Israel se mueve
Se retuercen y se agitan. Se contorsionan y se estremecen. Parece que llegara a cada uno de sus cuerpos la misma oleada de espasmos en el mismo momento. Suelen ir perfecta y rigurosamente sincronizados, siempre conectados y coordinados con m¨²sicas ingeniosas e imposibles con las que hacen indisociable llave esc¨¦nica. Pueden ser estrafalarios y pueden ser po¨¦ticos. Y verles en ese trance produce aut¨¦ntica fascinaci¨®n. El lenguaje de danza de Ohad Naharin (Kibbutz de Mizra, Israel, 1952) tiene personalidad propia y su sello aparece impreso en la Batsheva Dance Company, la compa?¨ªa de danza m¨¢s c¨¦lebre y sofisticada de Tel Aviv, de la que es director art¨ªstico desde 1990. En estos veinte a?os bajo su influencia la agrupaci¨®n no solamente se ha convertido en un colectivo con una acentuada reputaci¨®n internacional sino que ha sido el motor de un creciente movimiento de danza en Israel que est¨¢ comenzando a tener sorprendentes bifurcaciones.
"En Israel tenemos pasi¨®n por crear. Hay muchos bailarines, teatros, estilos, cada vez m¨¢s festivales...", dice Ohad Naharin
Estigmatizado por un conflicto b¨¦lico que parece no tener fin y marcado por su juventud como pa¨ªs, Israel nunca ha gozado de una tradici¨®n importante en danza esc¨¦nica. Sin embargo, en 1964, una cadena de hechos fortuitos plant¨® la llamada danza moderna norteamericana en Tel Aviv. La baronesa de Rothschild, mecenas art¨ªstica, decidi¨® fundar all¨ª la Batsheva Dance Company y para ello cont¨® con los favores como madrina de su amiga la c¨¦lebre core¨®grafa estadounidense Martha Graham, que cedi¨® un buen pu?ado de sus piezas. Cuatro a?os despu¨¦s, la baronesa cre¨® la Bat-Dor, compa?¨ªa tambi¨¦n contempor¨¢nea pero con un acento neocl¨¢sico. Estas dos agrupaciones trajeron informaci¨®n importante, que cre¨® afici¨®n y seguidores. Pero con el correr de los a?os, Batsheva perdi¨® este primer impulso y justo cuando se derrumbaba apareci¨® Naharin, que se hab¨ªa formado en sus filas, se hab¨ªa largado a Nueva York y en 1990 volv¨ªa para implantar su propia revoluci¨®n y reinventar de nuevo la agrupaci¨®n. Su lenguaje atrevido y desenfadado, su estridencia y gusto extravagante, su gesto desafiante a las tradiciones morales y la ortodoxia local conectaron r¨¢pidamente con los j¨®venes, gracias a trabajos como Z/N, Kyr, Anaphasa y obras muy problem¨¢ticas como Virus, con m¨²sica original del compositor palestino Habib Allal Jamal, colaboraci¨®n que fue vista como una antipatri¨®tica declaraci¨®n pol¨ªtica. A la par que triunfaba en escenarios internacionales su influencia se desperdigaba por Israel. Naharin, que llega con la Batsheva esta temporada al Festival Madrid en Danza con su delirante pieza Max, reconoce esta influencia. "Cuando eres joven te influye lo que ves. Y no est¨¢ mal si eso te sirve luego para buscar tu propio camino", asegura este creador que a lo largo de veinte a?os frente a Batsheva ha consolidado Gaga, un entrenamiento corporal de su invenci¨®n que se ha hecho muy popular dentro y fuera de Israel. Advierte siempre que Gaga no es una t¨¦cnica, un lenguaje ni un estilo sino "un est¨ªmulo para desarrollar una conciencia f¨ªsica del espacio", por lo que no necesariamente es exclusivo para bailarines.
"Reconozco una influencia de su estilo", admite el joven ex bailar¨ªn de Batsheva y core¨®grafo de Jerusal¨¦n Hofesh Shechter, que se ha convertido en el creador de moda y una verdadera sensaci¨®n en Londres, donde ha fundado su propia agrupaci¨®n. "Trato de no copiarles en cuanto a sus motivaciones, pero con ellos encontr¨¦ una estructura, un marco donde colgar mis propias cosas. Al igual que en Batsheva no creo que haya un tema en mis piezas, lo que me gusta de coreografiar es crear atm¨®sferas, manipular sensaciones, jugar con los estados an¨ªmicos". Y tanto. Su nueva pieza, Political Mother, que ha sido coproducida por el Mercat de les Flors de Barcelona, donde se ver¨¢ en mayo despu¨¦s de su estreno esta temporada en el Teatro Central de Sevilla, caus¨® furor en la pasada Bienal de la Danza de Lyon, en un teatro que entregaba tapones de o¨ªdos para amortiguar el estruendo de la m¨²sica en directo de esta obra visualmente deslumbrante, con ecos de El muro, de Pink Floyd, y est¨¦tica ¨¦pica de Kurosawa, que es todo un discurso sobre la violencia, en el que se siente el influjo Batsheva. Con apenas un trabajo anterior relevante, el d¨ªptico Uprising / In Your Rooms, Shechter se ha convertido en la estrella m¨¢s importante del paisaje de danza brit¨¢nico del momento, seguido muy de cerca por Jasmin Vardimon, creadora tambi¨¦n de Israel, que se form¨® en la Kibbutz Dance, antes de ser seducida y abducida por Londres, contando, como Shechter, con el apoyo del centro de danza Sadler's Well, que le acaba de producir su nuevo trabajo, 7734.
