La caballer¨ªa de Mourinho
Di Mar¨ªa, el madridista m¨¢s en forma, despliega un nuevo repertorio lejos de su h¨¢bitat
"Tenemos al Alejandro Magno de los entrenadores", observ¨® un directivo del Madrid frot¨¢ndose las manos; "los jugadores hacen lo que pide porque sienten que les manda un gran general".
Cuando fich¨® a Jos¨¦ Mourinho, Florentino P¨¦rez imagin¨® que contrat¨® a un caudillo capaz de alocuciones sofisticadas, con un mensaje t¨¢ctico profundo y motivante. Los futbolistas de ¨¦lite, sin embargo, no suelen ser gente demasiado exigente con los t¨¦cnicos. "Mourinho cumple con su palabra", asent¨ªan los jugadores del Madrid, satisfechos con ¨¦l, la semana pasada; "nos dijo que, si gan¨¢bamos al Milan, nos dar¨ªa un d¨ªa libre. Y cumpli¨®".
La psicolog¨ªa de los entrenadores es un camino de dos carriles. Simple y recto. Mourinho sabe que sus concesiones deben ser tan elementales como sus exigencias. Cuando el s¨¢bado le preguntaron a Di Mar¨ªa qu¨¦ le hab¨ªa dicho el t¨¦cnico antes de situarlo como interior, en una posici¨®n aparentemente nueva para ¨¦l, el argentino parpade¨® moviendo ligeramente la cresta engominada y admiti¨® su falta de datos. "Nada", dijo el chico, que hab¨ªa sido el mejor jugador del Madrid en la goleada al Racing (6-1); "me dijo que jugara por la derecha y, por suerte, las cosas me salieron bien".
"Este t¨¦cnico es como Alejandro Magno y los jugadores le siguen", dice un directivo
No se sabe si Tolomeo ten¨ªa tan poco que decir de su comandante Alejandro Magno o si le¨ªa a Arist¨®teles como su jefe. Lo que es evidente es que disfrut¨® del saqueo y acumul¨® un gran bot¨ªn. A Di Mar¨ªa, que contra el Racing dio dos pases de gol y provoc¨® un penalti, le pasa lo mismo con Mourinho. Mientras su superior cumpla con los derechos que promete conceder y sea concreto al exponer los deberes -y mientras el bot¨ªn siga aumentando-, estar¨¢ encantado. "Cuando me cambi¨®, el m¨ªster me dijo que estaba orgulloso de m¨ª", record¨® Di Mar¨ªa con una sonrisa placentera, evocando la ovaci¨®n del Bernab¨¦u. Ven¨ªa de alimentar con pases a los delanteros y de multiplicar sus esfuerzos para cumplir con una misi¨®n para la que no estaba acostumbrado: defender.
Di Mar¨ªa, que tiene 22 a?os y se cri¨® en las categor¨ªas inferiores de Rosario Central, hizo carrera como extremo zurdo, aunque se retras¨® a cubrir otras posiciones cada vez que jug¨® en las selecciones de Argentina. Mourinho llevaba tiempo sigui¨¦ndole con atenci¨®n. Su representante, Jorge Mendes, tambi¨¦n es el de Di Mar¨ªa y los contactos comunes le hab¨ªan facilitado el seguimiento. En los ¨²ltimos dos a?os, el jugador progres¨® en el Benfica en puestos relacionados con el ataque. Como dijo su ex entrenador en el club lisboeta, Jorge Jes¨²s: "Es el mejor fichaje del Madrid. En los ¨²ltimos 30 metros es imparable".
Mourinho sab¨ªa que Di Mar¨ªa es valioso porque tiene regate y velocidad. Pero desde un principio quiso emplearlo para hacer otras labores. "Tenemos que ense?arle a jugar fuera de su h¨¢bitat natural para que apoye a los centrocampistas y genere espacios para los delanteros", apunt¨®. Para desequilibrar ya estaban Higua¨ªn, Kak¨¢, ?zil o Cristiano.
Lo primero que hizo cuando lleg¨® al Madrid fue decir a los dirigentes que necesitaba un centrocampista ofensivo, alguien que hiciera la funci¨®n que hab¨ªa desempe?ado Granero. Les explic¨® que su elecci¨®n era un delantero, que se llamaba Di Mar¨ªa, jugaba en el Benfica y hab¨ªa sido llamado para integrar la selecci¨®n de Maradona. Adem¨¢s, el t¨¦cnico recalc¨® que hab¨ªa que pagar lo que pidiera el Benfica.
P¨¦rez nunca quiso desembolsar 25 millones de euros por un chico al que no conoc¨ªan en ninguna multinacional. La cifra que le pidi¨® el Benfica le pareci¨® abusiva. Pero, como Mourinho insisti¨®, el presidente acab¨® por ceder a su petici¨®n.
Di Mar¨ªa se convirti¨® as¨ª en el fichaje m¨¢s caro del Madrid en el verano pasado. Y Mourinho tuvo su caballer¨ªa.
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