El Ej¨¦rcito de EE UU conoc¨ªa las torturas en las c¨¢rceles iraqu¨ªes

Entre comienzos de 2009 y julio de 2010 Estados Unidos entreg¨® miles de prisioneros a las autoridades iraqu¨ªes en virtud de un acuerdo con el Gobierno de Bagdad, seg¨²n un informe publicado en septiembre por Amnist¨ªa Internacional. Lo hizo, a pesar de conocer las torturas que las fuerzas de seguridad iraqu¨ªes cometieron en las c¨¢rceles del pa¨ªs, seg¨²n las informaciones contenidas en los papeles de Irak. Centenares de archivos describen en detalle los malos tratos, los abusos e incluso algunas muertes sospechosas en las celdas iraqu¨ªes.

Es el relato de la brutalidad que se consum¨® detr¨¢s de los barrotes m¨¢s all¨¢ de los horrores de Abu Ghraib, y es tambi¨¦n la evidencia de c¨®mo los mandos estadounidenses hicieron la vista gorda ante las denuncias de sus propios soldados. La frase que se repite en los documentos no deja lugar a dudas: "Si las fuerzas de la coalici¨®n no est¨¢n implicadas en los presuntos abusos, no hace falta seguir en la investigaci¨®n".

Esta frase aparece en un archivo fechado el 25 de septiembre de 2006 que refiere los abusos que la polic¨ªa iraqu¨ª cometi¨® contra un detenido que posteriormente fue entregado a los marines en la ciudad de Haditha, en el oeste del pa¨ªs. El nombre del lugar reaviva la memoria de otro de los episodios m¨¢s brutales de la guerra de Irak: la matanza de 24 civiles a manos de un grupo de marines el 19 de noviembre de 2005. Seg¨²n los testigos, los estadounidenses abrieron fuego contra un grupo de civiles, en su mayor¨ªa mujeres y ni?os, en represalia por la muerte de un compa?ero.

Un portavoz del Pent¨¢gono declar¨® ayer al peri¨®dico estadounidense The New York Times que la pol¨ªtica estadounidense sobre los abusos se atiene a las leyes internacionales que imponen, seg¨²n dijo, dar constancia de los hechos que tienen que ser investigados por las autoridades iraqu¨ªes.

Sin embargo, seg¨²n Amnist¨ªa Internacional, Estados Unidos, como pa¨ªs signatario de la Convenci¨®n contra la Tortura de Naciones Unidas, no solo es responsable por lo que hacen sus militares, sino tambi¨¦n de que los prisioneros entregados no sufran abusos en los pa¨ªses que asumen su custodia.