Una lectura ambiental de los Presupuestos 2011
En los ¨²ltimos meses se han sucedido diversas convocatorias electorales que han tenido un nexo com¨²n: el progresivo avance de opciones pol¨ªticas que tienen el ecologismo como eje fundamental de su acci¨®n. El caso m¨¢s reciente, y sonado ha sido el espectacular avance de la brasile?a Marina Silva quien, a la cabeza del Partido Verde, ha rozado el 20% de los votos. Gracias a ello puede convertirse en ¨¢rbitro del futuro de aquel pa¨ªs. El resultado de Marina Silva en un pa¨ªs clave en el tablero global acaba con el falso mito de que las pol¨ªticas ecol¨®gicas son solo un lujo para los pa¨ªses ricos, poniendo de manifiesto que el sentido de identificaci¨®n con ideas que buscan la sostenibilidad ecol¨®gica est¨¢ cada vez m¨¢s extendido por todo el globo.
El Ministerio de Agricultura solo dedicar¨¢ el 2,3% de su presupuesto al cambio clim¨¢tico
Pasados unos meses desde el fracaso de la Cumbre de Copenhague, parece que el mundo empieza a sacudirse la capa de tristeza y escepticismo que trajo el pobre resultado de aquella reuni¨®n sobre cambio clim¨¢tico. Y lo est¨¢ haciendo de una forma inesperada, pero significativa: apoyando con el voto el avance de propuestas ecologistas. De hecho, ahora los problemas ambientales estar¨¢n en el centro del debate en la segunda vuelta electoral de Brasil, ya que ambos candidatos tratar¨¢n de arrastrar a su terreno los 20 millones de votos verdes.
De alguna manera, la incapacidad de los l¨ªderes mundiales para dar la respuesta adecuada y necesaria a problemas globales tan acuciantes como el cambio clim¨¢tico o el hambre y la pobreza, est¨¢ generando corrientes de opini¨®n que empiezan a aflorar a trav¨¦s de propuestas pol¨ªticas que, como la brasile?a, irrumpen de manera novedosa en el panorama. Y es que parece que la impotencia puede transformarse en acci¨®n positiva, si ese descontento se encauza hacia nuevas propuestas y nuevas formas de organizaci¨®n. Ello es lo que pretendemos tambi¨¦n con Equo.
Esta nueva marea verde se produce mientras en Espa?a nos encontramos inmersos en el debate presupuestario. Unos Presupuestos, los de 2011, de marcado car¨¢cter restrictivo del gasto p¨²blico. El giro antisocial del Gobierno de Zapatero ha sido respondido nada menos que con una huelga general, cuyas demandas, de momento, no parece escuchar el presidente del Gobierno. Desde mi punto de vista, este giro del Gobierno socialista comienza a percibirse cuando en el comienzo de la segunda legislatura, Zapatero fusiona los Ministerios de Medio Ambiente y Agricultura, y entrega su gesti¨®n a una persona, Elena Espinosa, totalmente alejada de cualquier planteamiento m¨ªnimamente cercano a posiciones ecologistas.
Desde entonces las cuestiones ambientales no han tenido un peso relevante en la acci¨®n del Gobierno de Zapatero. Por m¨¢s que en 2008 anunciase que el cambio clim¨¢tico ser¨ªa uno de los tres ejes de su actuaci¨®n, lo cierto es que el proceso de abandono de lo ambiental ha sido evidente. La raz¨®n detr¨¢s de ese abandono no es otra que la aceptaci¨®n de las presiones que se ejercieron desde distintos sectores econ¨®micos contra las pol¨ªticas ambientales que pretend¨ªan lograr medidas tan poco revolucionarias como el control del urbanismo en la costa, la protecci¨®n de los espacios naturales valiosos, el cumplimiento del Protocolo de Kioto, la defensa de los recursos marinos o el cierre progresivo de las centrales nucleares.
Los Presupuestos Generales presentados por el Gobierno para 2011 profundizan en este abandono. Ciertamente, el recorte presupuestario ha afectado a todos los Ministerios. Pero, despu¨¦s de Fomento, es Agricultura -que actualmente incluye Medio Ambiente- el segundo departamento que ha sufrido un mayor recorte. Pero todav¨ªa es m¨¢s alarmante conocer que apenas el 5% del total presupuestario de este Ministerio se dedica a pol¨ªticas de protecci¨®n ambiental. Por ejemplo, para el cambio clim¨¢tico, el Ministerio dedicar¨¢ en 2011 exactamente el 2,3% de su presupuesto. Con estos datos en la mano es muy dif¨ªcil que temas que ocupan los primeros puestos entre las preocupaciones globales dejen de ser marginales en nuestro pa¨ªs.
Dedicando presupuestos tan exiguos es imposible alcanzar los ambiciosos objetivos de reducci¨®n de las emisiones contaminantes establecidas como necesarias por el IPCC.
No existe justificaci¨®n alguna para explicar esta marginaci¨®n a la que el Gobierno ha llevado al medio ambiente. Espa?a, por su situaci¨®n y sus condiciones geoclim¨¢ticas, est¨¢ tan necesitada, o m¨¢s, que el resto de Europa de pol¨ªticas activas que tengan en consideraci¨®n la necesidad de restablecer el equilibrio entre el entorno y la actividad humana.
En esta desidia, que se plasma en acuerdos que jam¨¢s llegan a cumplirse y que se convierten en meras declaraciones de intenciones; esta falta de un compromiso serio por nuestro planeta y por el presente y futuro de todos sus habitantes, est¨¢ provocando una nueva corriente mundial que mira a la Tierra no solo como el proveedor de los recursos que necesitamos para subsistir, sino como el marco en el que vivimos y que es necesario preservar. Espa?a no debe seguir ajena a esta corriente, porque necesita, como ning¨²n otro pa¨ªs, un giro ambiental.
Juan L¨®pez de Uralde es l¨ªder de la Plataforma Equo.
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