La ¨²ltima superviviente

Con la salida de Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, Miguel ?ngel Moratinos y Elena Espinosa, Elena Salgado, de 61 a?os, ha quedado como la ¨²nica superviviente del primer Gobierno que nombr¨® Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero cuando lleg¨® a La Moncloa en 2004. En una situaci¨®n de crisis econ¨®mica que ha puesto al Ejecutivo contra las cuerdas, la pregunta es evidente: ?puede el Gobierno lograr el impulso que necesita sin un relevo de responsable econ¨®mico? ?Por qu¨¦ mantiene el presidente a Salgado?

Zapatero est¨¢ satisfecho con el trabajo que ha hecho la vicepresidenta desde que sustituy¨® a Pedro Solbes en el momento m¨¢s agudo de la crisis, cuando la destrucci¨®n de empleo arreciaba y la econom¨ªa experimentaba su mayor contracci¨®n. Aunque sus detractores le reprochan que no es una economista brillante y que le falta algo de habilidad dial¨¦ctica (en el Parlamento) y de comunicaci¨®n (ante la opini¨®n p¨²blica), el presidente valora en Salgado su gran capacidad de trabajo, su profundo conocimiento de la Administraci¨®n, su experiencia de gesti¨®n, su determinaci¨®n para sacar adelante los proyectos que se propone y su lealtad.

Salgado nunca ha exteriorizado diferencias con el presidente del Gobierno en materia econ¨®mica. Cuando su punto de vista no ha coincidido con el de Zapatero, le ha expuesto sus argumentos en privado y ha cerrado filas con la decisi¨®n final de su jefe. Al tiempo, ha hecho sus deberes. Pese a algunos errores y rectificaciones (como en las referencias a las pensiones del plan de estabilidad enviado a Bruselas), Salgado es de las que ejecutan, de las que act¨²an, de las que ofrecen resultados concretos. Zapatero valor¨® mucho el modo en que gestion¨® el Plan E en la parte que le tocaba como ministra de Administraciones P¨²blicas. Despu¨¦s, en Econom¨ªa, ha sacado adelante la reestructuraci¨®n financiera, ha impulsado la estrategia de econom¨ªa sostenible y ha emprendido una labor de poda del gasto p¨²blico que le ha permitido ir cumpliendo los objetivos de d¨¦ficit.

Salgado ha compartido con Zapatero los momentos m¨¢s dif¨ªciles de la legislatura, como las negociaciones para el fondo de rescate europeo cuyo reverso fue un duro plan de ajuste en Espa?a. Pero, adem¨¢s, Salgado, que pasa a ser la ¨²nica mujer en ocupar una vicepresidencia, es muy amiga de Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, el nuevo hombre fuerte del Gobierno y uno de sus grandes valedores. Tras m¨¢s de un roce con De la Vega, ahora tendr¨¢ una relaci¨®n m¨¢s fluida con la vicepresidencia pol¨ªtica.

Con los Presupuestos en pleno tr¨¢mite, con Salgado como guardiana de un ajuste del gasto que ha permitido recobrar la confianza de los mercados, con buena parte de las reformas ejecutadas (pero con alguna pendiente), Zapatero no est¨¢ para sacar conejos de la chistera. Ve que las posibilidades de otra orientaci¨®n de la pol¨ªtica econ¨®mica son m¨ªnimas. En el fondo, dado el protagonismo que el propio presidente ha asumido en esa orientaci¨®n, sustituir a Salgado ser¨ªa enmendarse a s¨ª mismo -una vez m¨¢s-. Zapatero sabe que el ¨¢rea econ¨®mica no va a darle grandes alegr¨ªas de aqu¨ª a las elecciones de 2012, pero cree que la situaci¨®n est¨¢ encarrilada y que Salgado es la m¨¢s indicada para pilotar con estrecheces la incipiente recuperaci¨®n.

El balance econ¨®mico de la legislatura va a ser irremediablemente malo, pase lo que pase en 2011 y sea quien sea el ministro. Sin apenas margen de maniobra en la econom¨ªa, Zapatero cree que es la hora de la pol¨ªtica.