Salvados de la mina
Por fin salen los mineros chilenos y tras el largo cautiverio encuentran a su familia, a sus amigos y a todo el mundo pendiente de sus palabras y actos. Importantes empresas y organizaciones de todo el mundo van a regalarles el resto de su vida, esa vida que a punto ha estado de truncarse pero que afortunadamente va a acabar bien. Seguro que estos 33 hombres no volver¨¢n a meterse en una mina, no lo van a necesitar.
El mes pasado vi en las noticias a otro grupo de mineros, que sin tanto ruido medi¨¢tico por fin sal¨ªan de su encierro (voluntario en este caso, pero encierro). Luchaban para que la empresa para la que trabajan les pagase sus n¨®minas. Algunos de ellos no van a volver a entrar en una mina, pero por otros motivos. Ya no hay trabajo para ellos y pasan a situaciones de retiro y, a diferencia de sus compa?eros chilenos, sin la vida asegurada para el resto de su vida.
Yo creo que este es el momento de defender los puestos de trabajo, denunciar las situaciones l¨ªmite que hacen que los trabajadores tomen medidas tan dr¨¢sticas como encerrarse en una mina para luchar por su empleo -muy buena, en ese sentido, su serie sobre los (pre)parados- y olvidar los booms medi¨¢ticos que buscan distraer a la gente de los problemas reales que tenemos actualmente.- Juan Isidro Fern¨¢ndez Mesa. Alcobendas, Madrid.
Los expertos en aislamientos prolongados advert¨ªan acerca de los peligros que corre la salud mental de los mineros una vez en el exterior. La multitud de reporteros intentando entrevistarlos y las ofertas de dinero para vender su historia ser¨¢n abrumadoras para estos humildes mineros, sin experiencia previa en el mundo del show business o de los paparazzi.
Estar¨¢n en la cresta de la ola medi¨¢tica, se les reconocer¨¢ la valent¨ªa de haber permanecido en condiciones tan extremas con serenidad y compa?erismo. Ellos dir¨¢n "no es para tanto", sin embargo, los medios continuar¨¢n extrayendo de ellos hasta la ¨²ltima gota de gloria.
En el escenario mundial alguna que otra noticia acaparar¨¢ la atenci¨®n y los medios de comunicaci¨®n se desplazar¨¢n raudos y veloces para hacer la oportuna cobertura medi¨¢tica. Aunque hay excepciones, como Forges, quien d¨ªa a d¨ªa nos recuerda en sus vi?etas que no olvidemos a Hait¨ª..
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