El Iphone del ministro
Mientras todo el mundo habla de la crisis de Gobierno, de los morritos de Leire Paj¨ªn y de la torpeza de Cospedal alabando al enemigo delante de una c¨¢mara indiscreta, yo no paro de pensar en algo mucho m¨¢s fr¨ªvolo y prosaico. Espero que sepan disculparme, pero la imagen de Pepi?o Blanco jugueteando con su Iphone 4G me tiene comido el pensamiento.
El caso es que el d¨ªa en que se anunci¨® el cambio de Gobierno, mientras ve¨ªa el informativo, me fij¨¦ en que el Ministro de Fomento ten¨ªa uno de esos m¨®viles tan deseados. Ah¨ª estaba ¨¦l, con su traje importante, sentado a una mesa importante de madera importante, junto a sus colegas importantes, mirando absorto su Iphone 4G. Igualito que un cr¨ªo. No s¨¦ si estaba leyendo un mail de trabajo, chequeando el Facebook o jugando al Tetris, vaya usted a saber. Esos cacharros son de lo m¨¢s hipn¨®tico. Pero la imagen me llam¨® poderosamente la atenci¨®n y me qued¨¦ d¨¢ndole vueltas un rato.
Se me hac¨ªa raro. Rar¨ªsimo. Por alguna raz¨®n, creo que pensaba que los pol¨ªticos de altura eran inmunes a las frivolidades tecnol¨®gicas, qu¨¦ tonter¨ªa m¨¢s grande. Pero, sobre todo, mientras observaba la estampa, pens¨¦ en que lo iban a linchar por mostrarse delante de las c¨¢maras con el tel¨¦fono m¨¢s sofisticado del mercado. Al fin y al cabo, son tiempos de austeridad. Y justamente ¨¦l, pens¨¦, que dirige el ministerio que ha sufrido m¨¢s recortes. Pero entonces me di cuenta de mi error. Alma de c¨¢ntaro, me dije, no puedes estar m¨¢s equivocada. Lo del Iphone no funciona as¨ª.
Es verdad, el Iphone es uno de los m¨®viles m¨¢s caros, si no el que m¨¢s. Y tambi¨¦n es uno de los m¨¢s codiciados. Por eso, las compa?¨ªas telef¨®nicas lo est¨¢n usando como moneda de cambio en la batalla que lidian entre s¨ª por robarse a los clientes. ?El resultado? Ahora el Iphone no entiende de clases. Ya lo ven: lo tienen los ministros, pero es muy posible que tambi¨¦n lo tenga el camarero que les sirve el caf¨¦ por las ma?anas en el Congreso. Tener un Iphone ya no es una cuesti¨®n de dinero, sino de saber apretarle la tuercas a tu compa?¨ªa telef¨®nica. El buen jugador de p¨®quer tiene la partida ganada: un ¨®rdago en el momento preciso, ni antes ni despu¨¦s, y el codiciado aparatejo es tuyo gratis casi con total seguridad. Esto funciona as¨ª, tal cual. Ahora s¨®lo los tontos pagan por ¨¦l. Si alguien pretende fardar de cartera abultada exhibiendo un Iphone, es que no se ha enterado de qu¨¦ va la vaina. Nada es mayor motivo de orgullo que poder decir bien alto "a m¨ª me lo dieron gratis" delante de alguien que pag¨® por ¨¦l. Hoy en d¨ªa, el que farda de Iphone no est¨¢ fardando de cuenta corriente, est¨¢ fardando de picard¨ªa y de materia gris.
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