Mucho m¨¢s que un desfile

Qu¨¦ inagotable fil¨®n vuelve a ser, otro a?o m¨¢s, la parada militar con motivo del D¨ªa de la Hispanidad. Impagable la retransmisi¨®n de la espera previa con la llegada progresiva de los representantes pol¨ªticos, cargada de matices en los gestos, las miradas de soslayo, los corrillos o la frialdad de los saludos.

Impresentable el abucheo al presidente durante gran parte del acto, homenaje a los ca¨ªdos incluido, por parte de los que siguen pensando que pueden ejercer su libertad de expresi¨®n para coartar los leg¨ªtimos actos de los dem¨¢s.

No podemos olvidarnos de la ausencia de la bandera de Venezuela entre las invitadas al evento, ni de los planos de la tribuna y de lo que todos pudimos ver all¨ª.- Francisco J. Casado Villa-l¨®n. M¨¢laga.

El de fiesta nacional me parec¨ªa un t¨¦rmino rancio, obsoleto y pel¨ªn pretencioso, pero viendo lo ocurrido en el desfile del pasado martes, me he dado cuenta de que es la mejor manera de definir en lo que se ha convertido el D¨ªa de la Hispanidad: en una exaltaci¨®n de las Fuerzas Armadas por parte de nost¨¢lgicos que enarbolan banderas anticonstitucionales mientras abuchean a un presidente salido de las urnas. Esta visi¨®n est¨¢ m¨¢s cerca del 18 de julio que del 12 de octubre y me parece un error que la derecha no se desmarque abiertamente de estos gestos.

Por otra parte, me cuestiono la necesidad de tanto fasto en una coyuntura de fuerte crisis econ¨®mica. Desde aqu¨ª propongo que, tal como se va a hacer con la Seguridad Social, remitan a cada espa?ol una carta que informe de cu¨¢nto nos va a costar a cada uno de nosotros este despliegue de fervor patrio.- Roc¨ªo Carreras Gonz¨¢lez. Tres Cantos, Madrid.

Hemos perdido el respeto. El 12 de octubre, en el desfile militar se abucheaba al presidente del Gobierno, antes, despu¨¦s y durante, pero lo que me parece una verg¨¹enza es que existan unos pocos que no sean capaces de respetar, de mantener ese momento en el que el Rey estaba homenajeando a los 27 ca¨ªdos por Espa?a este a?o, rodeado de aquellos familiares que hab¨ªan ido como representantes de aquellos que ya no est¨¢n, no son simplemente los muertos de esas familias, son nuestros muertos, son aquellos que luchan en nuestras tropas en diferentes misiones, que representan a un pa¨ªs, el nuestro.

Es lamentable que por unas ideas pol¨ªticas, esos pocos pierdan el saber estar y no sean capaces de respetar los diferentes momentos, creo que en este pa¨ªs muchos necesitar¨ªan unas clases de civismo.- Elena Hern¨¢ndez Bistu¨¦. Madrid.