Recortes (y otros eufemismos)
Entender es un continuo ejercicio de traducci¨®n. El tremendo recital de cifras que ofreci¨® ayer la vicepresidenta Salgado es, en rom¨¢n paladino, la constataci¨®n del giro radical en la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno: un perfecto discurso que pod¨ªa haber firmado cualquier ministro de Econom¨ªa de la derecha moderada europea, salvo en alg¨²n que otro gui?o para mantener se?as de identidad cada vez m¨¢s difusas. Por la presi¨®n de Washington, de Bruselas, por el azote de los mercados, por lo que sea, el Ejecutivo ha abrazado con la fe del converso una nueva ret¨®rica, que posiblemente es la que necesita ahora la econom¨ªa, que a la vez manifiesta el fracaso de la anterior (o de su puesta en pr¨¢ctica), y de alguna manera tambi¨¦n la incapacidad de este Ejecutivo para pensar en otra v¨ªa de salida de la crisis. La del Gobierno est¨¢ clara: austeridad, consolidaci¨®n fiscal, reformas y otros eufemismos para la palabra clave: recortes. De lo contrario, el infierno. "No caben atajos ni cabe esperar milagros", dice Salgado. Para entendernos, no cabe otro tipo de pol¨ªtica en este mar de contradicciones que vive la izquierda. Al finalizar el d¨ªa, daba la impresi¨®n de que Salgado hab¨ªa salido intacta de un extra?o combate, quiz¨¢ porque la vicepresidenta est¨¢ convencida de tener una bala de plata: la austeridad generar¨¢ confianza y a la postre, crecimiento. Esa es la idea fuerza y todo lo dem¨¢s queda supeditado a ella. No es f¨¢cil traducir ese discurso: solo se entender¨¢ completamente cuando empiecen a verse sus resultados, si vienen. Y eso ser¨¢, poco m¨¢s o menos, para las pr¨®ximas elecciones.
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