El ilusionista y Don Tancredo
Si en el circo de la pol¨ªtica vasca, a Ibarretxe le toc¨® desempe?ar el papel de prestidigitador, de cuya inagotable chistera sal¨ªan cual conejos planes de convivencia, proyectos estatutarios y consultas soberanistas, parece que a Patxi L¨®pez le ha correspondido encarnar el personaje de Don Tancredo; ya saben, ese individuo que permanece impasible en mitad de la plaza, mientras un toro pasa por su lado. La falta de iniciativa del actual inquilino de Ajuria Enea ha sido una cr¨ªtica recurrente en el Parlamento de Gasteiz. Sus ausencias en una de las primeras crisis acontecidas en el inicio de su mandato, el secuestro del Alakrana, ya fue motivo de queja por los familiares de los tripulantes del atunero bermeano.
La reciente negociaci¨®n entre Zapatero y el PNV, que podr¨ªa resumirse con la frase de "apoyo parlamentario en Madrid a cambio de transferencias", ha vuelto a relegar al l¨ªder del PSE a un discreto segundo plano. Y es que el peculiar ruedo pol¨ªtico vasco tienes estas particularidades. No deja de ser una rareza que, frente a la situaci¨®n de guerra permanente que caracteriza las relaciones entre socialistas y PP, Euskadi sea una especie de oasis en donde ambas fuerzas hacen pi?a frente al enemigo com¨²n: el nacionalismo vasco. Ni siquiera en Navarra los populares pudieron aguantar una situaci¨®n similar y terminaron rompiendo con UPN, al no entender que su acuerdo con el PSN tuviese tambi¨¦n reflejo en el Congreso.
Si son at¨ªpicas las alianzas de poder "a la vasca", el que sea el partido de la oposici¨®n quien marque qu¨¦ competencias, cu¨¢ndo y c¨®mo tienen que ser asumidas por el lehendakari del partido rival, e incluso cu¨¢l tiene que ser la graf¨ªa de los tres territorios que componen nuestra autonom¨ªa, raya el vodevil pol¨ªtico. M¨¢xime cuando L¨®pez comparte siglas con Zapatero y ha asistido a la partida de mus entre ¨¦ste y Urkullu como el t¨ªpico mir¨®n de bar, que ni juega, ni comenta.
Nuevamente, el presidente espa?ol ha mostrado su vocaci¨®n de superviviente nato. El del PNV era el ¨²nico clavo ardiendo al que a¨²n pod¨ªa asirse para evitar unos comicios anticipados en el momento m¨¢s bajo de su popularidad. Ya sab¨ªa que el precio a pagar iba a ser alt¨ªsimo y que la operaci¨®n pod¨ªa da?ar la imagen de su compa?ero L¨®pez. Pero el leon¨¦s sabe muy bien cu¨¢les son las actuales prioridades de su partido. Hay que aguantar hasta 2012 como sea, a ver si para entonces la econom¨ªa ha repuntado y los distintos g¨¹rteles que acechan al PP comienzan a hacer mella en sus resultados electorales.
As¨ª como en 2007 no le import¨® regalar el Gobierno de Navarra a la derecha, habida cuenta de que un pacto con Nafarroa Bai pod¨ªa no ser entendido por los votantes del resto del Estado; ahora tampoco ha tenido inconveniente en ningunear al hombre que consigui¨® desalojar a los nacionalistas de la Lehendakaritza. ?Qu¨¦ no veremos todav¨ªa en las municipales de mayo?
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