"Siempre fui muy meticuloso con la hero¨ªna que me met¨ªa"
Keith Richards cuenta en un libro su vida de drogas y rock
Keith Richards tiene sentimientos. Durante a?os, el guitarrista de los Rolling Stones, de 66 a?os, ha alimentado el mito de roquero duro, provocador y drogadicto; mujeriego y bebedor. Ahora, muestra una cara humana en sus memorias, tituladas simplemente Life, que se publican en Estados Unidos el 26 de octubre y de las que la edici¨®n estadounidense de la revista Rolling Stone publica hoy un anticipo. Dice no haber reca¨ªdo en la hero¨ªna desde que la dej¨® en 1979. Revela el amor que sinti¨® por las dos parejas que ha tenido a lo largo de su vida. Y demuestra un dolor a¨²n intenso por la muerte, hace 34 a?os, de su hijo reci¨¦n nacido.
Ya a finales de los a?os setenta, Richards estaba de vuelta de todo. Era el siguiente candidato a fallecido mito del rock por su abuso de las drogas. Los medios hab¨ªan tachado de la lista a Janis Joplin, a Jim Morrison, a Jimmy Hendrix. El siguiente deb¨ªa de ser ¨¦l. Sus turbios dramas se convirtieron en esa ¨¦poca en una secci¨®n fija de los tabloides. En ellos se cont¨®, por ejemplo, la muerte de su hijo Tara cuando ten¨ªa tres meses, que le pill¨® estando de gira; o el d¨ªa en que la polic¨ªa de Canad¨¢ le arrest¨® en 1977 con 22 gramos de hero¨ªna; o cuando un adolescente de 17 a?os falleci¨® en casa de su novia en 1979 en extra?as circunstancias. Muchos de esos asuntos se narran ahora tambi¨¦n en el libro, por el que la editorial Little Brown ha pagado cinco millones de euros. Aquella novia, Anita Pallenberg, centra una buena parte del libro. Era una actriz que comenz¨® a salir con otro miembro de los Stones, Brian Jones. "Pero ¨¦l fue violento con ella. Le lanzaba cuchillos, vasos, la golpeaba, oblig¨¢ndola a parapetarse detr¨¢s de los sof¨¢s", dice el guitarrista en su libro. Finalmente, Richards le rob¨® la novia a Jones, que fue hallado muerto en una piscina en 1969. Richards y Pallenberg fueron pareja hasta 1980 y tuvieron tres hijos, de los que sobrevivieron dos. Pero cuando muestra m¨¢s dolor es al hablar de la muerte de su hijo: "Nunca me perdonar¨¦ haber dejado a mi peque?o reci¨¦n nacido". Posteriormente, se cas¨® con la modelo Patti Hansen y tuvieron dos hijos.
"Amo a Mick Jagger aunque es muy posesivo. Sin ¨¦l no habr¨ªa 'blues"
Esa cara humana, capaz de sentir remordimientos, es algo que choca con la imagen p¨²blica de Richards, tradicionalmente empecinado en esconderse detr¨¢s de cualquier provocaci¨®n. En 2007 admiti¨® haber esnifado parte de las cenizas del cad¨¢ver de su padre. "Abr¨ª la tapa de la urna y cay¨® un poco de mi padre en la mesa del comedor. Y pens¨¦ que no pod¨ªa usar el cepillo y el recogedor para algo as¨ª", dijo a la revista digital NME.com.
Dej¨® la hero¨ªna en 1979, despu¨¦s de una d¨¦cada enganchado a ella. "Cuando la tomaba, estaba convencido de que mi cuerpo era mi templo. Pod¨ªa hacer lo que me diera la gana con ¨¦l, nadie pod¨ªa decirme que s¨ª o que no", escribe. "Siempre fui muy meticuloso con respecto a la cantidad que me met¨ªa. Nunca a?ad¨ª un poquito m¨¢s para hacer m¨¢s grande el coloc¨®n".
De entre todas las relaciones de su vida, hay una en el libro que copa m¨¢s p¨¢ginas que casi ninguna otra. Y no es una mujer. Se trata de su aliado y rival, el cantante Mick Jagger, a quien conoci¨® de adolescente y con quien lleva trabajando cinco d¨¦cadas. Ambos han pasado por muchos altibajos, para siempre regresar juntos al estudio de grabaci¨®n y a los escenarios. "Amo a Mick", ha dicho. "Pero es muy posesivo". El conflicto, asegura, les mantiene vivos como artistas. "Sin ¨¦l, no habr¨ªa blues".
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