De la afici¨®n a los negocios
El M¨¢laga, el equipo m¨¢s goleado de la Liga (16 goles en siete encuentros), volvi¨® a cumplir con dos tradiciones estad¨ªsticas.
Una alude a que ha perdido todos sus partidos en La Rosaleda, un estadio que, pese a haberse abonado a la derrota, se muestra cada vez m¨¢s congraciado con sus jugadores, pero y¨¦ndose a la caseta habiendo perforado al menos una vez la meta contraria. El esp¨ªritu ofensivo inculcado por Jesualdo Ferreira tambi¨¦n est¨¢ contribuyendo a la comuni¨®n entre la afici¨®n y el equipo. La hinchada no dej¨® de animar ni cuando perd¨ªa ya por 1-4 y Cristiano caracoleaba frente a Galatto.
Otra que tampoco consigui¨® romper El Profesor son los 18 a?os que lleva el M¨¢laga sin batir al Madrid, que ayer se convirti¨® en una apisonadora en la renovada y muy r¨¢pida pradera malaguista.
Como suele suceder en estos partidos, el estadio de Martiricos se llen¨®, aunque, al contrario de otras ocasiones, en la grada predominaban las camisetas albicelestes y las blancas eran mucho m¨¢s minoritarias.
El M¨¢laga, especialmente en la primera parte, antes de que el Madrid pusiera en marcha el rodillo, fue m¨¢s contundente en la defensa que en los seis partidos anteriores. En la zaga destac¨® una vez m¨¢s Staadsgard. El dan¨¦s, hijo de un ¨¢rbitro, cort¨® con eficacia las entradas por la banda izquierda de Higua¨ªn y ?zil y marc¨® el ¨²nico gol local.
En el palco, el presidente malaguista, el jeque Abdal¨¢ Bin Naser Al-Thani disfrut¨® junto a Florentino P¨¦rez y demostr¨® que el M¨¢laga es, adem¨¢s de una afici¨®n, una cabeza de puente para sus negocios. Parte de la publicidad externa que mostraron las vallas pertenecen a la candidatura de Qatar, su emirato, para organizar el Mundial de 2022.
Otro aspecto del duelo que suscit¨® el morbo era el reencuentro de Jos¨¦ Mourinho y Ferreira tras desempolvarse un viejo art¨ªculo del entrenador madridista en el que, supuestamente, comparaba, sin nombrarlo, al veterano t¨¦cnico malaguista con un burro. Aunque Ferreira siempre ha negado que ese escrito, publicado en el diario deportivo portugu¨¦s R¨¦cord, le tuviera a ¨¦l como destinatario, lo cierto es que al inicio del encuentro no se les vio saludarse, al menos en p¨²blico.
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