"Puedo decir que en Israel tenemos pasi¨®n por crear", asevera Naharin. "Hay muchos bailarines, hay diferentes teatros, conviven diferentes estilos, cada vez hay m¨¢s festivales. Pero tampoco creo que haya un estilo israel¨ª de danza ni una influencia m¨¢s marcada de Europa o de Estados Unidos. Todo se aprecia, todo se valora. Cunningham, Pina Bausch, William Forsythe y Balanchine son, como en todas partes, influyentes, y los m¨¢s j¨®venes tienen fascinaci¨®n por el minimalismo y aprecian el trabajo de autores como Anne Teresa de Keersmaeker, Wim Vandekeybus o Cristal Pyte".
Sin embargo, tambi¨¦n hay gente en la b¨²squeda de su propio camino que trabaja fuera del influjo Naharin y los referentes universales. La joven creadora Yasmeen Godder, con su compa?¨ªa y escuela en Jaffa, se desmarca con un trabajo desinhibido y personal cercano al performance, pero con una base importante de danza, que ha fascinado en importantes escenarios de la vanguardia m¨¢s radical de Europa y Estados Unidos. Su obra Singular Sensation, con su carga de violencia y humor sarc¨¢stico, suele enmudecer a un p¨²blico que se queda usualmente at¨®nito ante su extravagante propuesta. El impacto y lenguaje de Godder comienza a abrir una nueva ruta y uno de sus disc¨ªpulos, Yossi Berg, que tambi¨¦n ha trabajado con el radical colectivo brit¨¢nico DV8, ha formado compa?¨ªa con Oded Graf, un ex miembro de Kibbutz y Noa Dar, y desde 2005 vienen creando sus propios trabajos, destacando la desmelenada y delirante 4Men, Alice, Bach and the Deer, obra que tambi¨¦n llegar¨¢ al Festival Madrid en Danza.
El coraz¨®n de la nueva danza de Israel palpita en el Suzanne Dellal Center, de Tel Aviv, dedicado desde 1989 a la investigaci¨®n, promoci¨®n y apoyo a la danza. No solamente acoge a Batsheva y su compa?¨ªa junior, sino que genera una innumerable cantidad de proyectos, que incluye festivales, temporadas, clases, residencias, exhibiciones y todo tipo de actividades divulgativas. El verano pasado, por ejemplo, tuvo una peque?a pero significativa muestra de danza madrile?a. A su alrededor crece un vibrante paisaje de danza donde siguen trabajando creadores s¨®lidos como Inbal Pinto o el dueto Noah Wertheim y Adi Shaal con su colectivo V¨¦rtigo, junto a nuevos valores emergentes como los mismos Berg & Graf o Sharon Eyal, apadrinada por Naharin y core¨®grafa residente de Batsheva, que acaba de estrenar con la prestigiosa compa?¨ªa su desestabilizadora Bill. El fuerte movimiento de la danza israel¨ª lo viene a completar un numeroso grupo de core¨®grafos de dentro que est¨¢ trabajando fuera. Y aparte de Shechter y Vardimon, que impactan en Londres, habr¨ªa que citar, entre otros, a Itzik Galili, que codirige con la h¨²ngara Krisztina de Ch?tel la Amsterdam Dansgroep, en Holanda, Brack Marshall a caballo entre Estados Unidos e Israel, que ha triunfado con su reciente Monger o el po¨¦tico Emanuel Gat, anclado en Francia, que cre¨® el a?o pasado su pieza Hark! para el Ballet de la ?pera de Par¨ªs. De Espa?a se enamor¨® el joven talento en ascenso Sharon Friedman, que viene de Mayuman¨¢, y ha creado aqu¨ª su propia compa?¨ªa, y tambi¨¦n intentando consolidarse como core¨®grafo, Shlomi Bitton, ambos premiados por el Certamen Coreogr¨¢fico de Madrid.
Hofesh Shechter. Political Mother. Teatro Central (Sevilla). 5 y 6 de noviembre. Batsheva Dance Company. Max, de Ohad Naharin. 19 al 21 de noviembre. Teatros del Canal (Madrid). Yossi Berg & Oded Graf. 4Men, Alice, Bach and the Deer. Teatro de la Abad¨ªa (Madrid). 13 y 14 de noviembre.
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