Regreso a C¨®rdoba
En 1848, Karl Marx comenzaba su Manifiesto comunista con estas famosas palabras: "Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo". Hoy otro fantasma la recorre: el de la intolerancia. Una de las tareas fundamentales en la Europa de hoy es apoyar los esfuerzos para cultivar el esp¨ªritu de coexistencia dentro de las sociedades europeas.
Para muchos, y en especial para quienes recibieron una educaci¨®n musulmana o jud¨ªa, la ciudad de C¨®rdoba es sin¨®nimo del esp¨ªritu de coexistencia y di¨¢logo entre pensadores de distintas tradiciones religiosas. Todo el mundo sabe que, en la C¨®rdoba medieval, las tres confesiones abrah¨¢micas conviv¨ªan en relativa paz y armon¨ªa. Los musulmanes reconoc¨ªan a jud¨ªos y cristianos como "pueblos del Libro" y, en general, les dejaban que practicasen su propia fe y sus costumbres. La tolerancia era un principio b¨¢sico de la cultura andalus¨ª, y los estudiosos musulmanes, jud¨ªos y cristianos tuvieron la posibilidad de desarrollar unos conocimientos comunes de teolog¨ªa, astronom¨ªa, matem¨¢ticas, filosof¨ªa, teor¨ªa social y leyes.
?C¨®mo superar el miedo europeo al islam? Con el recuerdo de la tolerancia andalus¨ª
Los pensadores no musulmanes que visitaban Espa?a pudieron estudiar las obras de fil¨®sofos musulmanes y las versiones ¨¢rabes de los cl¨¢sicos griegos y traducirlas al lat¨ªn. Santo Tom¨¢s de Aquino citaba las obras de Ibn Rushd (Averroes) e Ibn Sina (Avicena) y utiliz¨® sus comentarios como modelo filos¨®fico. Igual que Ibn Rushd, santo Tom¨¢s pensaba que la filosof¨ªa no era propiedad exclusiva de una tradici¨®n, una naci¨®n, una fe, y que el discurso racional pod¨ªa vencer a la l¨®gica fan¨¢tica de la violencia.
En cuanto al rabino Mois¨¦s Maim¨®nides, que tambi¨¦n naci¨® en C¨®rdoba, tuvo, como Ibn Rushd, una cualidad filos¨®fica y cultural fundamental: la capacidad de superar la intolerancia, la ignorancia y el odio. En su obra cumbre, Gu¨ªa de perplejos, que est¨¢ considerada como una piedra angular de la filosof¨ªa racional jud¨ªa de la Edad Media, Maim¨®nides destacaba la importancia y la influencia de la filosof¨ªa musulmana en su sistema de pensamiento y rechazaba el punto de vista de los te¨®logos que opinaban que las cosas que suced¨ªan en el mundo eran consecuencia de la intervenci¨®n directa de Dios. ?l dec¨ªa que "es preciso buscar la verdad venga de donde venga".
Ibn Rushd y el rabino Maim¨®nides no tuvieron miedo de desafiar las opiniones de la ¨¦poca y aspiraron a construir una sociedad que valorase la libertad religiosa y el debate filos¨®fico abierto. Esa es la importancia de lo que podr¨ªa llamarse "paradigma de C¨®rdoba" como modelo social aceptado universalmente de experiencia intercultural y como esfera p¨²blica en la que los jud¨ªos, cristianos y musulmanes europeos lograron vivir, traba
-jar y estudiar juntos y fomentar una cultura de tolerancia. Al hablar de ese paradigma estamos refiri¨¦ndonos a la interacci¨®n y el debate intercultural entre los tres grupos y a un foro c¨ªvico com¨²n en el que unos valores diferentes pudieron coexistir independientemente de sus or¨ªgenes ¨¦tnicos y religiosos.
Este proceso de comprensi¨®n mutua era un proceso de escuchar al otro y aprender de ¨¦l, y esa concepci¨®n del mutuo aprendizaje est¨¢ muy unida a las vidas de las personas y las comunidades culturales en la C¨®rdoba medieval. Los momentos fluidos de creaci¨®n art¨ªstica y filos¨®fica y de di¨¢logo intercultural y el v¨ªnculo nacido de una nueva indagaci¨®n moral conjunta contra el prejuicio y el fanatismo destructivos de la ¨¦poca fueron posibles gracias a la din¨¢mica integradora generada por los espacios de confianza y solidaridad.
