El futuro del pacto por el cambio
El entendimiento alcanzado por Zapatero con el PNV pone sobre la mesa el papel que jugar¨¢ el acuerdo entre socialistas y populares en Euskadi
El acuerdo entre socialistas y populares que sostiene a Patxi L¨®pez en Ajuria Enea est¨¢ soportando bien el embate del entendimiento entre el presidente Zapatero y el PNV. La prueba es que nadie ha puesto siquiera en duda su continuidad, ni quienes lo firmaron ni sus oponentes.
Hasta ayer no hab¨ªa surgido esa posibilidad ni como pregunta. La respondi¨® el socialista Jos¨¦ Antonio Pastor, en un acto en Santurtzi: la alianza sigue siendo "igual de s¨®lida" que antes del acuerdo. El PP ha expresado su cr¨ªtica, pero, junto a ella, "ha dejado claro su apuesta por el cambio en el Pa¨ªs Vasco", algo que se plasmar¨¢ seg¨²n avance la negociaci¨®n de las cuentas de la comunidad aut¨®noma, a?adi¨®. Sin embargo, s¨ª puede empezar a resultar pertinente una pregunta: hasta qu¨¦ punto ese acuerdo, irrepetible en el resto de Espa?a, sobrevivir¨¢ cuando todo parece avanzar hacia la normalidad en Euskadi y lo hace, seg¨²n destac¨® el s¨¢bado el propio lehendakari, Patxi L¨®pez, a una velocidad inesperada.
El Gobierno y el PP defienden su utilidad y recalcan que se mantendr¨¢
Solo ?lava supone un riesgo cierto si no hay acuerdo tras las elecciones
Los riesgos del pacto PSE-PP provienen de factores ajenos a ¨¦l. El principal es que el acuerdo de Zapatero con el PNV -y la presencia p¨²blica continuada que va a tener a trav¨¦s de la comisi¨®n bilateral que se reunir¨¢ semanalmente en el Congreso- junto al de estabilidad que socialistas y peneuvistas cuentan con reeditar en Euskadi hagan que se vea como una cierta incongruencia en una nueva realidad.
Este nuevo tiempo se abre paso, materializado en movimientos r¨¢pidos que "nadie habr¨ªa predicho hace dos a?os", de nuevo en palabras de L¨®pez. El propioi lehendakari destac¨® c¨®mo se han acelerado en los 17 meses de su mandato y los atribuy¨® al cambio en el liderazgo y el Gobierno del pa¨ªs y a los distintos objetivos priorizados: la nueva pol¨ªtica contraterrorista, la normalizaci¨®n de las relaciones pol¨ªticas y la puesta en valor del Estatuto y su desarrollo, adem¨¢s de la lucha contra la crisis.
Una inc¨®gnita que se abre es el papel del pacto PSE-PP en estas nuevas condiciones. Si ese acuerdo tan an¨®malo se produjo en Euskadi fue por dos razones: aplicar una pol¨ªtica de tolerancia cero y deslegitimaci¨®n del terrorismo y por la deriva soberanista del PNV en la d¨¦cada precedente. Si el primer factor entra en fase de soluci¨®n, vislumbr¨¢ndose el fin de ETA y la reconversi¨®n de la izquierda abertzale; si el PNV aparece comprometido en ella junto a PSOE y PP, y si los peneuvistas dejan adem¨¢s de lado las exigencias rupturistas y autodeterministas y regresan al Estatuto de Gernika, ?cu¨¢l es la funci¨®n que le queda por cumplir al pacto vasco cuando socialistas y populares difieren tanto en sus principios econ¨®micos, fiscales o educativos?
Puede empezar a pensarse que ese acuerdo haya rendido ya los servicios urgentes que unieron en Euskadi a rivales nacionales irreconciliables. Y tambi¨¦n abrir el debate sobre una transversalidad te¨®ricamente reclamada por casi todos como una receta deseable y que es la f¨®rmula que m¨¢s predicamento levanta socialmente, seg¨²n todas las encuestas, en las que el pacto PSE-PP sigue saliendo malparado.
Medios gubernamentales refutan que el pacto pueda sucumbir casi como v¨ªctima de s¨ª mismo y del cumplimiento de sus objetivos. No ser¨ªa bueno, a?aden: la transformaci¨®n del PNV "no se puede dar por consolidada" y tampoco ha dado tiempo a que cuaje la idea de que cualquiera pueda gobernar, "y de que los pactos puedan ser asim¨¦tricos", sin que nadie tenga ning¨²n mandato "divino", ni derechos o habilidades "infusas" para hacerlo.
Esa ser¨¢ la lecci¨®n que quedar¨¢ pendiente si el pacto PSE-PP no se prolonga en el tiempo. "La meta es que nadie se extra?e de que haya un lehendakari socialista, lo mismo que no llama ya la atenci¨®n que lo sea el alcalde de San Sebasti¨¢n y que este haya experimentado con todas las alianzas imaginables", razonan dichas fuentes. Esa es justo la raz¨®n por la que para el PNV le resulta imperioso volver cuanto antes a Ajuria Enea, dejando el paso de L¨®pez como un tropez¨®n de la historia, que los peneuvistas mostrar¨ªan como una prueba de que s¨®lo ellos pueden encabezar el pa¨ªs.
El pacto PSE-PP durar¨¢, aseguran ambas partes y, desde luego, hasta las elecciones municipales y forales de 2011. Y las rebasar¨¢, salvo que, con los resultados de las urnas en la mano, el PSE niegue en ?lava su voto a un PP ganador o, de aventajarle, rechace sumarse a ¨¦l. Si alguien quiere terminar con el acuerdo, esos ser¨ªan el momento y la f¨®rmula. Es lo ¨²nico que el PP advierte desde ya que no aguantar¨¢. Todas sus voces igualar¨¢n en la cr¨ªtica a Zapatero y el PNV, responsabiliz¨¢ndolos de los problemas, sobre todo econ¨®micos, que sigan afectando a Euskadi, pero dejar¨¢n a salvo a L¨®pez.
"Su debilidad no nos aporta nada", se?ala uno de sus principales dirigentes, informa Javier Rivas. Para el PP, adem¨¢s, el pacto y la pol¨ªtica de deslegitimaci¨®n del terrorismo derivado de ¨¦l ha de seguir precisamente porque ha conseguido llevar a ETA a su situaci¨®n actual. "Lo que ha funcionado hasta ahora no debe cambiarse", inciden fuentes populares.
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