parecen extra?arse, ante un hecho que sorprende a todo el mundo, son los socialistas valencianos. La prueba es que en todo este largo periodo, el PSPV apenas ha modificado su estrategia. Para entender el peculiar modo de percibir la realidad que tienen los socialistas, nada mejor que repasar la conferencia que Joan Lerma pronunci¨® d¨ªas atr¨¢s. Lerma -me gu¨ªo por las rese?as publicadas en la prensa- desmont¨® algunas de las falacias que en torno a la financiaci¨®n auton¨®mica ha construido el Partido Popular en estos a?os. Sobre todo, puso de manifiesto el delicado momento que vive la Comunidad Valenciana y la despreocupaci¨®n de la opini¨®n p¨²blica en este punto: "No existe la sensaci¨®n de alarma que deber¨ªa existir si miramos las cifras como son". Se podr¨¢n discutir los argumentos de Lerma, pero nadie negar¨¢ que los indicadores econ¨®micos se?alan una ca¨ªda imparable de la riqueza de los valencianos.
Si Lerma acierta en el diagn¨®stico de los problemas, se equivoca al juzgar la conducta del Partido Popular. No es cierto que el PP gane batallas en la prensa y las pierda en la realidad, como sostiene con iron¨ªa el ex presidente. Las batallas que los populares ganan en la prensa son victorias reales. Pero los socialistas siguen pensando -vieja escuela- que prensa y realidad son verdades distintas. Cualquiera que sea el juicio moral que nos merezca el marketing emocional que pr¨¢ctica el Partido Popular, hemos de reconocer que es de una extraordinaria efectividad. Si la percepci¨®n de los problemas no depende tanto de su magnitud como de su colocaci¨®n en el centro del debate p¨²blico, como aseguran los soci¨®logos, el acierto del Partido Popular no admite discusi¨®n. El ciudadano percibe sus mensajes con claridad porque establecen una conexi¨®n directa entre los hechos y la realidad. El "Zapatero no nos quiere" es una exageraci¨®n, pero no cabe duda de que ha calado en la sociedad valenciana.
Frente a esta pedagog¨ªa persuasiva, los socialistas parecen fiarlo todo a la denuncia de la corrupci¨®n. Hacen bien los socialistas en denunciar la corrupci¨®n pero, de no acompa?arla con otras acciones, sus efectos sobre el cuerpo electoral s¨®lo se manifestar¨¢n a largo plazo, y ser¨¢n d¨¦biles. Y es en estas otras acciones donde el PSPV muestra una inexplicable pasividad. ?Conduce a alg¨²n lado esa estrategia, m¨¢s all¨¢ de administrar derrotas? Es evidente que a los socialistas valencianos les faltan ideas pero, sobre todo, necesitan unas buenas lecciones de comunicaci¨®n.
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