M¨¦xico presta atenci¨®n al rumbo de Brasil
Observa la flexibilidad del gigante del sur para sumarse a la globalizaci¨®n
?D¨®nde est¨¢ M¨¦xico? En un mapa ciego, cualquier ciudadano de este pa¨ªs acertar¨ªa a la primera. Pero si se pregunta si pertenece a Am¨¦rica del Norte o del Sur, el asunto se complica. "En una reciente encuesta informal, el 40% considera que est¨¢ en Am¨¦rica del Norte; el 40% en Am¨¦rica Central, y el 10% en Am¨¦rica del Sur", explicaba ayer el ex presidente Carlos Salinas de Gortari (1988-1994). ?Hac¨ªa d¨®nde mira este Estado tan impregnado de suspicacias hacia su poderoso vecino norte?o? Seguramente, no tiene alternativa a fortalecer sus v¨ªnculos con EE UU, aunque no le quita ojo al rumbo de Brasil.
Despu¨¦s de que M¨¦xico perdiera la mitad de su territorio, a mediados del siglo XIX y a manos de EE UU, el presidente Sebasti¨¢n Lerdo de Tejada exclam¨®: "Entre M¨¦xico y Estados Unidos, mejor el desierto". Rechazaba as¨ª el mandatario enlazar por ferrocarril su pa¨ªs con el norte del r¨ªo Grande.
El enraizado nacionalismo de los mexicanos no se difumina y los gringos siguen siendo vistos con recelo. Pero ya no son tantos los que cuestionan las ventajas del Tratado de Libre Comercio de Am¨¦rica del Norte (TLC), en vigor desde el 1 de enero de 1994 para M¨¦xico, EE UU y Canad¨¢.
Salinas de Gortari, impulsor del pacto, lo defendi¨® ayer durante el foro M¨¦xico entre Norte y Sur, organizado por la Fundaci¨®n Bot¨ªn. A su juicio, y en contra de las expectativas iniciales de los detractores del TLC, las exportaciones hacia los dos pa¨ªses socios se han disparado; el tratado no ha impedido firmar otros acuerdos comerciales; la industria no se ha hundido, y los trabajadores no se han arruinado ni se ha desplomado la producci¨®n de alimentos.
M¨¦xico se est¨¢ quedando rezagado respecto a otros pa¨ªses del continente. Cualquier reforma econ¨®mica vital para el pa¨ªs cuesta un esfuerzo descomunal (m¨¢s desde hace una d¨¦cada, con un Parlamento fragmentado), y su econom¨ªa no crece como la de la potencia emergente: Brasil.
M¨¦xico sufre enormes carencias que lastran su despegue. Francisco Gil, ex ministro de Hacienda en el Gobierno del Partido Acci¨®n Nacional (2000-2006), precis¨® algunas de esas r¨¦moras en un pa¨ªs que, para empezar, sufre el peor sistema educativo desde la Patagonia hasta Alaska: la escasa productividad, un sistema fiscal lamentable, la rigidez laboral, el poder del narcotr¨¢fico, el denunciado proteccionismo de EE UU en algunos sectores, y el inmovilismo pol¨ªtico. Hay, adem¨¢s, asuntos intocables, como la privatizaci¨®n de Petr¨®leos Mexicanos, s¨ªmbolo del nacionalismo patrio. Por problemas que tenga la empresa para aumentar producci¨®n e ingresos, la entrada de capital extranjero es tab¨². "M¨¦xico se construye sobre mitos. Todo tiene que ser trascendental. Brasil es m¨¢s pragm¨¢tico y est¨¢ dispuesto a negociarlo todo", coment¨® Jos¨¦ Juan Ruiz, director de an¨¢lisis y estrategia del Grupo Santander para Latinoam¨¦rica.
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