El paradigma de C¨®rdoba es un modelo de reconciliaci¨®n y colaboraci¨®n entre unos europeos de distintas comunidades religiosas que contribuyeron a recomendar y, sobre todo, estimular el aprendizaje entre culturas.
La lecci¨®n para la Europa actual est¨¢ clara. Si los europeos desean combatir todas las formas de xenofobia, discriminaci¨®n y exclusi¨®n social, el paradigma de C¨®rdoba, que puede interpretarse como una celebraci¨®n de la diversidad cultural y religiosa, debe servir de modelo, fuente de inspiraci¨®n y ejemplo.
Un modelo que, ante las crisis que Europa afronta hoy, nos recuerda que el verdadero di¨¢logo entre diferentes comunidades ¨¦tnicas y religiosas implica un proceso de internalizaci¨®n del "otro", es decir, el mecanismo que nos permita hacer nuestros los rasgos culturales ajenos. Dicho de otra forma, debemos preguntarnos hasta qu¨¦ punto y de qu¨¦ forma la din¨¢mica social y pol¨ªtica de la Europa actual puede configurar la naturaleza del intercambio cultural.
Si el paradigma de C¨®rdoba sigue siendo tan relevante es porque todav¨ªa nos ofrece unas l¨ªneas maestras util¨ªsimas para impulsar el proceso de adaptaci¨®n y aceptaci¨®n mutua en Europa. Hoy, la pregunta fundamental que deben responder Europa y los europeos es c¨®mo superar su miedo al islam y promover el modelo cordob¨¦s en vez de la l¨®gica de la reconquista espa?ola de hace seis siglos. Por supuesto, a esa pregunta le sigue otra: cu¨¢l es la mejor forma de que Europa y los europeos comprendan y acepten sus or¨ªgenes isl¨¢micos, mientras que los musulmanes de Europa deben revisar su percepci¨®n del islam como una religi¨®n que no es europea.
La discusi¨®n sobre la identidad europea y sobre el papel pac¨ªfico y positivo de los musulmanes en el futuro moral y pol¨ªtico de Europa est¨¢ relacionada, en parte, con la necesidad de conocer mejor las experiencias pluralistas y de di¨¢logo en la historia europea. Y el lugar en el que se experiment¨® la pluralidad como un valor superior en Europa fue la ciudad de C¨®rdoba.
En la actualidad, no son muchos los europeos que tienen una memoria cultural de la coexistencia pac¨ªfica del islam y Occidente en C¨®rdoba. A excepci¨®n de quienes viven en Espa?a, los dem¨¢s europeos, desvinculados de su historia, se han acostumbrado de tal forma a la imagen del islam como una religi¨®n de violencia y conquista que tienden a ignorar las repercusiones de la experiencia no violenta de C¨®rdoba y su pr¨¢ctica del pluralismo cultural. Sin embargo, en parte por los procesos simult¨¢neos de unificaci¨®n europea y globalizaci¨®n, la din¨¢mica del contacto entre Europa y el islam ha reabierto los viejos debates sobre la crisis de identidad europea.
La Europa del siglo XXI posee una diversidad indiscutible, pero las controversias a ra¨ªz de que Suiza decidiera prohibir la construcci¨®n de minaretes y los encendidos debates sobre el burka en Francia son ejemplos de las dificultades existentes. Esos enfrentamientos solo sirven de altavoz para las opiniones m¨¢s intolerantes y excluyentes, que retratan al otro como el enemigo supremo.
Por eso, la pregunta que surge es: ?puede superar Europa su actitud intolerante y negativa respecto al islam? Y la segunda, m¨¢s importante a¨²n: ?pueden olvidarse los musulmanes europeos de su obsesi¨®n por buscar culpables y encauzar las energ¨ªas positivas de sus comunidades hacia un nuevo esp¨ªritu de conversaci¨®n intercultural y cooperaci¨®n interconfesional en Europa?
M¨¢s all¨¢ de una historia compartida de violencia y sufrimiento, la relaci¨®n de Europa con el islam es la de una experiencia ¨²nica de coexistencia social y empat¨ªa cultural. Ha llegado la hora de regresar a C¨®rdoba y reactivar esa experiencia.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
Ramin Jahanbegloo, fil¨®sofo iran¨ª, es catedr¨¢tico de Ciencias Pol¨ªticas en la Universidad de Toronto.
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