Las cuentas de la legislatura

Las cinco enmiendas a la totalidad de los Presupuestos Generales del Estado para 2011 ser¨¢n rechazadas hoy en el Pleno del Congreso con una mayor¨ªa absoluta de 177 diputados formada por el PSOE (169), PNV (6) y CC (2) y una abstenci¨®n (UPN). Queda as¨ª descartada -o cuando menos alejada- la disoluci¨®n adelantada de una legislatura que concluye oficialmente en marzo de 2012. La marcada tendencia a la baja registrada por las encuestas sobre la intenci¨®n de voto socialista -la ca¨ªda en las ¨²ltimas semanas la situ¨® por debajo del 30%- hab¨ªa ya advertido al presidente Zapatero acerca del riesgo de que la devoluci¨®n al Ejecutivo del proyecto de las cuentas del Estado provocara indirectamente una estrepitosa derrota del PSOE. Se entienden de esta forma los esfuerzos redoblados del Gobierno para conseguir los apoyos parlamentarios que le permitieran cerrar el paso a esa eventualidad, en espera de una mejor¨ªa de sus oportunidades electorales inducida por el enderezamiento de la situaci¨®n econ¨®mica, los errores del PP o la eventual capitulaci¨®n de ETA.

La alianza del Gobierno con PNV y CC lograr¨¢ derrotar las cinco enmiendas a la totalidad de los Presupuestos

La pol¨ªtica espa?ola reciente ofrece ejemplos de todos los gustos sobre la resistencia de los partidos en el poder cuando las chimeneas de los sondeos demosc¨®picos despiden humo negro acerca de su suerte electoral y los dirigentes de la oposici¨®n empiezan a probarse la ropa de ministro colgada en el armario del Estado. El monumental descalabro de UCD en octubre de 1982 hubiera sido menos estrepitoso de haberse celebrado las elecciones un a?o antes; por el contrario, Felipe Gonz¨¢lez, derrotado solo por 300.000 votos en marzo de 1996 precisamente a causa del adelanto de las elecciones provocado por la devoluci¨®n de los Presupuestos, tal vez habr¨ªa derrotado a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar si la legislatura 1993-1997 hubiese consumado su duraci¨®n.

La l¨®gica parlamentaria de las combinaciones entre partidos con diferente ideolog¨ªa y los usos pol¨ªticos de la democracia representativa justifican sobradamente los pactos presupuestarios materializados en el Pleno del Congreso de esta semana. Mientras el Gobierno necesita tiempo para invertir sus desastrosas expectativas electorales, PNV y CC obtienen -como grupos nacionalistas- reivindicaciones de orden territorial en beneficio de sus respectivas comunidades aut¨®nomas y se aseguran de que las legislativas no coincidir¨¢n con las auton¨®micas y las municipales del pr¨®ximo 22 de mayo transmiti¨¦ndoles su poderosa carga de polarizaci¨®n a escala nacional en dem¨¦rito de los problemas espec¨ªficamente regionales y locales.

La decepci¨®n del PP ante el pacto presupuestario no justifica la subasta al alza emprendida por sus dirigentes para formular conjeturas entroncadas con las groseras teor¨ªas de la conspiraci¨®n y de la ruptura de la unidad de Espa?a procedentes de la anterior legislatura. Seg¨²n Rajoy, un "sindicato de intereses" habr¨ªa prevalecido sobre el "inter¨¦s general" de Espa?a del que los populares ser¨ªan los ¨²nicos y exclusivos int¨¦rpretes. El escurridizo Esteban Gonz¨¢lez Pons -vicesecretario de Comunicaci¨®n del PP- expresa su ang¨¦lica curiosidad acerca de "si la izquierda abertzale y ETA han estado presentes en la negociaci¨®n" del pacto presupuestario. Y hasta la secretaria general Cospedal -habitualmente m¨¢s sensata y razonable que sus exaltados colegas- reclama "luz y taqu¨ªgrafos" acerca del acuerdo y acusa a Zapatero de "traicionar a los espa?oles" con su firma. Los populares no solo parecen haber olvidado sus exitosas negociaciones para conseguir en 1996 la investidura de su candidato presidencial con el apoyo de un PNV presidido por Arzalluz ("he conseguido m¨¢s en 14 d¨ªas con Aznar que en 13 a?os con Felipe Gonz¨¢lez") y su fogosa aunque breve luna de miel posterior. Tambi¨¦n hacen gala nuevamente de su imprudente falta de sensibilidad con los nacionalismos perif¨¦ricos, que ser¨ªan sus obligados socios en el Parlamento si el PP ganase por mayor¨ªa simple las pr¨®ximas elecciones.

El entendimiento entre el Gobierno y la representaci¨®n parlamentaria del nacionalismo vasco se inscribe, en cualquier caso, dentro del marco de la Constituci¨®n y en el contexto del Estatuto de Gernika, cuya vigencia fue dejada entre par¨¦ntesis durante una d¨¦cada por el lehendakari Ibarretxe. Y aunque el Gobierno de Vitoria, presidido por Patxi L¨®pez, gestionar¨¢ las competencias sobre 20 materias pendientes de traspaso desde hace 30 a?os finalmente transferidas, pocas dudas caben de que ese hist¨®rico logro se lo apuntar¨¢ ¨ªntegramente el PNV, el m¨¢s directo adversario en las urnas del socialismo vasco.