El amargo triunfo de los vencidos

Nada hac¨ªa pensar hace 10 a?os que aquella fosa que Emilio Silva -presidente de la Asociaci¨®n para la Recuperaci¨®n de la Memoria Hist¨®rica (ARMH)- abri¨® en octubre de 2000 para recuperar los restos de su abuelo, fusilado en 1936, y enterrarlos con su abuela, muerta 62 a?os despu¨¦s con el nombre de su marido en la boca, iba a ser la primera de 231 y la chispa de un movimiento familiar que ha rescatado de las cunetas los restos de 5.277 v¨ªctimas del franquismo. Los protagonistas lo celebraron ayer con unas jornadas en la Universidad de Ponferrada (Le¨®n), donde todo empez¨®, y rodeados por las estremecedoras fotograf¨ªas que hab¨ªan colgado en las paredes como prueba de su proeza: largas filas de esqueletos yac¨ªan al aire 74 a?os despu¨¦s de muertos para ser enterrados con su nombre y apellidos en un lugar distinto al que hab¨ªan sido arrojados por sus asesinos.

Los jueces que no abren fosas pueden estar prevaricando, seg¨²n Mart¨ªn Pall¨ªn

Pero no est¨¢n satisfechos y ayer anunciaron que habr¨¢ 10 a?os m¨¢s si hacen falta para lograr lo que no han conseguido. Todos los intervinientes se acordaron del juez Baltasar Garz¨®n, procesado por el Tribunal Supremo por haber atendido sus demandas. "Es bochornoso que la ¨²nica persona perseguida en relaci¨®n a los cr¨ªmenes m¨¢s graves que se han cometido nunca en este pa¨ªs sea el juez que intent¨® abrir el proceso", afirm¨® su compa?ero Ram¨®n S¨¢ez Valc¨¢rcel, magistrado de la Audiencia Nacional. "Bochornoso", repiti¨® el catedr¨¢tico de Ciencias Pol¨ªticas Vicen? Navarro, "impensable en cualquier otro pa¨ªs".

Todos eran muy conscientes de que el proceso a Garz¨®n ha anulado cualquier posibilidad de llevar a los jueces territoriales a las fosas. Para Jos¨¦ Antonio Mart¨ªn Pall¨ªn, magistrado del Supremo que se present¨® como "hijo de vencedor y de militar golpista", esos jueces podr¨ªan estar prevaricando. "La Ley de Enjuiciamiento Criminal les obliga a desplazarse con un forense al lugar donde se han hallado restos humanos con signos de muerte violenta, por ejemplo, un agujero de bala en el cr¨¢neo. ?Pero si lo hac¨ªan los jueces franquistas cuando aparec¨ªan restos en Ciudad Universitaria!".

Ambos magistrados criticaron que la ley de memoria haya declarado ileg¨ªtimos los tribunales franquistas pero no anulado las condenas que expidieron. "Siguen en las bases de datos, como actos de derecho, lo que fueron actos de barbarie. Aquello no eran tribunales, eran piquetes de verdugos", dijo S¨¢ez Valc¨¢rcel. "La Sala de lo Militar dice que no se pueden anular los consejos de guerra porque se adecuaban a la legislaci¨®n vigente. ?Se imaginan que un juez alem¨¢n dijese que la legislaci¨®n nazi era la vigente?", pregunt¨® Mart¨ªn Pall¨ªn.

El magistrado del Supremo critic¨®, como casi todos los intervinientes, el proceso de Transici¨®n. "Intentaron mezclar agua con aceite, democracia y dictadura". Y record¨® que el 24 de febrero de 1981, el d¨ªa siguiente al golpe de Estado, intent¨® promover en la fiscal¨ªa de Madrid un manifiesto en defensa de la democracia: "Votamos y perdimos 27 a 3".

Fruto de esa Transici¨®n, a?adi¨® Navarro, "tenemos una democracia empobrecida" en la que se ha tergiversado la historia: "No eran dos bandos. Hab¨ªa buenos y malos. La dictadura fue la m¨¢s cruel del siglo XX en Europa. Por cada muerto franquista, Franco mat¨® a 10.000 republicanos".

"Nos han acusado de revanchistas y necr¨®filos, de querer la venganza", recordaban los familiares de las v¨ªctimas. "Pero cada fosa abierta es una herida cerrada", zanj¨® Santiago Mac¨ªas, vicepresidente de la ARMH. "Todo lo que oigo en las exhumaciones, cuando entregamos los restos identificados de una v¨ªctima a su familia", a?adi¨® Emilio Silva, "es: Ya me puedo morir tranquilo".

Exhumaci¨®n de la fosa Milagros (Burgos)